La rusa Kaspersky desafía a Panda en España con la apertura de oficinas locales
La compañía rusa de seguridad informática Kaspersky Lab anunció ayer la creación de su filial en la península Ibérica, que espera facturar 7,6 millones en 2008. La firma desafió a Panda, asegurando que ya es la segunda empresa del mercado español.
Eugene Kaspersky, considerado el gran gurú ruso de la seguridad informática, quiere que su compañía, bautizada como Kaspersky Lab, gane cuota de mercado en el sector frente a grupos como Symantec, McAfee o Panda Security. En su avance por todos los continentes, le ha tocado ahora el turno a España.
La empresa, que hasta ahora distribuía sus productos en nuestro país a través de socios locales, anunció ayer la apertura de su primera oficina en Madrid, en la que inicialmente trabajarán ocho personas. Kaspersky retó a sus rivales y, citando cifras de GFK, dijo que ya es la segunda firma de seguridad del segmento de consumo en España a poca distancia de Symantec y por delante de Panda. 'En el fútbol España venció a Rusia pero en este negocio podemos ganar', bromeó el directivo.
La compañía, que prevé invertir 1,5 millones de euros en España en 2008, indicó que la facturación en la Península Ibérica ascendió a 4,3 millones en 2007. Para el ejercicio en curso, Kaspersky estima que elevará los ingresos un 76% hasta 7,6 millones (un 80% corresponde a España y un 20% a Portugal). Para alcanzar la cifra, que supone el 7% de Europa Occidental, el grupo pretende reforzar las relaciones con el canal. En la actualidad, trabaja con cuatro mayoristas en España, Codine, Diasa, Magirus y Micronet.
El siguiente país donde la empresa va a abrir las puertas es Italia. 'Vamos a estar en ocho países de Europa desde los que se cubrirán hasta un total de 24', explicó Kaspersky en una entrevista con CincoDías. Además, el grupo reforzará su posición en zonas como la India, Sudáfrica o Latinoamérica. 'Nuestros clientes quieren que estemos cerca para facilitar el asesoramiento y el apoyo técnico', dijo el directivo.
La expansión va a ser financiada con la propia tesorería del grupo. En este sentido, Kaspersky prevé elevar su facturación mundial un 72% en 2008 hasta alcanzar los 350 millones de euros. No obstante, la compañía tiene previsto salir a Bolsa a largo plazo, según explica el propio ejecutivo, que es propietario de más del 50% del capital (su ex esposa posee un 25% y el resto está en manos de inversores minoritarios y directivos de la empresa).
La compañía, que cuenta con un equipo de 900 especialistas (la mayoría en Moscú), busca también reforzar la red de partners compuesta de 500 socios en más de 100 países. Sus antivirus, encabezados por el Kaspersky Anti-Virus 7.0 y el Kaspersky Internet Security 7.0, son usados por 200 millones de usuarios en todo el mundo. La empresa comercializa tecnologías integrales de seguridad para empresas, que incluyen aplicaciones contra virus, spam y ataques de hackers o phishing.
Entre los clientes del grupo ruso figuran grandes entidades financieras como UBS, Hypovereinsbank, Barclays y Generali o empresas como EADS o Pernod Ricard. En España, Kaspersky tiene clientes como Bancaja, que ha adquirido un total de 6.000 licencias.
Más colaboración entre países
Eugene Kaspersky cree que debe haber una mayor colaboración entre los gobiernos en la lucha contra los ciberataques, que proceden en su mayoría de organizaciones del crimen organizado. 'Buscan robar dinero a empresas y usuarios', dice el directivo, quien opina que la policía puede no ser efectiva para este tipo de delitos. 'Debe haber un paraguas local que combine todas las policías, similar a la Interpol', señala Kaspersky, y cita a las Naciones Unidas como posible impulsor.En relación a la emisión de malware (software malicioso) desde Rusia, considerado como uno de los países más peligrosos, el ejecutivo afirma que está controlado por el crimen organizado. Kaspersky diferencia los distintos tipos de ataques en función de los países. 'Los chinos están más especializados en virus troyanos, en Latinoamérica se hace software para phishing, mientras que en Rusia se diseñan aplicaciones para unir ordenadores y coordinarlos para un ataque, que son vendidos a otros ciberdelincuentes', explica el directivo.