El objetivo de inflación del BCE suscita debate
Goldman Sachs no prevé cambios en los próximos años
La imparable escalada del precio de las materias primas ha llevado a muchos expertos a preguntarse si el actual objetivo de inflación fijado por el BCE 'cercano o inferior al 2%' será válido la próxima década. El debate se centra en la conveniencia de adherirse con rigidez a un objetivo que apenas se ha cumplido en los últimos ocho años, precisamente por el encarecimiento de los alimentos y la energía. Una prioridad que algunos expertos temen termine desembocando en un largo periodo de crecimiento bajo.
Goldman Sachs duda que el objetivo de inflación en Europa se revise en los próximos cinco años. La firma comenta que realizar semejante cambio en un período de precios altos como el actual podría poner en jaque la credibilidad de la institución. Sin embargo, según explica en un detallado informe elaborado como motivo del décimo aniversario del BCE, sí considera conveniente establecer un objetivo que no sea asimétrico como el actual.
La firma propone establecer un tope de inflación simétrico que permita desviaciones tanto al alza como a la baja ya que en los próximos 10 años está prevista la adhesión de nuevos países de Europa del Este que previsiblemente producirán inflaciones más elevadas. Una circunstancia que, según el banco, obligaría a los países de la zona euro a mantener una inflación del 1,6%. Por ello, Goldman Sachs propone la posibilidad de que la inflación esté por encima del objetivo actual para evitar así que la política monetaria resulte demasiado rigurosa.
Todo indica que la zona euro continuará sufriendo presiones inflacionistas, por ello, Goldman Sachs apuesta por una subida de tipos de 25 puntos básicos en julio, una medida que en opinión de la firma está pensada principalmente para dar la señal de que el BCE es serio en su objetivo de inflación.
El informe de Goldman Sachs también aborda otras cuestiones como la conveniencia de establecer un mandato dual para el sistema europeo de bancos centrales. La firma argumenta que la estabilidad de precios sigue siendo prioritaria pero en la medida que se consiga, promover un mandato de estabilidad financiera también sería recomendable porque en el futuro es posible que los problemas de estabilidad sean mayores a medida en que se produzca una mayor integración financiera a nivel global. Un paso que se justificaría, según Goldman, ya que el BCE, al ser el principal proveedor de liquidez, es quien mejor puede abordar situaciones anormales.
Buena nota a la hora de afrontar crisis
Las reacciones del BCE durante las crisis que ha afrontado en su corto mandato han sido 'de primera clase', según Goldman Sachs, a pesar de que ha tenido que lidiar con acontecimientos como los atentados terroristas del 11 de septiembre o la crisis actual.Goldman Sachs, reconoce, eso sí que el hecho de que los bancos se financien con el BCE en el momento actual no es recomendable a largo plazo. El parón de actividad en el mercado de capitales ha llevado a las instituciones a acudir al BCE en busca de liquidez a cambio de entregar títulos como colateral que el mercado no acepta.Parar esta dinámica resultaría peligroso pero Goldman Sachs comenta que quizá el próximo paso sea penalizar más la solicitud de este tipo de préstamos para al menos reducirlos.