El vuelco: fin del ahorro y escalada del crédito
En 1978, los bancos y cajas de ahorros españoles registraron un volumen aproximado de 42.000 millones de euros en el total de créditos concedidos en nuestro país. El Banco de España ha contabilizado en más de 887.000 millones de euros, a fecha de marzo de 2008, la financiación ofrecida sólo a los hogares españoles. Es decir, en estos treinta años, y para una población que ha aumentado únicamente en ocho millones más de personas, el volumen de créditos se ha multiplicado en más de 20 veces.
En este mismo periodo de tiempo, la tasa de ahorro con respecto al PIB de las familias se ha dividido por dos, cayendo del 12,4% en 1978 al 6,56% en 2007, según Funcas. Los expertos consultados coinciden en que las unidades familiares españolas han sufrido un cambio en el papel que desempeñan dentro de la economía, al haber abandonado su rol característico de oferentes de fondos para convertirse en demandantes. La tendencia a la baja en el ahorro de los hogares coincide con la fase expansiva que ha vivido nuestra economía en los últimos años y que se ha caracterizado por un notable dinamismo del consumo privado. Josep Raymond Bara, catedrático de Economía en la Facultad de Económicas de la Universidad Autónoma de Barcelona, explica que 'la subida de los precios de los activos inmobiliarios ha hecho que la percepción de ahorro de las familias haya cambiado, y sea superior a la simple diferencia entre lo que ingresan y consumen'.
Por otro lado, 'el incremento en la creación de empleo ha traído una visión mucho más optimista sobre la renta futura', continúa Raymond. Una opinión que comparte David Martínez, economista del Servicio de Estudios de Caixa Catalunya. Los datos sobre consumo y economía doméstica, que la caja catalana analiza desde 1995, demuestran que la tasa de ahorro familiar responde a un comportamiento cíclico, aumentando en etapas de desaceleración económica y disminuyendo, por el contrario, en momentos expansivos.
'Con respecto al crédito, aparte de un componente periódico, hay que tener en cuenta otros factores coyunturales como el desarrollo del sistema bancario y un importante cambio en la cultura financiera del país', explica Martínez. Para este economista, es posible que próximamente veamos un repunte de la tasa de ahorro familiar, aunque eso 'dependerá de cómo evolucionen la inflación y los tipos de interés en el presente ejercicio'.
Balance. Cambio en la economía familiar
Durante la primera mitad de los ochenta, la capacidad de financiación (ahorro bruto menos inversión realizada) que tenían las familias españolas estaba situada entre el 3% o el 4% de su renta bruta disponible. Entre finales de esa década y mediados de los noventa, la cantidad de dinero que podía destinarse a algún instrumento de ahorro fue aumentando paulatinamente hasta llegar, en 1995, al 8% de la renta bruta familiar. Desde entonces, y coincidiendo con el crecimiento económico y el boom inmobiliario, la capacidad de financiación de las familias ha caído drásticamente hasta situarse, a finales de 2006, en una tasa del -3%.