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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Cuando el lobo se comió a Caperucita

Cuando el lobo feroz se zampa de un bocado a Caperucita Roja y a su abuelita, el resto de los personajes no escenifican una gran tragedia por la pérdida de las protagonistas, más que nada porque se da por hecho que no están muertas, sino que permanecen con vida en el estómago del mamífero carnicero. Así que cuando se le da caza, el animal termina por vomitar a sus presas, que salen vivitas y coleando, sin un rasguño, como debe ser en un cuento para niños al que se le presupone un final feliz.

En una primera aproximación a un cuento como el de Caperucita Roja, el niño sufre por el destino de las protagonistas. Pero, con el tiempo, a base de escuchar o leer un cuento tras otro, percibe que no hay motivo de preocupación porque al final nunca pasa nada malo; siempre hay un final feliz.

Viene esto a cuento -nunca mejor dicho- por el debate que se ha suscitado en torno al riesgo moral (moral hazard, en inglés) que supone salvar de la quiebra a bancos que, como Bear Stearns, jugaron con fuego en el mercado subprime. ¿Es lícito rescatar a las entidades que no miraron lo suficiente por el control de sus riesgos? ¿Debería dejárseles a su suerte aun a costa de ahondar la recesión económica o incluso provocar la quiebra del sistema financiero? La Reserva Federal no ha querido tentar a la suerte y, al margen de consideraciones éticas sobre lo correcto o no de ciertos comportamientos, ha preferido echar el salvavidas y rescatar a los que provocaron el naufragio.

Y entonces aflora el riesgo moral. Si las autoridades están dispuestas a intervenir siempre que haga falta, y sean cuales sean los excesos cometidos, ¿no se lanza el mensaje de que da igual el riesgo en que se incurre, porque siempre estará la Fed para sacar del atolladero a los irresponsables?

Es como en el cuento de Caperucita: nunca va a pasar nada malo porque los protagonistas no pueden morir. Es un debate, el del riesgo moral, que generado chorros de tinta.

Pedro Solbes ha advertido esta semana que no tiene intención de conceder 'ayudas artificiales' al sector inmobiliario. A su juicio es necesario un ajuste para corregir los excesos de los últimos años. Es decir, que en el debate sobre el riesgo moral, el vicepresidente económico lo tiene bastante claro: la vida real no es como los cuentos. A veces la princesa no tiene caballero que la rescate.

Miguel Rodríguez, Jefe de Mercados

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