EADS y Boeing apuran el pulso por los aviones cisterna
El interventor del Gobierno de EE UU revisa el jueves la adjudicación del contrato multimillonario al grupo aeroespacial europeo.
Los gigantes del sector aeronáutico apuran el pulso por el megacontrato del Pentágono para la renovación de la flota de aviones cisterna de la Fuerza Aérea estadounidense (USAF). Después de tres meses de análisis, la Government Accountability Office (GAO), el organismo interventor del Gobierno de EE UU, se pronunciará el jueves sobre la adjudicación del programa de los tanqueros (como se llama a estos aviones en la jerga aeronáutica) al consorcio formado por Northrop Grumman y EADS tras el recurso presentado por Boeing. En juego está la fabricación de 179 aeronaves durante los próximos 15 años, por 35.000 millones de dólares (22.995 millones de euros).
El fallo de la GAO no está claro pero, si se atiende a su trayectoria, todo hace indicar que respetará la decisión de la USAF y mantendrá el programa en manos de EADS y su socio estadounidense. Y es que, el interventor público sólo ha tomado en consideración uno de cada cuatro recursos que han llegado a su oficina.
En todo caso, la importancia económica de la adjudicación ha provocado que tanto el consorcio ganador como Boeing hayan aprovechado los últimos 100 días para seguir defendiendo sus posiciones ante los políticos y los contribuyentes estadounidense.
La USAF ha admitido que evaluó mal el coste a largo plazo que suponía la oferta presentada por Boeing
La estadounidense baraja acudir al Tribunal Federal de Apelaciones
El último golpe de efecto lo dio Boeing a finales de la semana pasada, cuando hizo público que la USAF admitía que había evaluado mal su propuesta y que, frente a la estimación inicial, el coste a largo plazo de su modelo KC-767 es menor que el del KC-30 de sus rivales, según informó Reuters. El fabricante estadounidense aprovechó este reconocimiento para poner en duda la capacidad de la USAF para valorar adecuadamente las ofertas.
Las dudas de Boeing sobre el proceso de selección las resumía recientemente Loren Thompson, experto en el sector perteneciente al Lexington Institute, uno de los think tank estadounidenses que más ha trabajado en favor de Boeing en este contrato. En un artículo, Thompson planteaba cuatro preguntas a las que, a su juicio, la USAF debe dar respuesta. En primer lugar, por qué consideraba que el coste de una oferta es similar al de la otra cuando el avión defendido por EADS es un 20% más pesado que el de su rival y, por tanto, consume un 24% más de combustible. En segundo lugar, por qué estimaba que el riesgo de una propuesta y otra es el mismo, cuando Boeing ha propuesto construir su avión en las mismas instalaciones en las que ya ha fabricado cientos de aeronaves mientras que la planta de EADS y Northrop Grumman será de nueva construcción.
El tercer interrogante que pone sobre la mesa el analista es por qué la evaluación de las capacidades de cada avión se realizó con una simulación en condiciones muy distintas a las de un escenario de guerra real. Y, por último, se pregunta por qué se consideró superior la experiencia de EADS en la fabricación de aviones cisternas cuando la USAF no tiene ninguno de sus tanqueros en la flota y, en cambio, sí opera hasta 600 unidades de Boeing.
'Por qué ganamos'
EADS y Northrop tampoco se han quedado cruzados de brazos en las últimas semanas frente a la ofensiva del grupo estadounidense. Los socios ganadores del concurso han puesto en marcha una campaña informativa con el lema 'Por qué ganamos' en la que han ido desgranando los aspectos de su oferta que lograron una mejor puntuación en el informe final de la USAF.
En sus comunicados, las empresas explican que su oferta basada en el avión A-330 MRTT ganó en cuatro de los factores clave de evaluación (capacidad de misión, historial, relación coste-precio y capacidad operativa) y empató en el quinto (riesgo de la oferta) con el KC-767 de su rival.
Además, subrayan la ventaja de su propuesta en dos áreas que el Pentágono advirtió que serían determinantes: el repostaje en vuelo y la capacidad de carga. En el primer caso, el avión de EADS demostró poder suministrar un 30% más de combustible en largas distancias, permitiendo cumplir las misiones con hasta 22 aviones menos. En el segundo, su aeronave probó ser capaz de volar con un 20% más de pasajeros y carga.
En todo caso, sea cual sea la decisión de la GAO el jueves, la pugna entre EADS y Boeing podría prorrogarse si el perdedor decide llevar el caso al Tribunal Federal de Apelaciones, que resuelve las reclamaciones contra las decisiones del Ejecutivo estadounidense. El dictamen de la GAO determinará la actuación de Boeing, subrayó la semana pasada Mark McGraw, vicepresidente del programa de aviones cisterna de la compañía. 'No descartamos nada', advirtió cuando se le preguntó de forma directa si el grupo barajaba la posibilidad de llevar el caso ante el tribunal de Washington.
Un proyecto inicial de más de 650 millones para España
La adjudicación del contrato de los aviones cisterna de la USAF al consorcio en el que participa EADS supondrá una importante inyección financiera para la filial española del grupo aeroespacial. Según el proyecto presentado al Pentágono, la carga de trabajo que corresponderá a España en la fabricación de los nuevos aviones será de entre el 12% y el 15%. En total, España se asegurará 1.024 millones de dólares (668 millones de euros) por el contrato inicial que se ha firmado, que es por 64 aeronaves. Además, hay que añadir las cuatro unidades de pruebas, con un coste estimado de 1.500 millones de dólares (979 millones de euros).La aportación española a los nuevos tanqueros es clave, ya que EADS-CASA es la responsable de la ingeniería y desarrollo de los aviones, del kit que sirve para adaptar una aeronave normal como es el A-330 en un avión cisterna y, sobre todo, del boom, el novedoso sistema de pértiga que sirve para conectar los aviones y realizar el suministro de combustible a una velocidad de 40 toneladas por minuto. Las aeronaves se montarán en las instalaciones que EADS construirá en Mobile (Alabama).