El techo de gasto prospera con el único voto del PSOE
Mal pintan las cosas para los Presupuestos estatales de 2009 si de aquí a otoño el Gobierno no es capaz de aproximar posiciones con CiU. El techo de gasto para el año que viene, fijado por Economía en 160.158 millones, salió ayer adelante en el Congreso con el voto solitario del PSOE.
Ni Convergència i Unió (10 diputados) ni el resto de los grupos de oposición están dispuestos a ponerle fáciles las cosas al Gobierno en la tramitación de los Presupuestos estatales de 2009. Estos días le han enviado una primera señal, rechazando primero el techo de gasto en el Senado y, más tarde, absteniéndose en el Congreso, donde el PSOE sólo necesitaba de sus diputados para sacarlo adelante. Se trata de un primer aviso que encarecerá, muy probablemente, el proyecto de ley que el vicepresidente económico, Pedro Solbes, enviará en septiembre a la Cámara Baja.
Solbes defendió ayer el objetivo de estabilidad presupuestaria fijado por el Gobierno, así como el techo de gasto del Estado pues, a su juicio, son variables adecuadas para un crecimiento económico en el entorno del 2%. El vicepresidente segundo no ocultó la 'profunda desaceleración' en el crecimiento y le recordó al PP que el cuadro macroeconómico del Ejecutivo, cuestionado por todos los grupos de oposición, se elabora con los datos que se tienen en cada momento y, por lo tanto, está sujeto a desfases.
El portavoz de Economía del Grupo Popular, Cristóbal Montoro, fue el que criticó con mayor dureza este cuadro macro, que calificó de 'política ficción'. En su opinión, España pudiera estar viviendo 'su crisis más severa', sin que el Gobierno haya acertado todavía a realizar un pronóstico adecuado de la 'grave' realidad.
El resto de los grupos parlamentarios de oposición se sumaron a parecidos argumentos. El portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, el del PNV, Pedro Azpiazu, y el de IU, Joan Herrera, reprocharon al vicepresidente su exceso de optimismo y le trasladaron su preocupación por la falta de recursos que se percibe para las comunidades autónomas y ayuntamientos cuando está en ciernes la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica.
Hasta que el mes que viene Convergencia i Unió no concluya su congreso, el Gobierno no sabrá muy bien en qué coordenadas se moverá la legislatura a partir de septiembre. Los 10 diputados que tienen en Madrid los nacionalistas catalanes serán importantes para el Grupo Socialista en numerosas votaciones a partir del otoño, pero el nuevo PP que Mariano Rajoy quiere construir también en el Congreso aspira a aproximarse a CiU para que el Gobierno quede tan aislado como en el pleno de ayer. Los nacionalistas catalanes abordarán en su congreso la política de alianzas, a sabiendas de que se han vuelto casi imprescindibles para el Ejecutivo una vez que el PNV (seis diputados) ha decidido hacer un paréntesis en su colaboración con el PSOE hasta que pasen las elecciones vascas. Su convocatoria puede ser en otoño, aunque el lendakari, Juan José Ibarretxe, podría apostar por el agotamiento de la legislatura y celebrarlas en marzo del año que viene.
Comparecencia de Zapatero
Esta indefinición de las alianzas parlamentarias complicará también al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su comparecencia del próximo miércoles en el Congreso, forzada por todos los grupos de oposición para que explique la crisis económica y las medidas que ha propuesto para superarla.
El PSOE no espera el apoyo de ningún grupo al presidente, pero esta circunstancia puede no ser tan visible como en otras ocasiones recientes porque no está previsto que se produzcan votaciones en una sesión plenaria concebida con carácter monográfico.
El Congreso ratifica el Tratado de Lisboa
Con sólo seis votos en contra, los de Esquerra, IU y BNG, el Congreso aprobó ayer por una amplia mayoría, 322 votos a favor, la ratificación del Tratado de Lisboa, al que ya sólo le queda pendiente de recibir el refrendo definitivo del Senado. Este se producirá antes de octubre, según las previsiones gubernamentales.Hasta el momento, 19 países comunitarios han dado su visto bueno a través de sus respectivos parlamentos al Tratado. Solamente faltan por hacerlo la República Checa, los Países Bajos, Italia, Bélgica, Suecia y Chipre, además de España. Irlanda es el único país que lo ha rechazado a través de un referéndum que celebró el pasado día 12.José Luis Rodríguez Zapatero se mostró partidario el miércoles de ganar tiempo para y favorecer el diálogo para conseguir que Irlanda se sume finalmente al Tratado. 'No se trata de colocar a este país en una situación difícil porque nada ganaríamos con ello. Tampoco queremos avanzar sin Irlanda', mantuvo el presidente tras mostrar su 'confianza plena' en que 'Europa sabrá salvar este escollo'.El líder del PP, Mariano Rajoy, respaldó este criterio de no aislar a Irlanda porque, en su opinión, hay problemas como el de la inmigración o el de la crisis económica que serán mucho más difíciles de abordar sin una política común europea de la que participan todos los países.