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Actividad

El Banco de España cree que la desaceleración se ha agudizado

El Banco de España alertó ayer de que la información disponible 'apunta a una continuación del debilitamiento de la actividad' durante el segundo trimestre del año. Un debilitamiento que significaría llegar a niveles mínimos de crecimiento intertrimestral, después del escuálido 0,3% del primer trimestre.

Las señales de alarma se acumulan. No es habitual que el análisis de la coyuntura española incluido en un boletín estadístico del Banco de España se exprese en los términos del publicado ayer. El escrito recuerda, de entrada, que la contabilidad nacional del primer trimestre recogía una desaceleración de la demanda nacional 'en todos sus componentes, salvo en el del consumo público'; por el lado de la oferta, 'todas las ramas, salvo la de la agricultura, moderaron su ritmo de expansión'.

Pero las mayores sombras afectan al presente y al futuro inmediato. Así, el organismo gobernado por Miguel Ángel Fernández destaca que la información disponible para el segundo trimestre del año 'apunta a una continuación del debilitamiento de la actividad'. Y repasa sector por sector los preocupantes indicios: en el consumo, la confianza de los consumidores y comerciantes minoristas se situaron en abril en mínimos de 14 y 15 años, respectivamente, y las matriculaciones de automóviles cayeron un 10,2% interanual. Para explicar la 'pérdida de dinamismo' de la inversión en bienes de equipo, recuerda que la utilización de la capacidad productiva ha caído nueve décimas, hasta el 80,2%. Más grave es el caso de la construcción, sector que registró un aumento de paro del 51,6% en abril. En ese mes, el consumo aparente de cemento cayó un 11% en términos interanuales, y ayer mismo se supo que la venta de casas cayó un 38,5% en marzo.

Todo apunta, pues, a que el debilitamiento de la demanda interna se agudice en el segundo trimestre. De confirmarse las malas expectativas, es probable que la última revisión a la baja que hizo el Gobierno sobre el crecimiento anual del PIB (2,3%) se quede corta.

La confianza del consumidor, las ventas de automóviles o el consumo aparente de cemento lanzan señales de alerta

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció ayer que la crisis financiera y los incrementos de los precios han provocado un ajuste 'más intenso y rápido de lo previsto', aunque insistió en que España dispone de fundamentos económicos 'más sólidos' para garantizar el cumplimiento de los compromisos sociales. Lo hará, en todo caso, con menos holgura de la prevista: el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, reconoció el martes que la administración central no logrará el objetivo inicial de acabar el año con superávit presupuestario.

Ralentización en la zona euro

El informe del Banco de España resalta la 'elevada tasa de crecimiento' que disfrutó la zona euro durante el primer trimestre del año, cuando su actividad aumentó un 0,7% en términos intertrimestrales. En el último tramo del año pasado, el avance había sido sólo de cuatro décimas. Sin embargo, el organismo destaca que 'la información coyuntural más reciente apunta, en general, a una cierta ralentización de la actividad a finales del primer trimestre y a principios del segundo'. En concreto, se refiere al descenso de la producción industrial registrado en marzo, así como a las encuestas de la Comisión Europea sobre confianza en la industrial, los servicios y la construcción, que prosiguieron en abril una senda decreciente.

Bruselas reprende a Francia por su abultado déficit

Francia se convirtió ayer en el primer país de la zona euro que recibe una amonestación de la Comisión Europea por no ajustarse al plan previsto para conseguir los objetivos presupuestarios a medio plazo, informa Bernardo de Miguel. Ese tipo de reprimenda se introdujo en la reforma del Pacto de Estabilidad de 2005 y pretende alertar a un país antes de que su déficit acabe superando el límite del 3%. Las últimas previsiones del comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, apuntan a un déficit del 2,9% en este año y del 3% en 2009. Almunia reclamó ayer al Gobierno de Nicolas Sarkozy que continúe con las reformas económicas puestas en marcha, pero compaginándolas con la disciplina fiscal y, en concreto, con una reforma del seguro de enfermedad y del sistema de pensiones.

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