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Cataluña

La caída de la inversión pública lastra la competitividad

Años, lustros de competitividad empresarial basada en costes atractivos y unas buenas comunicaciones con Europa (Cataluña contó con la primera autopista del Estado) se han marchitado rápidamente desde 2000, cuando las multinacionales se dieron cuenta de que en otras partes del mundo podían fabricar aún más barato. El cambio de siglo aceleró el deterioro de las infraestructuras (carreteras, ferrocarril, aeropuertos, puertos, electricidad y telefonía), aflorando una escasa inversión pública y de los grandes conglomerados de utilities.

Precisamente, la patronal Fomento ha denunciado que en los últimos once años Cataluña ha recibido del Estado una inversión (20.799 millones de euros) por habitante un 28% menor que Madrid. Además de este debate y de las dudas sobre la aplicación de la inversión total del 18,8% que prevé el nuevo Estatuto, las empresas luchan en otros frentes como el de la globalización.

La internacionalización de los mercados ha representado la salida al exterior de las pymes, obligada por la pérdida de fuelle en el mercado interior. 'En los años setenta nos lo fabricábamos todo. La autarquía del país no permitía otra cosa. Teníamos una cuota de mercado del 70%. Ahora, no producimos ni la mitad de lo que hacíamos entonces y de este 50% estamos externalizando todo lo que podemos', comenta uno de los pocos empresarios que conserva fábrica en el barrio barcelonés de Sant Andreu. Esta compañía apenas controla actualmente una cuota del 7%.

Este nivel de externalización ha provocado el crecimiento exponencial del sector servicios y del turismo, un auténtico fenómeno en la capital. Barcelona ha pasado a jugar en la misma liga de las principales capitales turísticas europeas, Londres, Roma o París. Los Juegos Olímpicos de Barcelona sirvieron para proyectar la ciudad en los cinco continentes y desde el año 92 el número de viajeros ha experimentado un crecimiento imparable hasta alcanzar hoy en día más de siete millones de turistas. El legado de Gaudí y su pasado gótico no son los únicos reclamos de la capital catalana. La ciudad ha sabido sacar provecho de su puerto, el primero en volumen de pasajeros del Mediterráneo y por el que transitan cerca de 1,5 millones de personas.

Generaciones. Tarradellas y tres presidentes elegidos

Desde la fotografía de la llegada del presidente de la Generalitat catalana en el exilio, Josep Tarradellas, han pasado más de 30 años. El líder de CiU, Jordi Pujol, fue el primer presidente surgido de las urnas, en 1980, gobernando durante 23 años. Pasqual Maragall cambió el paso en 2003 con el tripartito (PSC-ERC-ICV-EUiA) y la aprobación del nuevo Estatuto. José Montilla ha reeditado la alianza en noviembre de 2006. Se trata del viaje más prolongado de la autonomía catalana en democracia, con un cambio generacional incluido, que ha supuesto pasar del nacionalismo, la lucha antifranquista y el debate identitario, al gobierno de los catalanes de adopción.

Datos

Habitantes: 7.210.508PIB per cápita: 27.445Superficie: 32.113 km2I+D/PIB: 1,43%Extranjeros: 13,4%Fuente: INE

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