Las ONG y las empresas ya saben cómo hacer cosas juntos
Donantes y receptores se relacionan más a largo plazo y se exigen transparencia mutuamente

La relación entre las ONG y las empresas se está volviendo seria. Conscientes los unos de la importancia de financiarse y los otros de su responsabilidad social, establecen colaboraciones más constantes, más eficaces y más transparentes. 'La relación con los gobiernos se está ralentizando, y ese hueco lo están cubriendo las empresas', afirma Álvaro Salas, coordinador del Máster de Administración de Fundaciones de la Universidad Autónoma de Madrid.
Organizaciones como la Fundación Lealtad se encargan de auditar a las entidades sin ánimo de lucro, y de mediar entre ellas y las empresas. Según sus datos, el 55% de las colaboraciones consisten en aportaciones económicas, el 17% en cesiones de activos; en porcentajes menores aparecen las donaciones de materiales, las prestaciones de servicios gratuitos, y el voluntariado corporativo, entre otras. Se empieza por cosas pequeñas y a medida que aumenta la confianza, también lo hacen los proyectos, señalan en la Fundación.
¿Qué criterio siguen para elegir una ONG? Muchas compañías apuestan por mejorar las condiciones de vida en las zonas del extranjero donde operan. Otras eligen un colectivo determinado, como Deloitte, que se centra en los niños. Son los preferidos de sus empleados, como demostró una encuesta interna. 'Los proyectos suelen venirnos a través de alguien de la empresa', cuenta Luis López, gerente de Recursos Humanos de Deloitte. 'Estudiamos si está avalada, y si encaja con nuestra filosofía'.
Auditoras especialistas en el sector avalan a los socios fiables
Socio estratégico
Lealtad recalca que las empresas se implican más cuando se les ofrecen proyectos concretos; así muestran que consideran a la ONG un socio estratégico, y no que hacen 'caridad', como explican en la Fundación Mapfre, que se centra en discapacitados en España, y en niños y jóvenes en el extranjero. Francisco Fernández López, director de financiación pública y privada de Ayuda en Acción, apuntaba recientemente en unas jornadas sobre periodismo solidario organizadas por la Universidad Autónoma de Madrid y la Comunidad que también se buscan proyectos 'fáciles de comunicar'.
La iniciativa para colaborar puede ser tanto de las empresas como de las ONG; en Ayuda en Acción, por ejemplo, está al 50%. En general las ONG rechazan dinero procedente de alcohol, tabaco y armas. Ayuda en Acción discrimina además al sector del lujo, 'aunque es difícil delimitarlo', reconoce Fernández. 'Desde el Sur las cosas se ven de otra manera, no son conscientes de qué empresas colaboran con nosotros'. Médicos Sin Fronteras rechaza medicamentos de las farmacéuticas por principios. 'Luchamos porque vendan sus productos a precios asequibles, sería una contradicción', explica Andreu Gusi, director de finanzas. Médicos del Mundo no las rechaza de plano, aunque no es muy favorable a donaciones de medicamentos, también por motivos prácticos y de logística.
¿Se vuelven menos independientes las ONG al aceptar ayuda de las empresas? Silverio Agea, secretario general de Cáritas, señalaba que eso es más fácil para organizaciones tan grandes como la suya, que pudo permitirse rechazar una importante donación de Inditex porque explotaba a niños. 'Amancio Ortega se comprometió a arreglarlo', recuerda.
Proyectos concretos con seguimiento
Los hijos de los trabajadores de Deloitte saben la felicidad que produce regalar, y desde hace tres años donan por Navidad algunos de sus juguetes a la Asociación Valdeperales. Es una de las colaboraciones de la consultora con ONG, en su mayoría relacionadas con la infancia. La Fundación Menudos Corazones y Aldeas Infantiles son algunas otras.Deloitte también paga la estancia a aquellos trabajadores que se van de voluntarios. 'Cuanto más conocen el proyecto, más posibilidades hay de que quieran participar', explica Luis López, gerente de personal. Las relaciones más a largo plazo o centradas en proyectos y no tanto en una simple aportación de dinero van ganando terreno en la relación ONG-empresas.El Instituto de Acción Social de la Fundación Mapfre, que colabora con la Fundación Prodis, Special Olympics y otras ONG relacionadas con los discapacitados en España, y con la Fundación Entreculturas y Codespa, entre otras, en Latinoamérica, realiza un seguimiento de los proyectos, evaluando los resultados.Amalia Jiménez, de la Asociación Mundial de Redes Comunitarias, advierte sin embargo del riesgo de que todo se evalúe en términos de 'resultados y números', aunque reconoce que a veces son los propios cooperantes los que 'venden' al donante que conseguirán más de lo razonable.Una forma de colaboración que está perdiendo popularidad es lo que Antonio González, coordinador general de Médicos del Mundo, define como 'acuerdos comerciales'. Se trata de promociones de productos (una cuenta bancaria, una entrada para un concierto, un periódico) que prometen donar parte de lo recaudado a una causa benéfica. Aunque su ONG lo respeta, no lo practica, y pide que se distinga en las memorias corporativas de otras ayudas.Sus colegas de Médicos Sin Fronteras han dejado ese tipo de prácticas, y también se han vuelto más estrictos con el uso de su logo por parte de los donantes, y ya sólo se lo permiten a las entidades culturales y educativas.