La alta velocidad quita un tercio de sus viajeros a las líneas regulares de autobús
No sólo el puente aéreo ha salido damnificado del efecto AVE. Las compañías de autobuses que operan los trayectos cubiertos por las nuevas líneas de alta velocidad abiertas en dirección a Barcelona, Málaga y Valladolid han visto cómo desde su puesta en funcionamiento han perdido un tercio de su pasaje habitual, según los datos que maneja Fenebús, la patronal del sector. æpermil;sta incluso se ha planteado la opción de denunciar al operador ferroviario por competencia desleal.
La irrupción del AVE como conexión alternativa entre las dos ciudades más importantes de España, Madrid y Barcelona, no sólo ha servido para vaciar una buena parte de los vuelos que operan en el popular puente aéreo, también ha hecho mella en la ocupación de la línea regular de autobuses que diariamente completa ese trayecto y que es gestionada, por concesión administrativa, por Aratesa, la filial del Grupo Alsa.
En Alsa prefieren no proporcionar datos concretos sobre la caída de viajeros experimentada por la línea desde la entrada en funcionamiento de la alta velocidad entre Madrid y Barcelona, pero la patronal del sector, Fenebús, asegura que, en general, las concesiones cuyos trayectos coinciden con las nuevas líneas de AVE abiertas en los últimos meses han sufrido caídas de entre el 25% y el 30% en sus niveles de ocupación, cuando los recortes en el conjunto del sector, al compás de la crisis, han sido del 7%.
Competencia desigual
Las patronales del sector se plantean denunciar a Renfe por competencia desleal
Para valorar con precisión el impacto real de este fenómeno hay que acudir a los datos del Ministerio de Fomento. æpermil;stos revelan que la ruta Madrid-Barcelona (la quinta más importante por número de viajeros) proporciona a su empresa concesionaria 23 millones de euros, lo que supone una tercera parte de la facturación anual de Aratesa y una décima parte de los ingresos que su matriz, el Grupo Alsa, obtiene de las concesiones de líneas de transporte que opera a nivel estatal.
Por otra parte, los 9,5 millones de euros que factura Daibus por la línea Madrid-Málaga suponen la mayor fuente de ingresos de la marca en la Costa del Sol del Grupo Damas. Menor será el impacto sobre la línea Madrid-Valladolid, también de Alsa, que se sitúa en el rango más bajo de tráfico del sistema y, por tanto, es menos rentable.
De forma más lateral, otras líneas como la Sevilla-Málaga con destino a Montgat y Manresa, que pasa por ser la segunda de mayor demanda de todo el sistema concesional estatal, también se están viendo afectadas por el 'efecto AVE'. Aunque desde el sector no se reconoce el impacto directo de la alta velocidad sobre el autobús, bajo el argumento de que son modos distintos que compiten por usuarios diferentes y en tramos de tarifa diversos, de fondo aparece una sensación de agravio comparativo, especialmente desde que Fomento habilitó a Renfe para operar con mayor flexibilidad de tarifas y aplicar descuentos, por ejemplo, por comprar billetes a través de internet.
Las organizaciones del sector incluso se han planteado denunciar a Renfe por lo que consideran un caso de competencia desleal 'para borrar a un operador del mercado'.
El año 2008 no está siendo especialmente bueno para el sector, que ha perdido, de media, un 7% de sus viajeros por la crisis económica
Gasóleo. La mínima subida en las tarifas de los trayectos enfada a las compañías
Un sistema injusto. El sistema de revisión de tarifas previsto por el Ministerio de Fomento para las concesiones de líneas regulares de autobús prevé su actualización en función del IPC medio del año. Eso da lugar a que en años como éste, los precios que cobran las compañías a los viajeros sólo suban un 2,79% cuando su principal coste, el carburante, lo ha hecho más de un 25% en los últimos doce meses.Agravio con el tren. Mientras el autobús se conforma con la subida que le reconoce la ley, a Renfe se le dota de un sistema flexible que le permite aplicar descuentos y recargos según la hora, el día o la forma de contratar el viaje. La sensación de agravio es mayor porque el Plan de Infraestructuras dedica cuatro veces más recursos al tren, pese a que el bus mueve el doble de pasajeros que el ferrocarril y el avión juntos.Demandas desoídas. Las demandas de la patronal del sector, en orden a racionalizar el régimen sancionador (que permite retirar el carné a un conductor por aparcar mal) a sus profesionales o a establecer una cláusulas en las concesiones administrativas que les proteja de los avatares del precios del combustible, han sido sistemáticamente desoídas por el Gobierno y han provocado un alto nivel de malestar.