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Columna
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Sobreprecio de la Bolsa de México

La Bolsa mexicana ha tenido unos pocos buenos años, pero los volúmenes de contratación pueden estar cerca de la cota cíclica. El crecimiento económico del país ha sido sorprendentemente mediocre, a pesar de sus ingresos petroleros. Parece que la entidad gestora de la Bolsa mexicana se está disparando por un aumento de la prima que no merece en la oferta pública de suscripción (OPS) que ha lanzado y cuyo precio se fijará el mes próximo.

Su índice ha tenido una buena racha. Los precios de las acciones se han quintuplicado en los últimos cinco años, mientras el volumen de negociación se ha duplicado. Otro plan de privatización fue retirado en 2006 debido a la confusión política en México ese año. Los precios de las acciones y los volúmenes de negociación se han sostenido bien en 2008, a pesar de la caída de los mercados mundiales, por lo que lanzar una OPS ahora parece lógico. El problema es su valoración, en el planeado múltiplo de 31-42 veces las ganancias obtenidas.

Una experiencia deprimente es que el desarrollo económico mexicano es extrañamente malo. Su tasa de crecimiento en 2007 fue del 3%, o 1,9% per cápita, a pesar de los ingresos por petróleo, que han producido alrededor del 22% de las exportaciones. Su emplazamiento, los niveles moderados de ingresos, el bajo gasto público y el Gobierno de centro-derecha podría permitir hacerlo mejor, no necesariamente igualando el 8%-10% de tasa de crecimiento económico de India o China, pero al menos creciendo al 5%-6% de Colombia o Brasil.

El asunto parece ser una contraproducente cultura política, cimentada en 88 años de gobierno de un único partido hasta 2000. Por ejemplo, el Congreso Nacional ha impedido al Gobierno actual de Felipe Calderón permitir inversiones extranjeras en la compañía petrolera Pemex, incluso aunque lo necesite: la producción mexicana de petróleo está cayendo, los negocios de refinado de Pemex perdieron dinero el año pasado, y a pesar de un excedente el país necesita importar más del 40% de su gasolina.

De media, las acciones cotizadas en la Bolsa del país actualmente se negocian a un PER 18 veces las ganancias obtenidas y sólo menos de cinco veces su valor nominal. Esto significa un rating más elevado que el de India, donde el crecimiento económico está siendo tres veces el de México. No resulta evidente por qué las acciones mexicanas deberían negociarse con una prima de valoración con mayor crecimiento de la economía. Y ciertamente no es lógico que el mercado de valores use una enorme prima adicional para atraer a los inversores.

Por Martin Hutchinson

Silverjet pende de un hilo

El número de personas que vuelan en la parte delantera del avión ha sido siempre un barómetro fiable del estado de la economía. Por tanto es altamente sorprendente que la crisis crediticia haya acabado ya con la mayoría de las compañías de business class -sólo las aerolíneas concebidas en el punto álgido del boom-. Ahora el último superviviente, Silverjet, parece estar pendiente de un hilo.Silverjet no dirá cuánto puede resistir antes de verse forzada a seguir a Eos o Maxjet en el camino de la quiebra. Pero, de hecho, que sus acciones fueran suspendidas el viernes no es una buena señal. La aerolínea ha recibido la promesa de una ayuda de emergencia de 5 millones de libras para mantener sus aviones en el aire por parte de Viceroy Holdings. Pero por razones no explicadas, este dinero todavía no ha llegado.El problema con Silverjet es que las 550 libras que cobra por un viaje de ida de Londres a Nueva York puede no ser bastante para cubrir sus costes. Para su crédito, las últimas estadísticas de abril mostraron que sus aviones tenían una ocupación del 67% -justo por encima del 65% que se ha dicho siempre que se necesita para salir sin ganar ni perder-. Pero su cálculo no incluye conceptos como gastos generales o publicidad, según el broker Daniel Stewart. Tampoco ha contado con un barril de petróleo a 135 dólares.Peor aún, Silverjet puede pelear para elevar el tráfico, incluso con bajos precios. Su modelo no funciona bien para grandes corporaciones, que compensan la mayor parte de sus viajes de negocios. Estos ponen una mayor prima en la frecuencia de vuelos, y la comodidad de Heathrow. También consiguen las grandes corporaciones descuentos de BA y Virgin.Silverjet está todavía volando y Viceroy puede llegar a tiempo con el dinero. La aerolínea dice que hay otras partes todavía interesadas en invertir. Pero sólo un valiente inversor podría poner dinero en esta aventura con el petróleo a 135 dólares por barril y cuando menos gente está girando a la izquierda en la entrada del avión.Por Fiona Marhag-Bravo

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