La transformación radical del Finisterrae
A lo largo de las últimas tres décadas, Galicia ha pasado de ser una comunidad eminentemente agraria y rural, en la que el 50% de su empleo se encontraba en el sector primario, a tener la estructura económica de un país moderno. Esta evolución ha propiciado que hoy el porcentaje de trabajadores que desarrollan su jornada en el campo y el medio rural sea inferior al 10%.
Y es que durante estos años, las condiciones pactadas por España para el ingreso en la CEE afectaron de manera especial al sector ganadero, pesquero y naval, las principales actividades de la economía gallega. 'Este hecho, a su vez, se convirtió en uno de los incentivos necesarios para que la economía gallega iniciara las transformaciones necesarias llevadas a cabo a lo largo de estos 30 años', asegura Santiago Lago, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo.
En estos años han surgido en Galicia nuevas realidades. Un ejemplo es el cluster del automóvil de Galicia, referente del sector en ámbitos internacionales, y que tiene en la factoría de PSA Peugeot Citroën de Vigo su buque insignia. 'Galicia ha venido apostando por actividades innovadoras, que cuentan con un importante potencial de generación de valor añadido y de creación de riqueza y bienestar. Además, esta apuesta ha sido plena, buscando puestos de liderazgo en el mercado mundial, como sucede en el caso del negocio eólico, en la confección o en la industria pesquera', reconoce Jesusa Pérez Cabido, jefa del departamento de estudios sectoriales de Caixa Galicia.
Es en los sectores textil y agroalimentario donde Galicia ha marcado su seña de identidad en las últimas décadas. A casos como el del gigante Inditex, referente internacional en el sector textil, le siguen éxitos empresariales como el de Roberto Verino y Adolfo Domínguez. En el sector agroalimentario destacan Pescanova, Coren o Calvo.
Mejoras
Estos años han servido también para corregir los déficits históricos que la comunidad gallega arrastraba en materia de infraestructuras. Correcciones que, en algunos casos, se producen en los últimos años, como la finalización de la A-6. Sin embargo, aún quedan cosas pendientes en este apartado, como la llegada del AVE o la finalización del puerto exterior de La Coruña, que será pieza clave para el desarrollo económico de la comunidad.
Por último, uno de los empujes económicos para Galicia se encuentra en el turismo y en los últimos xacobeos (1999 y 2004), con su consiguiente impacto tanto en la hostelería como en la construcción. El último Año Santo motivó un volumen de negocio de 5.000 millones de euros, según cifras de la Xunta de Galicia, y atrajo a 6,5 millones de visitantes.
Nueva coalición. El cambio llega después de tres lustros
En estos 30 años, Galicia ha experimentado profundos cambios económicos y sociales. Sin embargo, no se puede decir lo mismo del apartado político. El Estatuto de Autonomía gallego se aprueba en 1980, y desde entonces han tenido lugar siete comicios. Tras los Gobiernos de Fernández Albor (1982-1987) y González Laxe (1987-1990), llega un periodo político con nombre propio. Manuel Fraga Iribarne presidirá el Ejecutivo gallego durante 16 años, con cuatro mayorías absolutas consecutivas. Las elecciones de 2005 supusieron una nueva victoria de los populares, pero en esa ocasión se quedaron a sólo un diputado de una nueva mayoría absoluta. El cambio finalmente llegó de la mano del PSG y el BNG, que formaron un Gobierno de coalición con Pérez Touriño y Anxo Quintana a la cabeza. Una alianza que continúa.
Datos
Habitantes: 2.141.860PIB per cápita: 19.800Superficie: 29.574 km2I+D/PIB: 0,90%Extranjeros: 2,9%Fuente: INE