Mejora la rentabilidad de las carteras de renta variable
No se han evaporado las amenazas de subidas de tipos pero los mercados bursátiles han interrumpido su deterioro y han rebotado desde las proximidades de la zona de mínimos del año, los que se vivieron en los últimos días de enero. Por aquel entonces, la situación de los mercados financieros y la confianza en el sector bancario proyectaban sombras sobre los mercados. Parece que a estas alturas, estos riesgos han quedado diluidos o se dan prácticamente por cerrados, para dejar paso a la amenaza inflacionista como gran sombra que condicionará a corto plazo las decisiones monetarias que se traducirán previsiblemente en subidas de tipos de interés. Aún no se han materializado estos riesgos de forma oficial, pero en la práctica los mercados transitan por cotas más altas de tipos, que preludian la subida de los tipos para el mes próximo. La prueba a la que será sometida previamente la inflación será el dato de junio en la zona euro.
La subida de los índices bursátiles a lo largo de la segunda parte de esta semana podría ser, por ello, tanto un anticipo de lo que esperan algunos inversores (hipótesis optimista) como un desahogo ante tiempos que se prevén peores. Las rentabilidades de los planes que operan en los mercados bursátiles han mejorado en torno al 1% a lo largo de esta semana, una mejoría que no ha servido apenas para borrar las malas cifras de los periodos anteriores. En realidad, los planes de renta variable ofrecen en estos momentos una pérdida en términos anuales superior al 13%. En lo que va de año, ceden el 9%.
Sólo los planes de renta fija a corto plazo presentan un cierto grado de rentabilidad, no superior al 2% en el mejor de los casos, de forma que estos planes se han convertido casi en el único refugio fiable para el partícipe que desea mantenerse tranquilo. En todo caso, encontrar ahora mismo algún plan que sea capaz de contrarrestar con garantías la tasa de inflación es prácticamente imposible, sobre todo si la inflación sigue cerca del 5%.