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Financiación autonómica

Cataluña quiere la financiación alemana y anhela la de Canadá

El Gobierno de Montilla llevará a la Comisón Mixta un modelo que, partiendo del ejemplo de otros países federales, implica una reforma de la solidaridad territorial.

El Gobierno catalán acudirá a la Comisión Mixta del próximo 28 de mayo con los deberes hechos. Lleva años puliendo una propuesta de financiación que, influida por el sistema federal alemán, mejore los ingresos que percibe Cataluña y modifique una situación que califica de 'injusta'. El presidente de la Generalitat, José Montilla, considera la reforma de la financiación un tema prioritario y urgente. El empeño catalán no sorprende. Desde la aprobación de la Constitución en 1978, esta región se ha caracterizado por adoptar un papel protagonista en las sucesivas reformas de la financiación autonómica. Ahora, con los socialistas instalados en el Palacio de la Generalitat, la situación es similar, pero con una diferencia. La propuesta del Gabinete catalán, que lleva la firma del consejero de Economía y catedrático de Hacienda Pública, Antoni Castells, es más ambiciosa que la que nunca osaron proponer los sucesivos ejecutivos de Jordi Pujol en los 23 años que estuvieron en el poder.

Ahora, además de aumentar el porcentaje de cesión de los impuestos estatales, el objetivo catalán implica limitar la solidaridad, término que no agrada a Castells por sus connotaciones negativas. En lenguaje técnico, se trata de aplicar un sistema de nivelación parcial. Cataluña se mira en el espejo alemán, aunque en privado, no son pocos los que desearían implementar el sistema canadiense, mucho más beneficioso para las comunidades con más ingresos.

Ambos modelos de financiación, el alemán y el canadiense, mantienen una redistribución limitada de los recursos entre los territorios. Sin embargo, en el caso canadiense, la nivelación se realiza a costa del Gobierno central, mientras que en el alemán -como sucede en España- son las comunidades las que pierden parte de sus recursos en aras de la solidaridad. En Canadá, cada región retiene la totalidad de sus ingresos y aquellas que no llegan a cubrir sus gastos reciben fondos del Estado. Fuentes de la Generalitat reconocen que un sistema como el canadienses resulta, hoy poy hoy, políticamente inasumible para España.

Para Cataluña, la nivelación del sistema español es exagerada y modifica sobremanera los recursos disponibles. Así, Madrid, que es la región que goza de más recursos por habitante, una vez aplicado el mecanismo de nivelación a través del Fondo de Suficiencia, se convierte en una de las autonomías con menos capacidad de gasto. El mecanismo de nivelación en España no acerca los territorios ricos a los pobres, sino que invierte sus posiciones.

Para evitarlo, Cataluña adopta, con matices, el modelo de Alemania, cuyo sistema de nivelación en ningún caso implica un cambio drástico como en el caso español.

Así, el Estado alemán de Hessen, que es el más rico, sigue manteniendo esa posición una vez aplicado el mecanismo de nivelación. El modelo catalán camina en esa dirección. Mantener la solidaridad, pero de forma parcial, de tal manera que si Madrid es la región con más ingresos y Extremadura la que menos, el Fondo de Suficiencia sirva para estrechar las diferencias, pero no para invertir las posiciones.

Por el momento, desde Economía, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ha mostrado su predisposición a aplicar la nivelación parcial. La Generalitat propone que la solidaridad alcance para cubrir los servicios básicos del Estado del bienestar -sanidad, educación y servicios sociales- que, según sus cálculos, supone entre el 65% y el 75% del gasto de las comunidades. Así, las regiones tendrán garantizado un nivel similar de recursos para los gastos prioritarios y el resto de servicios dependerá de la capacidad fiscal de cada territorio. Uno de los debates más difíciles será delimitar qué supone un gasto esencial y qué queda fuera de esa categoría.

El Gobierno de Montilla argumenta que su modelo es fiscalmente responsable y mantiene la solidaridad intraterritorial. Si su propuesta termina por aplicarse a todas las comunidades autónomas, Madrid y Baleares serían las regiones más beneficiadas.

Cumbre socialista en Madrid

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha citado para el próximo miércoles a las comunidades autónomas gobernadas por los socialistas para abordar el debate sobre la reforma de la financiación, según avanzó ayer Cuatro. El encuentro se producirá un día después de celebrarse el Consejo de Política Fiscal y Financiera. La mayoría de comunidades socialistas, como Extremadura, Castilla-La Mancha o Andalucía ya han mostrado su rechazo frontal a la propuesta del Gobierno catalán de aplicar un mecanismo de nivelación parcial.A José Montilla, presidente de la Generalitat catalana, ser del PSOE no le ha servido para ganarse aliados en otras comunidades socialistas. 'Nos veremos las caras con Cataluña si tocan nuestros intereses', dijo, retador, Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura.La financiación autonómica tiene la cualidad de crear extraños compañeros de viaje. El Gobierno catalán, formado por socialistas e independentistas, ha encontrado una mayor empatía en regiones gobernadas por el Partido Popular, como la Comunidad Valenciana.

¿Superávit estatal a costa del déficit autonómico?

La descentralización que ha vivido España en los últimos 30 años ha creado una suerte de competencia entre las comunidades autónomas y el Estado para poseer más ingresos y mayor capacidad de gasto. Los gobiernos regionales levantan la voz contra lo que llaman desequilibrio vertical a favor de la administración central. Que simplemente significa que el Estado obtiene más ingresos que sus necesidades de gasto, mientras que las comunidades sufren la situación inversa (ver tabla anexa). Así, los ingresos estatales en 2007 representaron el 43% del total, al tiempo que sus gastos no alcanzaron ni el 30%.Por el contrario, las regiones ingresaron el 22% y su gasto fue superior al del Estado. La diferencia entre lo ingresado y las necesidades de gasto lo cubre el Fondo de Suficiencia. Sin embargo, el modelo de financiación toma como base la población de 1999, con lo que las necesidades de gasto que calcula el sistema son inferiores a las reales. Por ello, algunas voces, como la de Montilla, sostienen que el superávit del Estado es a costa del déficit autonómico. Sin embargo, tal y como evoluciona la economía, este debate se terminará este año si, como es previsible, tanto la administración central como la autonómica entran en déficit.

La dificultad de calcular el coste de los servicios

Si bien la mayoría de comunidades está de acuerdo en que la población sea la variable básica para determinar la necesidades de financiación de cada territorio, existen discrepancias acerca de qué otras variables deben pesar en el reparto. Para Castilla-La Mancha, el nuevo modelo debe tener en cuenta -como ya establece el actual sistema- la baja densidad de población, ya que encarece los servicios.Desde Andalucía, consideran que una comunidad con mayor población infantil precisa de mayores recursos. Cataluña defiende que la variable de la población debe ser rectificada por el número de inmigrantes de cada comunidad autónoma. Todo ello añade aún más complejidad para alcanzar, como quiere el Gobierno, un acuerdo con la participación de todas las comunidades autónomas.

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