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El camino al futuro

España incorpora el desarrollo de la I+D a su estrategia económica

Seis planes en dos décadas han permitido a España multiplicar por cuatro su inversión en innovación

España ha hecho una clara apuesta por la investigación y el desarrollo (I+D) a lo largo de las tres últimas décadas. De esta manera ha logrado recortar buena parte de las distancias que separaban al país de las potencias europeas, aunque aún no ha llegado a alcanzarlas. Pero, si se cumplen las previsiones, España estará en poco tiempo a la altura de Francia, Italia y Reino Unido, puesto que, mientras el esfuerzo español aumenta año a año, en la UE se mantiene estable.

Dentro de esa apuesta se enmarca la creación, por primera vez, de un Ministerio de Ciencia e Innovación, al frente del cual se sitúa Cristina Garmendia. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la evolución que ha registrado España en este ámbito ha sido más que importante. En 1978 nuestro país dedicaba a I+D apenas el 0,35% del PIB. Ese esfuerzo ha ido aumentando cada ejercicio con un pequeño parón -entre 1993 y 1999- y los últimos datos, de 2006, sitúan ese indicador en el 1,20% del PIB nacional, aún por debajo de la media europea (superior al 1,80%).

A esto hay que sumar que el PIB español ha crecido de forma exponencial en este periodo, de forma que, aunque el esfuerzo relativo no aumente mucho, sí que lo han hecho los fondos. En 1978 en España se dedicaron apenas 238 millones de euros a actividades de I+D, mientras que en 1986 la cifra alcanzó los 1.188 millones… y en 2006 se situó en 11.800 millones. Esta evolución no ha sido fruto de la casualidad. Ha sido un esfuerzo de los diferentes Gobiernos que han entendido que la I+D es un factor clave para el país.

El 14 de abril de 1986 se aprobaba la Ley de Fomento y Coordinación General de la Investigación Científica y Técnica, la conocida como ley de la Ciencia. Lo más importante de esta norma es que establecía la creación del Plan Nacional de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico. Desde entonces han pasado 20 años y seis planes nacionales de I+D que han permitido a España situarse cerca de las grandes potencias europeas. Pero no todo es positivo.

El último informe de la Fundación para la Innovación Tecnológica Cotec avisa: 'El sistema de innovación español ha adoptado una línea de mejora indiscutible aunque todavía claramente insuficiente'. La causa de esta mejora 'insuficiente' hay que buscarla, según Cotec, en la falta de compromiso de las empresas. Ese estudio señala que los principales problemas 'siguen radicando en la actitud y el comportamiento de los empresarios'. A esto hay que sumar la 'falta de coordinación entre la oferta investigadora de las universidades y las demandas tecnológicas de las empresas'.

En 2006 las empresas ejecutaron el 55% del gasto en I+D de España, una ratio que en los países más avanzados supera el 65%. Para corregir esta situación existen tres grandes planes. Se trata de la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología 2015, el Ingenio 2010 y el Plan Nacional de I+D+i 2008-2011. Y el Ingenio 2010 incluye, a su vez, el Consolider (para aumentar la cooperación entre investigadores), el Cenit (para cofinanciar grandes actuaciones de investigación público-privada), el Plan Avanza (con el fin de alcanzar la media europea en indicadores de Sociedad de la Información) y el Eurogenio (para que España tenga más peso en el VII Programa Marco de la UE).

Los responsables del nuevo Ministerio de Ciencia e Innovación ya han dejado claro cuál es su objetivo prioritario: España debe convertirse en la California de Europa. Eso pasa, entre otras cosas, por incorporar investigadores más jóvenes, favorecer la incorporación de la mujer a este sector, impulsar el retorno de nuestros cerebros en el extranjero y atraer a científicos de otros países. La cooperación entre los sectores público y privado y la internacionalización del sistema de ciencia y tecnología serán otros aspectos a mejorar.

Hasta ahora la apuesta española por este sector no se ha desarrollado de forma aislada, y ejemplo de ello es la colaboración europea. La noticia más reciente es la puesta en marcha de un laboratorio de nanotecnología hispanoluso en Braga, donde ambos países anunciaron, además, un futuro centro conjunto de I+D centrado en las energías renovables. De forma paralela España participa en siete centros europeos de investigación, como son el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) o la Agencia Espacial Europea (ESA).

Evolución. El doble de investigadores

En 2006 se destinaron en España 11.815 millones a investigación y desarrollo. El sector privado, que aumentó un 20% su inversión, aportó el 55%, mientras que las universidades se situaron como segunda potencia investigadora, con el 27,6%, seguidas de las Administraciones, con el 16,7%. El resto correspondió a las instituciones privadas sin ánimo de lucro.A pesar del esfuerzo que están realizando las empresas privadas, lo cierto es que el grueso de los 115.798 investigadores sigue dependiendo de las instituciones públicas. Sólo 39.935 están en la empresa privada. Pero basta ver la evolución en diez años, en la que el gasto en I+D se ha triplicado y se ha duplicado el volumen de investigadores.

De la Ley de la Ciencia de 1986 al VI Plan Nacional de I+D+i

1988-1991. Tras la Ley de la Ciencia de 1986, en 1988 se aprobó el Plan Nacional de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico para paliar el retraso histórico de España en I+D.1992-1995. Fue en realidad una corrección de planificación y coordinación del plan inicial. Se aumentó la presencia española en los planes europeos de investigación y desarrollo.1996-1999. Se procedió a una revisión profunda de los planes anteriores, tanto de su gestión como de su ejecución, y se potenció de forma especial la coordinación con las comunidades.2000-2003. Este Plan Nacional de I+D+i se centraba en la mejora de la competitividad y el carácter innovador de las empresas españolas, y añadía todas las políticas de innovación.2004-2007 . Incidió en la participación empresarial en la I+D. Se estableció un nuevo marco fiscal y se apoyó la creación de nuevas empresas tecnológicas y la transferencia tecnológica.2008-2011. En septiembre de 2007 se aprobó el VI Plan Nacional de I+D+i, que prevé duplicar la financiación del plan anterior. Destaca la ventanilla única interministerial.

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