El presidente de la CEOE critica los códigos que desconfían del consejero
El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, critica el hecho de que 'en los últimos tiempos en España' han proliferado códigos de buen gobierno que, 'en algunos de sus contenidos, han sido redactados partiendo de un mensaje de desconfianza en los administradores de las empresas'.
Cómo puede pensarse que, necesariamente, un consejero de más de 70 años va a actuar peor que uno de 50, aun cuando éste sea un simple rentista y aquél lleve toda una vida de experiencia en el ámbito respectivo? ¿Quién puede asegurar que un órgano de administración colegiado va a funcionar mejor con cinco consejeros que con tres o con 15 y no con 17 consejeros? ¿Por qué va a ser necesariamente mejor que los consejeros sólo puedan ser reelegidos una sola vez, si son profesionales o empresarios de prestigio?' Son algunas de las preguntas retóricas que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, quiso compartir con los asistentes a la cena que anualmente organiza el Instituto de Consejeros-Administradores para hablar de buen gobierno.
Díaz Ferrán criticó en su discurso ante un nutrido grupo de consejeros y de ejecutivos empresariales la proliferación en España de códigos de buen gobierno que, en algunos de sus contenidos, han sido redactados desde la desconfianza en los consejeros de las empresas.
El presidente de la CEOE cree que ese mensaje de desconfianza incluye otro similar hacia la economía de mercado, 'desde el momento en que esos códigos parecen considerar insuficiente el castigo que, habitualmente los mercados infringen a las empresas gestionadas por administradores que incumpliendo dolosamente la vigente legislación, pueden cometer ilícitos mercantiles, tributarios, administrativos y, o penales'.
Díaz Ferrán cree que las irregularidades aisladas no justifican códigos exhaustivos
A juicio de Díaz Ferrán, los hechos aislados de quienes cometen irregularidades no justifican la promulgación de códigos de buen gobierno exhaustivos. Sobre todo, porque en su opinión, el buen gobierno de las empresas no puede depender de recomendaciones iguales para todos, ya que existe una multiplicidad de intereses y de situaciones que hacen diferentes a unas de otras. Así, aplicar un conjunto homogéneo de preceptos y o recomendaciones, sería 'pese a los buenos deseos, de muy difícil o, por no decirlo, de imposible aplicación'. Díaz Ferrán afirma que el buen gobierno de las empresas es un valor irrenunciable 'que hay que defender; pero esta defensa no puede consistir en una mera etiqueta, acreditativa de que formalmente se cumplen determinadas normas, sino que estos valores deben concretarse en actuaciones honestas'.
El presidente de la patronal se mostró más partidario de un contar con una serie de recomendaciones que trasciendan lo nacional que de un código específico de buen gobierno. 'Dado el carácter globalizado de nuestra economía y nuestra plena integración en la UE, debe huirse de cualquier posición individualista que no tenga en cuenta un marco uniforme de buen gobierno, aplicable a todas las empresas europeas'.
Díaz Ferrán alertó además de la tentación de regular determinados aspectos de la vida de las empresas que, 'muchas veces carecen del suficiente grado de razonabilidad y proporcionalidad y sacralizan el principio de que, para curar un dolor de cabeza, no hay nada como cortar esa cabeza'.
'La RSC es crear puestos de trabajo y pagar las nóminas'
El presidente de la CEOE tampoco se mostró muy partidario de las políticas de RSC y sobre todo cuando éstas reportan algún tipo de beneficio competitivo a la empresa que las aplica. Díaz Ferrán afirmó que 'la única RSC de una empresa es la de crear puestos de trabajo y pagar las nóminas de sus empleados. æpermil;sa es la única RSC que se puede exigir. El resto tiene que ser voluntario'. Eso sí, el presidente de la patronal de los empresarios pidió la existencia de transparencia sobre las acciones de responsabilidad corporativa. Además, el presidente de la CEOE se mostró contrario a que el Gobierno o las administraciones locales o autonómicas puedan otorgar ventajas competitivas a las empresas que apliquen la RSC. 'No se pueden hacer discriminaciones positivas con la acción social', afirmó Díaz Ferrán.