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CincoSentidos

Open de España con sabor irlandés

Peter Lawrie estrenó su palmarés en un torneo protagonizado por los representantes españoles

Tres golfistas de nuestro país acabaron entre los cuatro primeros y ninguno ganó. Pintaba campeón español, pero fue un irlandés quien finalmente se alzó con la victoria en el Open de España celebrado entre el 1 y el 4 de mayo en el Real Club de Golf de Sevilla. El desenlace no tuvo la menor lógica. Ni el madrileño Ignacio Garrido, que partía como líder con tres golpes de ventaja sobre el segundo, ni el malagueño Miguel Ángel Jiménez, impidieron a Peter Lawrie estrenar su palmarés.

Los aficionados, que en la última vuelta superaron los 12.000, salieron satisfechos con la escabechina que habían presenciado. A ellos les sucede algo similar todos los días. Ver a Jiménez, mejor español en el último Masters de Augusta donde acabó octavo, mandar dos bolas al agua en el mismo hoyo (10), y apuntarse un triple bogey, da esperanzas. Constatar cómo Garrido, destacado con tres golpes, comete cinco bogeys y dos birdies en los primeros nueve hoyos tampoco es tan normal en el mundo profesional, pero esas sorpresas inexplicables aguardan en cualquier rincón. Es el desafío que invita a seguir o a tirar los palos. No existe término medio.

Además del protagonismo mostrado por nuestros representantes, el último Open de España ha sido el más internacional. A ello ha contribuido la presencia en nuestro país por segunda vez en su carrera de John Daly, una de las figuras más controvertidas de este deporte, vencedor de dos grandes, autoapodado El León y uno de los grandes pegadores del mundo, no sólo dentro del campo con el driver sino en su vida privada, en la que ha destrozado varias habitaciones de hotel, además de tener que declarar delante del juez por presuntos malos tratos a sus compañeras sentimentales. Pero esta vez se ha encargado de explicar a sus compatriotas por qué está aquí en lugar de jugar en EE UU: 'Hay muy bien ambiente y mucha camaradería, algo que no sucede en América', ha reconocido. Daly no pasó el corte. La pérdida de su equipaje y la del caddie, bolsa de palos incluida, en la que además viaja una extraña máquina que le sirve para perfeccionar el putt en sus ratos libres, le pudo perjudicar.

El polémico John Daly no pasó el corte; perdió en el avión la bolsa de palos

Jiménez, que en lo poco que llevamos de año ya ha dado la vuelta al mundo, le da la razón: 'Los americanos lo tienen muy bien porque todo se juega en su país, sin embargo el circuito europeo es cada vez más internacional'. El pisha, tras jugar lo que él denomina como los tres torneos del desierto (Dubai, Qatar y Abu Dhabi), ha viajado a Arizona, la India, Florida, Augusta, China, España y ayer regresó de nuevo a Florida: '¡Allí no hay más que bocadillos de lechuga!', proclama. La pasada semana en Sevilla todo ha sido diferente. 'El sábado, para preparar la ultima vuelta y descansar bien, tomé un buen Rioja y jamón cinco jotas para dar gusto al paladar'.

La semana en la que se afronta el primer grande del año, la tensión es máxima. Sin embargo, en la cuarta vuelta del Open de España al malagueño se le fundieron los fusibles al mandar dos bolas al fondo del lago. Después de tomar el liderato ante el desmoronamiento de Garrido, ocurrió lo inexplicable: 'Pensaba que lo tenía, pero El de arriba sabrá por qué... El hoyo 10 me mató. Tenía la bola más alta que los pies pero no se puede hacer un triple bogey desde la calle con un hierro 9 en las manos, no se puede'.

El madrileño conectó de nuevo, enchufó un putt de 10 metros con doble caída en el hoyo 18 para ir al desempate con Lawrie, pero el agua era el enemigo.

Mientras en el primer hoyo el irlandés salió adelante, en el segundo, Garrido vio cómo su bola se acababa bañando y con ello se despedía de sus opciones.

La ilusión de contar con los mejores del país

Ni Garrido ni Jiménez se explican aún lo sucedido en el recorrido de Alcalá de Guadaira. Fue uno de estos episodios en los que el golf muestra toda su crudeza. 'Jugamos como nunca y perdimos como siempre', la frase maldita sigue vigente. 'Fue una puñalá', soltó al terminar Jiménez, un jugador que con 14 victorias, siete de las cuales conseguidas después de cumplir los 40 años, llama la atención en el superprofesionalizado mundo del golf estadounidense.Fue Peter Lawrie el que se llevó los 333.330 euros del premio. Ignacio Garrido, que terminó con el mismo número de golpes (273), aunque cedió en el desempate, recibió un cheque de 222.220. El joven García Heredia, 25 años, engrosó su cuenta con 84.933. El montante total en premios ascendía a algo más de dos millones.El Open de España, que nació en 1912, se ha disputado en 29 campos de nuestra geografía. La Real Federación Española, que ha recuperado la tutela tras ser explotado por una empresa de Severiano Ballesteros, le ha dotado de una nueva ilusión. La primordial es la presencia de los mejores golfistas españoles, esta vez fueron 35 (30 profesionales y 5 amateurs).De entre los que apuntan un mejor futuro, el asturiano Alfredo García Heredia, que terminó igualado en cuarto lugar junto a Jiménez, un joven que estando en Tenerife le tocó jugar con el ex presidente Bill Clinton, en el transcurso de una visita a la isla. 'Los presidentes de EE UU jugamos a golf porque no podemos ir todos los días a montar a caballo a Wyoming', reconocía el marido de la senadora por Nueva York, aspirante demócrata a las próximas elecciones presidenciales.

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