Kroes acorrala a 23 compañías aéreas en en el mayor cártel investigado en Europa
El centro de conferencias Borschette de la Comisión Europea parecerá a partir de hoy una asamblea de la IATA, aunque las 23 compañías aéreas convocadas probablemente hubieran preferido perderse la cita. Los grandes nombres del sector aéreo, con Lufthansa, AirFrance-KLM y British Airways a la cabeza, comparecen en la mayor audiencia celebrada en Bruselas contra empresas acusadas de formar un cártel.
Durante cinco días, decenas de abogados de las acusadas (entre las que no figura ninguna compañía española) intentarán demostrar que no pactaron para sus servicios de transporte de mercancías, como sostiene la CE, los recargos por combustible, seguridad y riesgo de guerra, entre otros.
Todas, salvo Lufthansa, que se chivó del cártel un 7 de diciembre de 2005, se exponen a las multas millonarias que caracterizan a la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes. En el sector incluso se teme que para algunas de ellas, acuciadas por el imparable incremento del precio del petróleo y la ralentización económica de algunos mercados, la sanción pueda suponer la puntilla definitiva.
'La Comisión tendrá que estar muy segura de lo que hace para sentar en el banquillo a tantas compañías', valora una fuente del sector. 'Ha metido en el mismo saco a demasiadas empresas y contra muchas de ellas no dispone de pruebas suficientes', añaden las mismas fuentes.
Las compañías, sin embargo, parten con desventaja porque algunas ya han admitido su culpabilidad por los mismos cargos, en EE UU. AirFrance-KLM pactó el pasado jueves una sanción de 222 millones de euros con el departamento de Justicia estadounidense. British y Korean Airlines abonaron el año pasado otros 300 millones de dólares cada una. Y un ejecutivo de Qantas incluso ha sido condenado a ocho meses de cárcel por su participación en el cártel.
Por suerte para las compañías, Kroes no puede imponer penas de prisión. Pero la comisaria ha demostrado una temible afición a batir récords con sus multas. Ahora lo tiene en 992 millones de euros contra un fabricantes de ascensores.
El riesgo de pactar precios por teléfono
Las compañías aéreas de cargo han demostrado mucha más agilidad que otros sectores a la hora de pactar los precios de sus servicios, según se desprende de la investigación llevada a cabo por la CE. Nada de reuniones secretas en hoteles de lujo ni facturas de almuerzos de trabajo con los nombres falsificados, como en otros carteles descubiertos. A las aerolíneas les bastó el móvil de un ejecutivo de Lufthansa para poner en marcha la concertación de los recargos por el precio del combustible. Y la descripción de la CE muestra igualmente una gran profusión de contactos entre las aerolíneas a través del correo electrónico. Parece un rastro tecnológico demasiado claro para una conducta presuntamente tan ilegal.