Los canales de denuncia se amplían para convertirse en controles éticos
El Código Unificado recomienda a las empresas que establezcan un mecanismo que permita a los empleados comunicar irregularidades, especialmente financieras y contables. Pero los expertos constatan que las compañías españolas han preferido ampliar el alcance de estos canales y permitir su uso a proveedores o clientes que pueden comunicar también problemas éticos.
Ayer tuve que trabajar hasta tarde. En la fotocopiadora encontré unos cuantos archivos de personal. En ellos había varias copias con información sobre los sueldos de nuestro departamento. No quiero acusar a nadie, pero no me parece bien que este tipo de información ande rondando por la oficina. ¿Qué debo hacer'. Esta es una de las comunicaciones que en muchas ocasiones los empleados de las compañías prefieren hacer llegar a la dirección de sus empresas de manera anónima o al menos confidencial.
No se trata de una irregularidad financiera o contable, que es el caso en el que pensaba la Ley Sarbanes Oxley a la hora de establecer la obligación para todas las sociedades que coticen en mercados estadounidenses de poner en marcha un canal anónimo de denuncias. En este caso se trata de una situación irregular que un empleado quiere poner en conocimiento de la dirección sin necesidad de que sea una conducta fraudulenta. Y ese tipo de comunicaciones suele producirse con más frecuencia que las denuncias sobre aspectos financieros o contables.
Las empresas españolas que cotizan en EE UU ya hace tiempo que pusieron en práctica el mandato de las Sarbanes Oxley. Endesa, Telefónica, Repsol, BBVA o Santander fueron así pioneras en España a la hora de establecer canales específicos para que los empleados pueden denunciar de forma anónima las posibles irregularidades que desde el punto de vista de los estados financieros o los comportamientos poco éticos puedan detectar en el desarrollo de su trabajo. Su puesta en marcha está avalada por los resultados. De acuerdo con algunos estudios como el llevado a cabo en EE UU por la Association of Certified Fraud Examiners, las empresas que ya disponían de este tipo de canales en EE UU antes de la entrada en vigor de la ley sufrían menos fraudes que las que no lo tenían.
La mayor parte de las compañías ha confiado su gestión a órganos colegiados que reportan a la alta dirección o al consejo
Pero las empresas españolas que no están obligadas a cumplir con la Sarbanes Oxley sólo deben tener en cuenta la recomendación que introdujo el Código Unificado. El documento recomienda el establecimiento de un mecanismo que permita a los empleados comunicar irregularidades principalmente financieras y contables. Pero en la mayor parte de las empresas que han asumido la recomendación, el canal se ha concebido como un elemento más de gestión.
De hecho, como señala José Luis Blasco, Director de Global Sustainability Services de KPMG, los canales de denuncias se han reconvertido en canales éticos. En primer lugar, por las connotaciones negativas que tiene la palabra denuncia. 'Además, por lo general, el empleado, más que irregularidades financieras quiere comunicar deslealtades y, por otra parte el hecho de que se le llame canal ético permite la comunicación de cuestiones como mobbing, abusos, problemas medioambientales, etcétera. Blasco añade que en muchos casos las empresas españolas han abierto sus canales incluso a clientes o a proveedores por ejemplo. 'En estos momentos empresas como Endesa, Repsol, Gas Natural, Acciona, Ferrovial, Inditex o Telefónica, por ejemplo, tienen ya establecidos y en funcionamiento este tipo de canales éticos', explica este profesional. Y entre las principales tendencias señala que la mayor parte de las empresas ha confiado la gestión de los canales a órganos colegiados que reportan regularmente a la alta dirección y al consejo de administración.
Confidencial o anónimo
El Código Unificado recomienda a las sociedades cotizadas el establecimiento de mecanismos que permitan a los empleados denunciar irregularidades financieras o contables de forma confidencial 'o, si se considera oportuno, incluso anónima'. Pese a la recomendación, los expertos señalan que los canales reciben denuncias de muchos otros tipos. Además, éstos suelen ser confidenciales en lugar de anónimos, ya que el anonimato puede fomentar las denuncias desleales y de mala fe y en pueden facilitarse datos falsos sobre la persona denunciada, advierte Pedro López, de KPMG Abogados. Por su parte, Ignacio Cortés, director de KPMG Forensic, sugiere a las empresas que, para no encontrar problemas, a la hora de poner en funcionamiento estos canales se aseguren de aprobar protocolos para notificar las denuncias al comité de auditoría y para evitar represalias a los empleados.