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Terrorismo

Partidos, sindicatos y empresarios condenan juntos la última acción de ETA

ETA debería tomar nota porque algo muy importante vuelve a cambiar en la reacción de las fuerzas políticas y sociales contra el terrorismo. La muerte del guardia civil Juan Manuel Piñuel Villalón tras el atentado perpetrado ayer contra la casa cuartel de Legutiano (Álava), hizo reaccionar a los partidos políticos, sindicatos y empresarios contra la barbarie terrorista. Esta vez no hubo desmarques y la condena se encauzó por unanimidad.

Si en la pasada legislatura fueron los matices del PP los que impidieron un frente común de todas las fuerzas políticas contra el terrorismo, tras el atentado perpetrado ayer por ETA puede considerarse que ya se ha pasado página en este tema al abanico de los contrastes. Todos los partidos parlamentarios sin excepción, los dos sindicatos mayoritarios y la patronal CEOE suscribieron ayer en el Congreso de los Diputados un comunicado conjunto contra ETA en el que defienden la vida y la libertad y se comprometen a combatir 'con coraje y fortaleza democrática' a los terroristas hasta derrotarlos 'definitivamente a través de la fuerza exclusiva del Estado de Derecho'. Por la tarde, las principales fuerzas políticas expresaron también su repulsa por el atentado suprimiendo las preguntas que habían dirigido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la sesión de control de los miércoles.

Todas ellas pidieron a los ciudadanos que se sumen a las concentraciones convocadas para hoy por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y a las movilizaciones que las fuerzas políticas y las organizaciones sociales convoquen en el País Vasco los próximos días.

Zapatero afirmó en el Congreso que con esta unidad de acción contra ETA, la banda estará 'mucho más débil' y su final 'mucho más cerca'. El líder del PP, Mariano Rajoy, anunció en el Congreso que pondrá todo de su parte para respaldar al Gobierno en la lucha antiterrorista, una actitud que conviene subrayar porque contrasta con la que mantuvo el PP en la anterior legislatura.

Esta es la literalidad de las manifestaciones de Rajoy: 'Yo le ofrezco mi apoyo y que recuperemos el consenso que en su día se perdió. Y le digo que pondré todo de mi parte para que los españoles nos vean juntos, a usted y a mí, para trabajar por la derrota de ETA y para conseguirla. Nuestro esfuerzo no va a faltar'.

Desde el Gobierno vasco, el lendakari Juan José Ibarretxe señaló que la sociedad vasca está 'asqueada de la violencia de ETA'. Añadió que, al mismo tiempo, también se muestra 'cansada de las dificultades de los políticos para buscar caminos para acabar con la violencia, alcanzar la paz y decidir nuestro futuro', informa Efe.

Dormían 29 personas cuando explotó la bomba

Pudo haber sido una auténtica masacre, dijo ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras conocer los detalles del atentado. Cuando la furgoneta bomba hizo explosión hacia las tres de la madrugada, había en el edificio casi una treintena de personas, cinco de ellas niños. Pero la deflagración, que se escuchó en un radio de tres kilómetros a la redonda, únicamente hirió de muerte al agente Juan Manuel Piñuel Villalón, de 41 años, natural de Melilla. Cuando se produjo el atentado, se encontraba en la garita de guardia y estaba alertando por teléfono de la presencia de una furgoneta estacionada fuera del acuartelamiento. En su interior había 100 kilos de explosivo. El atentado se saldó también con cuatro heridos, dos hombres y dos mujeres, aunque todos ellos están fuera de peligro.La Etzaintza encontró abandonado en el puerto de Urkiola el coche en el que presuntamente escaparon los terroristas, que fue robado en la localidad vizcaína de Berango el pasado 14 de marzo. En su interior había un dispositivo incendiario que no llegó a funcionar. La policía sospecha que el atentado es obra del comando Vizcaya de ETA, el mismo que atentó contra la casa cuartel que la Guardia Civil tiene en Calahorra.El consejero vasco de Interior, Javier Balza, aseguró ayer que ETA cuenta en el País Vasco con 'una infraestructura que preocupa y que va a costar desmantelar', conformada por un grupo 'potente de legales (no fichados por la policía), que sirve de base a los liberados (a sueldo de ETA)'. En Interior se sospecha que la ofensiva de la banda criminal va para largo.

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