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CincoSentidos

Americanos y europeos invierten de manera distinta sus fortunas

Un estudio de Wharton e IESE asegura que en EE UU se prefiere la Bolsa al ladrillo

Americanos y europeos invierten de manera distinta sus fortunas
Americanos y europeos invierten de manera distinta sus fortunas

A las grandes fortunas estadounidenses, las family offices, o lo que es lo mismo, las organizaciones profesionales que gestionan el patrimonio y vidas de las familias más ricas del mundo, se les suele recomendar invertir en acciones. En Europa llama la atención otra tendencia: los millonarios prefieren las inversiones inmobiliarias a la compra de acciones. O al menos lo preferían en 2006 y 2007, años en los que se realizó el informe Single Family Offices: Private wealth management in the family context (Oficinas familiares: administración de patrimonios familiares), elaborado por IESE y Wharton, y que descubre algunos de los secretos sobre el funcionamiento de estas organizaciones, sobre todo de su forma de gobierno, el destino de sus inversiones o sus diferencias geográfica. El estudio cuenta con la participación de oficinas familiares europeas, americanas y asiáticas que gestionan patrimonios superiores a los 100 millones de dólares y la mitad de los participantes gestionan fortunas de más de 1.000 millones.

La mayoría de las familias considera su oficina como una entidad de inversión privada, en las que se atienden responsabilidades denominadas soft (blandas), como coordinar la educación, proveer servicios de conserjería u organizar actividades filantrópicas. Según se desprende de la investigación, en su mayor parte son familias emprendedoras, ejercen como accionistas mayoritarios de sus negocios y no delegan la gestión de sus negocios. Como gestores, se implican profundamente en las operaciones de sus oficinas. En casi la mitad de los casos, un miembro de la familia actúa como cabeza de la oficina. Estos jefes normalmente tienen experiencia como directivos, ya sea en el negocio familiar o en el sector.

El grado de implicación del responsable de una oficina en las actividades de inversión depende del grado de riqueza que tenga la familia y de cuántas generaciones la compongan. En las oficinas más ricas, así como en aquellas que sirven a diversas generaciones, los jefes dedican menos tiempo a las actividades de inversión que los que trabajan en oficinas que administran fortunas más pequeñas y compuestas por menos generaciones.

Respecto a la forma de gobierno, las oficinas donde está presente la primera generación familiar suelen tener menos comités. Pero existen diferencias entre las europeas y las estadounidenses. Las primeras tienden a formar más comités y a informar con más detalle y frecuencia a los grupos de interés de la familia que sus homólogas al otro lado del Atlántico.

El estudio también descubre que las oficinas de milmillonarios cuentan con un consejo de administración y un comité auditor en un porcentaje más alto que las de los que son simplemente millonarios.

Poseer una gran fortuna comporta privilegios, pero también obligaciones. Los multimillonarios que gestionan directamente su negocio también han de ocuparse de administrar su fortuna y de hacer planes para las futuras generaciones de la familia. Por razones de intimidad, exclusividad y personalización, a las familias acaudaladas les gustan las oficinas familiares, encargadas de proteger las inversiones y el patrimonio del grupo familiar, tanto de las generaciones actuales como de las futuras.

Cada miembro de una familia de la muestra afronta retos diferentes, lo que no es de extrañar, ya que las oficinas prestan servicio de media a 13 hogares, o lo que es lo mismo, a 40 familiares pertenecientes a dos o tres generaciones.

Con el fin de satisfacer las necesidades individuales de cada uno de ellos, los responsables de las oficinas tienen entre sus prioridades atraer y retener a buenos profesionales. Son una de las claves de las family office. Las familias, debido a la confidencialidad que requieren estas instituciones, se esfuerzan por crear un entorno de trabajo atractivo y asegurar la estabilidad laboral de sus plantillas. Está en juego el incremento de la fortuna.

Calidad de vida en las 'family offices'

Cada fortuna contempla las family offices de maneras distinta. Por ejemplo, una de las familias estudiadas por IESE y Wharton ve su oficina como una 'empresa de inversión privada cuyo objetivo es invertir agresivamente para asegurar el crecimiento de la fortuna familiar'. La oficina está ubicada en un centro financiero muy activo, no en un paraíso financiero, de forma que la plantilla, compuesta por nueve inversores, 10 contables, un abogado y 12 ayudantes, pueda relacionarse diariamente con los mejores expertos financieros.Otra de las familias, con varias generaciones a su espalda, repartida en varios países y con 15 beneficiarios, confía la preservación de todo su patrimonio a la oficina. Así, la función de ésta es 'velar por la unidad de la familia y por una sucesión patrimonial inteligente y ordenada'. También ayuda a la familia en tareas administrativas como asuntos bancarios, impuestos e informes financieros, y le presta servicios de conserjería y de planificación inmobiliaria.Trabajar en una family office tiene sus ventajas para los profesionales, en cuanto a seguridad laboral, mejora de la calidad de vida, flexibilidad horaria, menos presión e incluso oportunidades de invertir conjuntamente con las familias para las que trabajan.

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