Menos política y más medicina
Tres candidatos disputan hoy a la doctora Juliana Fariña la dirección del Colegio de Médicos de Madrid
En las últimas elecciones al Colegio de Médicos de Madrid sólo votaron el 10% de los colegiados. Los médicos madrileños, un colectivo de 35.000 profesionales, hace ya tiempo que no se sienten representados por la dirección de su colegio, cuya cuota deben pagar obligatoriamente. Y miran para otro lado.
Nadie sabe si la participación aumentará en las elecciones que hoy se celebran. Si ésta no aumenta, el colegio seguirá siendo, 'como hasta ahora', en opinión de muchos facultativos, un interlocutor débil para Esperanza Aguirre y su consejero de Sanidad, Juan José Güemes. También para las compañías de seguros, cuyos 'contratos basura', en palabras de Juliana Fariña, es una de las pocas realidades sanitarias -la otra es la burocratización de la atención primaria- en la que coinciden la actual presidenta del Colegio de Médicos de Madrid y sus contrincantes, los doctores Carlos Amaya, secretario general del sindicato médico CESM, Guillermo Sierra, traumatólogo de La Zarzuela y ex presidente de la Organización Médico Colegial, y Manuel Cabeza, médico de primaria y representante del sindicato CSI-CSIF. 'La atención primaria tiene en estos momentos encefalograma plano', afirma Amaya. No es una opinión aislada. Todos los candidatos quieren negociar su reforma con la comunidad de Madrid.
No se trata de que haya más médicos, según los especialistas, o al menos no en todos los casos, se trata de acabar con la burocratización del modelo. 'El médico está hoy realizando tareas administrativas que no le corresponden, y está desmotivado', denuncia Guillermo Sierra. Su salario base oscila entre los 1.400 y 1.500 euros y puede aumentar entre 800 y 1.000 euros con los complementos.
Reforma de la atención primaria, desarrollo de la carrera profesional sea cual sea el puesto de trabajo, salarios y retribuciones 'dignas' en la sanidad privada y 'transparencia y criterio profesional en la gestión del servicio madrileño de salud'. Amaya, Sierra y Cabeza comparten diagnóstico sobre los problemas de la profesión en Madrid y acusan a Fariña de ser 'la candidata del Partido Popular'.
Un partido, con Esperanza Aguirre al frente, que gestiona, dicen, 'sin contar con los médicos'. 'Los nuevos hospitales contratan a dedo, sin regirse por criterios profesionales. Y nadie nos dice cómo se van a administrar los centros que se construyan en el futuro. Además, hay que acabar con la politización de las direcciones médicas. Que cada cuatro años cambie el gerente y el director médico no tiene sentido', advierte Sierra. 'Cualquier modelo que quieran aplicar en Primaria y Especializa debe ser negociado con el Colegio de Médicos de Madrid', insiste Carlos Amaya. 'El médico debe tener voz y voto en el número de pacientes que ha de ver, en los tiempos de descanso y en el número de facultativos que han de atender una guardia', apostilla Cabeza. Sobre los cambios en la gestión impulsados por el PP dirá Fariña 'hoy no toca hablar de ese tema'.
Juliana Fariña ha cambiado los estatutos para presentarse de nuevo a las elecciones. De ganar, sería su tercer mandato. Pero este golpe de timón no ha gustado a los colegiados. Muchos esperan que aires renovados entren hoy en el viejo caserón de la calle de Santa Isabel.
En tierra de hombres
'Van contra mí porque soy mujer'. La doctora Juliana Fariña se siente atacada por sus colegas masculinos y no lo disimula. Quiere reducir a cero la cuota colegial y se enfada cuando la periodista le pregunta cómo lo conseguirá. 'Se lo diré cuando gane', zanja la cuestión. Los otros candidatos, partidarios de revisar las cuentas de la institución, son mucho más escépticos con la posibilidad de bajar las cuotas. 'El apoyo técnico que la correduría de seguros Uniteco está dando a la candidata en estas elecciones arroja muchas dudas sobre la futura dependencia financiera del colegio si Fariña gana', advierte Guillermo Sierra. Juliana Fariña resta importancia al cambio de estatutos, otra acusación de sus colegas, para poder repetir en el cargo y arremete contra los sindicatos médicos porque 'yo tengo que ponerme a trabajar en cuestiones laborales que ellos deberían haber resuelto y no han hecho'. Una acusación frontal contra Carlos Amaya, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos.