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El mundo de la moda dice adiós al padre del esmoquin femenino

Los funerales por el diseñador francés Yves Saint Laurent, fallecido el domingo, se celebran el jueves

El mundo de la moda dice adiós al padre del esmoquin femenino
El mundo de la moda dice adiós al padre del esmoquin femeninoREUTERS

Lo único que lamento es no haber inventado el vaquero'. Y es que creó y respiró la moda de la misma manera que encaró la vida. Fue el principito de la moda o el joven de los volantes y trapecios, sobrenombre que le dio la prensa francesa en sus inicios; el modisto que se atrevió a vestir a la mujer como un hombre sin restarle femineidad. Yves Saint Laurent (Orán, Argelia, 1936), el padre del esmoquin en femenino, autor de la sahariana para mujer, el que la desvistió con transparencias, falleció el domingo en París, víctima de un tumor cerebral, a los 71 años.

El francés que nació en Argelia, el sucesor de Christian Dior -celoso del talento del joven Saint Laurent, al que despidió en una ocasión y hubo de readmitir después- el gigante de la indumentaria en femenino se extinguió seis años después de haber dejado de ejercer. Sus funerales tendrán lugar en París el próximo jueves y a ellos asistirán personalidades de todo el mundo. Entre éstas, la primera dama francesa y ex modelo Carla Bruni, quien desfilara para él. Respondiendo al deseo del modisto, sus restos descansarán en los Jardines de Majorelle, colindantes a su residencia en Marraquech.

El mundo de la moda y de la cultura, su pasión, lloraron ayer la muerte de un creador. De un genio. Del último exponente de la generación que engendró la alta costura: Dior, Balenciaga, Givenchy... Fundó su propia casa en 1968. Dos décadas más tarde ya facturaba 360 millones de euros.

Saint Laurent vistió a la mujer con instrumentos tan precisos y vitales como lo son -todavía hoy- la cazadora negra (1960), el esmoquin (1962) y la sahariana (1969). Tres clásicos -ya eternos- que el genio de Orán colocó por primera vez sobre la silueta femenina. Nadie antes osó cubrirla con indumentaria masculina.

El diseñador cordobés Elio Berhanyer desmintió esta atribución: 'La primera fue Channel', dijo ayer, precisando que lo admirable en él era su capacidad para mezclar colores y para 'tomar el folclore de un país y convertirlo en un equilibrio de la alta costura'. Un estadio de la moda al que, a juicio del presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España, Modesto Lomba, Saint Laurent no estaba constreñido. 'Porque nació en la alta costura, la revolucionó y luego supo adaptarse al pret-à-porter y a los sucesivos cambios en la pasarela', explicó.

Y es que Saint Laurent se veía a sí mismo como un 'artesano fabricante de felicidad'. Sabía hacer humor con telas, mientras que el mundo de la moda lo interpretaba como cosa seria. Se quejó en silencio. No lo recriminó.

Aceptado por todas y todos. Sedujo también a sus compañeros de filas, al mundo de la moda. Y en eso residía, según el creador madrileño Jesús del Pozo, su gran talento. 'Un hombre que marcó un hito en la moda del siglo XX no lo es sólo por ser un revolucionario o un provocador'. Saint Laurent, que incorporó a la silueta femenina el arte abstracto de Picasso, Mondrian, Basquiat o Pollock, dejó tras de sí un influyente estilo.

Los últimos años, Saint Laurent se mostraba alicaído, vencido. 'Muy desgraciado', explicó su compañero Pierre. Desde que abandonara la moda en 2002, no volvió a tocar un lápiz. Su casa de modas se convirtió en 2004 en la Fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent. Allí se recoge todo sobre el artista, poco del hombre.

El grupo francés Pinault-Printemps-Redoute, tras el que se esconde el logotipo YSL, tendrá que encontrar un diseñador que lleve su marca. Aunque 'suceder a un creador mágico como él no es tarea fácil sin ruptura', presagia el modisto español Modesto Lomba.

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