Reino Unido presenta un plan para limitar la contratación de inmigrantes extracomunitarios
Reino Unido seleccionará a partir de ahora a los inmigrantes que no pertenezcan a la Unión Europea y que quieran entrar a formar parte de su fuerza laboral. Para ello, el Gobierno dirigido por Gordon Brown anunció ayer la puesta en marcha de un sistema de control, que establecerá fuertes restricciones a la entrada de trabajadores cualificados de fuera de la Unión Europea y vetará a los que no lo son.
Según el nuevo programa, detallado ayer por el ministerio del Interior, las empresas con sede en el Reino Unido deberán demostrar a partir de ahora que no pueden ocupar sus vacantes con un residente en el país y que han intentado buscarlo a través de anuncios en prensa. Del mismo modo necesitarán una licencia especial de la Agencia británica de Fronteras para poder ofrecer empleo a trabajadores cualificados que no sean de la UE.
Por su parte, los inmigrantes necesitarán contar, en primer lugar, con una oferta de trabajo antes de solicitar su visado, al menos de que el empleo al que opte esté incluido dentro de una lista de trabajos poco solicitados (algo similar al catálogo de ocupaciones de difícil cobertura que se utiliza en España). Además, el demandante de empleo tendrá que acumular un cierto número de puntos para acceder al puesto de trabajo, que se obtendrán demostrando que habla inglés, que realizará un trabajo cualificado o que ganará más de 24.000 libras (unos 30.000 euros).
Un estudio divulgado por el Ministerio de Interior asegura que si estas nuevas medidas se hubieran aplicado ya en 2007, habrían entrado al Reino Unido 20.000 trabajadores no comunitarios menos, un 10% del total registrado en ese año.
Este plan choca frontalmente con el aprobado a finales del año pasado por la Comisión Europea para atraer inmigrantes cualificados de fuera de la UE mediante la creación de la 'tarjeta azul', un permiso urgente de residencia que les permitiría trabajar en un país miembro por un periodo inicial de dos años.