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Toros

Gran toreo bajo la lluvia de Morante, El Juli y Manzanares

El diestro de La Puebla corta una oreja y mantiene el idilio con la plaza de Las Ventas Toros

Llovió agua durante toda la corrida, y en los toros cuarto, quinto y sexto también llovió buen toreo. El mejor toreo. De las manos y de los capotes y muletas empapados de Morante de la Puebla y de El Juli salieron dos obras magníficas, de toreo desgarrado, épicas, porque se desarrollaron en un ruedo encharcado y bajo una tormenta que no dio ni un respiro.

Primero fue Morante. A un buen toro, el diestro sevillano le hizo dos quites de escándalo, por verónicas y delantales. Y luego le cuajó con la muleta. Las series de pases surgieron rotundas, redondas, luminosas. Cada muletazo era una obra de arte. Y el público, protegido de la lluvia, aplaudía a rabiar. La faena fue tan larga al toro de Victoriano del Río, que incluso sonaron dos avisos. Pero aún así, Morante cortó una oreja.

La armonía de El Juli

Luego llegó El Juli, con un toro que empezó muy violento dando fuertes derrotes. Pero el madrileño consiguió meterle en la muleta, que finalmente no se la tropezara, y que los muletazos tuvieran profundidad y mucha armonía. También era faena de oreja, pero Julián López pinchó y la cambió por un aviso. En cualquier caso, la faena ahí quedó.

José Mari Manzanares le dio excelentes muletazos al sexto, con toda la hondura, el compás, el empaque de que es capaz este torero. La faena también era de premio, pero el toro se vino abajo.

En la semana anterior a la corrida de ayer, el protagonismo de San Isidro lo acapararon, por encima de los matadores de toros, el rejoneador Andy Cartagena y el novillero El Payo. Ambos firmaron sendas actuaciones de mucha importancia. El sábado 17, Cartagena cortó dos orejas y abrió por quinta vez en su carrera la Puerta Grande de Las Ventas, tras una faena intensa y de calidad. En ese mismo festejo, el también rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza fue premiado con un apéndice. De los toreros de a pie, la sorpresa la dio el lunes 19 el mexicano El Payo, que toreó muy bien, tanto con el capote como con la muleta, al único novillo de La Quinta que pudo lidiar, pues el otro le hirió al realizar un quite por chicuelinas.

Mucha expectación generó la corrida del miércoles, por tratarse de la única comparecencia en la feria de Enrique Ponce, a quien acompañaba en el cartel la gran figura francesa Sebastián Castella. Pero aunque el valenciano hizo un gran esfuerzo por justificarse, y el torero de Béziers también estuvo muy por encima de su lote, los toros de Alcurrucén echaron por tierra el espectáculo. De la quema se salvó Morenito de Aranda, sustituto de Joselito Adame, que dio muy buena sensación con los dos toros menos malos del encierro.

Tres adioses a Madrid

Cuando se hicieron públicos los carteles de la feria de San Isidro, era sabido que ésta iba a ser la última para el veterano diestro murciano Pepín Liria, que anda metido en la temporada de su despedida de los ruedos. Sin embargo, nadie podía sospechar que también iba a ser la última para Luis Francisco Esplá y Enrique Ponce, que en estos días han comunicado que no tienen intención de volver a pisar el ruedo de Las Ventas. No se trata, desde luego, de ninguna rabieta 'en caliente', sino que ambos espadas consideran que han llegado al final de su trayectoria en Madrid.Luis Francisco Esplá es uno de los toreros que más paseíllos han hecho en Las Ventas y uno de las figuras contemporáneas más queridas por la afición madrileña, en cuya plaza ha tenido éxitos por todos recordados. Al final de su actuación del día 14, el diestro alicantino decidió sorpresivamente no volver a torear en Las Ventas.Y lo mismo Enrique Ponce, si bien el valenciano aseguró el día antes de torear el día 21 que ésta 'podría' ser la última en Madrid. Ponce, una gran figura del toreo durante más de veinte años, es también un matador que ha logrado cosechar importantes triunfos en el ruedo de Las Ventas.

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