Desacople entre Bolsa y realidad
Hasta hace bien poco, la crisis crediticia parecía cosa de ciencia ficción. Vocablos abstrusos como subprime, iTraxx o CDO, y conceptos enigmáticos como 'los bancos no se prestan dinero entre sí porque no saben cuánto vale lo que tienen en su balance' aparecieron de repente en los medios de comunicación sin que buena parte del mundo supiese qué demonios pasaba, qué significaba que eso pasase y, en realidad, sin tener muy claro si se hablaba de un mundo real o virtual.
La Bolsa tocó fondo momentáneamente el día 21 de enero, cuando un gran banco tuvo que arreglar los entuertos en los que le había metido, con permiso o sin él, un tal Kerviel. Y eso llevó a muchas Bolsas a la mayor caída de la historia, lo que sin duda agudizó aún más la perplejidad de las personas normales ante el escurridizo mundo de los mercados financieros mundiales.
Ahora que los mercados están en fase de recomposición y los rendimientos de los bonos suben, ahora que los expertos se atreven a decir que la Reserva Federal podría dejar de bajar tipos, es cuando la economía real empieza a notar los efectos de los extraños fenómenos de la segunda mitad de 2007.
Tres meses es un mundo en economía. Sobre todo en tiempos de turbulencias. Los mercados financieros empiezan a pensar que lo peor ha pasado pero es precisamente en ese momento, en esta primavera de 2008, cuando el contagio llega a pie de calle. Y surge la pregunta inevitable: ¿Subirá la Bolsa y se recuperará la economía con la misma rapidez? Difícilmente. Aunque suba la Bolsa, la velocidad del reajuste no tiene nada que ver.
En la Bolsa, además, influyen las inyecciones de liquidez de los bancos y las bajadas de tipos de Estados Unidos, pese a su eficacia decreciente en el entorno actual. Ahora bien, la recomposición del mercado de crédito pondría coto al enfriamiento, crisis o desaceleración económica.