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Columna
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Se desacelera el empleo y aumenta el paro

Los últimos datos de la encuesta de población activa confirman la desaceleración en las afiliaciones a la Seguridad Social y la reducción en el ritmo de crecimiento del empleo, subraya el autor. El aumento del empleo industrial y la favorable evolución de los contratos indefinidos son, en su opinión, las notas más positivas

Confirmando la desaceleración de las afiliaciones a la Seguridad Social a lo largo del primer trimestre, la cifra de empleo estimada para ese periodo por la encuesta de población activa (EPA) implica una reducción en el ritmo de crecimiento interanual, desde el 2,4% en el trimestre previo hasta el 1,7%, tasa esta última que es la mitad de la correspondiente a un año antes.

Esta desaceleración del empleo se explica por el descenso intertrimestral de esta variable en casi 75.000 personas, cuando en el mismo trimestre de 2007 el empleo aumentaba en casi 70.000 personas. Sin embargo, como también ocurrió en el trimestre precedente, el descenso del empleo tiene en su totalidad carácter estacional, puesto que en cifras desestacionalizadas el empleo creció en el primer trimestre de este año en 13.900 (87.200 en el conjunto de los dos últimos trimestres).

Por el lado positivo, además del aumento del empleo industrial, que ha permitido pasar de un descenso interanual en los cuatro trimestres precedentes a un aumento del 3% en el primer trimestre de 2008, destaca la evolución favorable del empleo de los asalariados indefinidos, que ha crecido, en términos intertrimestrales, en 54.100, cuando el de los asalariados temporales se ha reducido en 148.100.

Esta diferente evolución del empleo de los asalariados indefinidos que la de los temporales, que en términos interanuales se refleja en un aumento de los primeros en más de medio millón y en un descenso de los segundos superior a 200.000, ha provocado un nuevo retroceso de la tasa de temporalidad hasta el 30,1%, valor que no era tan bajo desde 1990 e inferior en ocho décimas a la del trimestre previo y en 4,5 puntos a la del tercer trimestre 2006, lo que es sintomático de los resultados positivos de la última reforma laboral acordada entre el Gobierno y los interlocutores sociales en mayo de ese año y cuyo objetivo principal era precisamente reducir la temporalidad del empleo.

Ahora bien, aunque la evolución de la población activa suele estar muy condicionada por la del empleo, en el primer trimestre del año la primera se ha acelerado pese a la desaceleración de la segunda. En efecto, el fuerte crecimiento intertrimestral de la población activa, en más de 170.000 personas, cuando un año antes, con un mayor avance del empleo, fue sólo de algo más de 110.000, ha provocado un incremento interanual del 3%, tres décimas más que en el trimestre anterior.

La aceleración de la población activa se explica en el trimestre por el comportamiento de la actividad femenina, cuya tasa de actividad creció en 1,1 puntos, y, principalmente, por el fuerte avance de la población activa extranjera, que aumentó en cifras intertrimestrales en más de 150.000 personas, cuando la nacional sólo aumentaba en 21.000. Este notable aumento de la población activa extranjera puede entenderse, en parte, por el aumento del empleo extranjero (54.000 personas), en contraste con el descenso del empleo nacional (casi 130.000), pero, sobre todo, por la existencia de factores que hacen que la inmigración evolucione con ciertos desfases temporales en relación con la evolución del empleo interno.

La destrucción del empleo, unida al importante aumento de la población activa, ha provocado un notable incremento del paro en el primer trimestre, de casi 250.000 personas (236.000), que en términos desestacionalizados se mantiene a un nivel elevado (182.300). Si se compara con un año antes, el número de parados, que se situó en el primer trimestre en 2.174.200, supone un aumento de 318.100, al que corresponde una tasa de variación interanual del 17,1%, 10,6 puntos porcentuales más que el trimestre anterior y que contrasta con el descenso interanual superior al 4% que se producía un año antes.

Como consecuencia de esta evolución, la tasa de paro ascendió en el primer trimestre de 2008 al 9,6%, tasa que no se superaba desde el primer trimestre de 2005 y que significa el aumento de un punto en un trimestre (ocho décimas con datos desestacionalizados).

El avance de un punto de la tasa de paro se justifica si se considera el incremento del PIB necesario para mantener la tasa de paro, el que es necesario para absorber la suma del crecimiento de la productividad por ocupado (en torno al 0,8% en términos de contabilidad nacional), que coincide con el umbral de creación de empleo, y de la población activa (3%), es decir, actualmente, el 3,8%. Si se compara este incremento del 3,8% con el estimado para el PIB por el Banco de España, el 2,8%, la diferencia entre las dos magnitudes, un punto porcentual, coincide con el avance en el trimestre de la tasa de paro.

José Ignacio Pérez Infante. Profesor asociado de Mercado de Trabajo en España de la Universidad Carlos III

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