Una economía mundial con el gota a gota
Ha pasado un año ya de la crisis financiera aparecida en EE UU bajo el efecto del pinchazo brutal de la burbuja inmobiliaria de las subprime. En un año, el paisaje de la economía mundial ha cambiado radicalmente. Los días despreocupados del crecimiento sin fin han cedido su lugar a un futuro más incierto, donde reaparecen los espectros que se creían vencidos: inflación, hambre, escasez energética... Evidentemente, todo esto no es imputable sólo a la crisis inmobiliaria americana. El fulgurante alza de los precios del petróleo y de las materias primas, la entrada en un mundo de recursos escasos existía ya. Sin embargo, es la conjunción de esas tres crisis la que forma el cóctel explosivo que nos amenaza hoy.
Con unas finanzas bajo el gota a gota de los bancos centrales y un dólar hundido, el riesgo está en atizar el fuego inflacionista (...). Hay que luchar prioritariamente contra todo retorno de la inflación (...). Pues no dar respuesta política al alza de los precios de la energía podría entrañar una deflagración social grave, que se propagaría, por el efecto retorno, a la esfera financiera, vía crédito al consumo (...). Salvar a EE UU de la recesión salvando al mundo de la inflación: un caso de estudio para los macroeconomistas.