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Tecnología

Ordenadores muy portátiles

Son las máquinas más ligeras y minimalistas. Los fabricantes de portátiles especializan su oferta para dar gusto a todos los clientes

El ordenador de sobremesa ya no es la referencia. El auténtico rey ahora es el portátil. En el primer cuatrimestre del año la venta de PC en España crecieron un 47% y los portátiles fueron los responsables. Según el último informe de Gartner éstos subieron un 54,9%, mientras que la venta de equipos de sobremesa cayeron un 7%. Y es que, hoy, las cifras de venta de portátiles casi duplican a las de sobremesa en nuestro país según la misma consultora, una situación que se repite en Europa y en el resto del mundo.

En el trabajo, el ordenador portátil representa la oportunidad de llevar la oficina a cualquier parte. En casa, el PC se ha consolidado como un electrodoméstico de primer nivel. Según datos del INE, el ordenador está presente en el 60,4% de los hogares españoles, y el portátil doméstico también le gana terreno al sobremesa.

Con este panorama es lógico que los ordenadores portátiles estén ampliando sus familias, tamaños y opciones para especializarse a máximo. El objetivo es satisfacer las necesidades diferentes de los usuarios. Y una de las familias que más ha crecido en los últimos tiempos ha sido la de los portátiles más ligeros, pequeños y minimalistas. Dentro de esta categoría han surgido distintas subespecies cada una con su propio nombre de guerra. Así vemos como entre los más pequeños diferenciamos entre el ultraligero, el Ultramobile PC, el Tablet PC y el ultraportátil. Y todos tratan de hacerse un hueco en el reñido y volátil mercado informático.

Los primeros, los ultraligeros, son máquinas que tienen una pantalla en el entorno de las 12 pulgadas y pesan menos de dos kilos. Se trata de ordenadores potentes y muy manejables que llevan prácticamente lo mismo que uno de los grandes. Eso sí. Tienen un peso y tamaño mucho más minimalista. Según Rafael Alonso, responsable de ordenadores portátiles de Hewlett-Packard, 'los ultraligeros suponen el 8% del total de portátiles'. Se trata de un segmento consolidado con un público de profesionales que valora la portabilidad sin perder potencia y no les importa pagar un poco más.

Otra cosa es el llamado Ultramobile PC o UMPC que algunos llaman Origami. Este invento nació en 2005 promovido por Bill Gates. En el evento Windows Hardware Engineering Conference mostró uno de estos equipos y vaticinó que se vendería bien a partir de 2007. El UMPC es una tableta con pantalla de siete pulgadas que pretende ser casi tan potente como un PC, pero mucho más pequeño y ligero. La realidad es que tras salir al mercado, el UMPC ha resultado demasiado caro, lleva una pantalla demasiado pequeña y ha demostrado un manejo poco ágil. De momento, el UMPC no ha convencido a los usuarios de ordenadores y ni siquiera se han acercado a los últimos puestos de la lista de superventas de ordenadores en el mundo.

Algo parecido le ha ocurrido al llamado Tablet PC. Otro invento promovido por Bill Gates (esta vez en la feria Comdex de 2001). Aquel intento de tableta informática, en realidad, buscaba dar cobertura al sistema operativo que desarrolló entonces Microsoft. El equipo era parecido a un portátil convencional, pero con pantalla táctil y algunos programas que trataban de hacer más fácil el uso del PC. Aunque todavía sobreviven algunos modelos, no han tenido buenas ventas. Se ha demostrado como otro intento fallido del señor Gates. Su famoso programa de ventanas que permitía escribir a mano no era tan bueno como los usuarios esperaban y la campaña orquestada de Microsoft se quedó en un simple gatillazo.

Económicos y poco potentes

El último de los portátiles ligeros que ha entrado en la familia es el llamado ultraportátil. Se trata de una variación de la iniciativa fallida de Nicholas Negroponte para llevar ordenadores a los países del Tercer Mundo. El ultraportátil es una máquina muy ligera y pequeña, pero que viene con teclado completo y pantalla entre siete y nueve pulgadas. Lo más atractivo de estos equipos es que son muy económicos. Lo peor, que resultan poco potentes, con poca capacidad y una pantalla demasiado pequeña. Además, al final los modelos comerciales han subido tanto el precio que se han cargado a los posibles compradores. Lo que, en un principio, parecía que se acercaría a los 100 dólares ahora se está quedando en 300 o incluso 400 euros. Al final, un poquito menos de lo que cuesta un portátil de verdad con pantalla de 15 pulgadas y prestaciones de ordenador auténtico.

Como estos ultraportátiles son la última propuesta que ha entrado en la familia de equipos minimalistas, todavía no hay datos sólidos que avalen el éxito o el fracaso del formato. Pero es algo que se dirimirá en los próximos meses.

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