El consumo mundial de petróleo crece un 1,1% en 2007, si bien la producción se redujo un 0,2%
El consumo mundial de petróleo se situó en 85,2 millones de barriles diarios en 2007, un 1,1% más que en el ejercicio anterior, mientras que la producción se situó en 81,5 millones de barriles diarios, un 0,2% menos, según el BP Statistical Review, presentado hoy por la petrolera británica en el Congreso Mundial del Petróleo.
La reducción de la producción contribuyó a que las reservas probadas mundiales registraran un ligero descenso, de 1,239 a 1,237 billones de barriles a finales de 2007. La capacidad mundial de refino aumentó un 1,4%, hasta 87,9 millones de barriles diarios.
El economista jefe de BP, Cristof Ruehl, explicó que la actividad petrolífera se caracterizó en 2007 y en el presente ejercicio por el fuerte encarecimiento del crudo, que ha dado origen ya al "periodo de ascenso de precios más largo registrado hasta la fecha".
Para Ruehl, la subida es además "la más abrupta de las que se recuerdan" y no hay indicios de que a corto plazo venga seguida de caídas. "Mi expectativa es que los precios no caerán de forma inmediata", advirtió durante la presentación del informe.
Los analistas de la petrolera británica encuentran además parecidos entre la situación actual y la crisis energética de los años setenta. "El más obvio de todos es el crecimiento económico" que ha precedido el escenario actual, ya que el PIB mundial aumentó un 5,3% anual en la década anterior a la crisis de los setenta y lo ha hecho a un ritmo del 4,6% en los últimos cuatro años, afirmó.
En total, a comienzos de los años setenta el precio del petróleo registró una subida del 230%, mientras que desde enero de 2003 ya se acumula un incremento del 300%, advirtió el economista jefe de la petrolera británica.
BP recuerda que la crisis de los setenta concluyó con un ajuste entre oferta y demanda. El crecimiento económico mundial se detuvo y la oferta siguió creciendo, de modo que "los precios de la energía volvieron a caer", señaló Ruehl.
En esta ocasión, al desajuste entre oferta y demanda debe sumarse la presión especulativa de los mercados. Aun así, Ruehl aseguró que "los inversores no son la causa del problema, sino la expresión del mismo", y se mostró en contra de limitar el acceso de los fondos al mercado del petróleo.
"Los mercados se desarrollan y pueden surgir burbujas como en cualquier otro mercado", por lo que "no hay que llegar al punto de poner limitaciones de acceso" a la inversión, afirmó Ruehl, quien aseguró que, pese a los "altos y volátiles" precios de la energía, los mercados "continúan proporcionando un suministro fiable".
"La oferta se ha visto acallada por aspectos que no tiene que ver con lo que ocurre debajo de la tierra", señaló Ruehl, quien citó como aspectos que deterioran el suministro la decisión de los países productores de contener su actividad y "los problema de acceso de la inversión privada".
"El mercado del petróleo está sometido a limitaciones que evitan la capacidad de inversión privada", mientras que el mercado del gas es cada vez "más integrado" y el del carbón evoluciona hacia un entorno global, añadió.