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CincoSentidos

El 'síndrome Sarkozy' ataca a los hombres maduros

Los varones de entre 35 y 55 años recurren cada vez más a la cirugía estética para estar a la altura de la imagen más joven de sus parejas

El 'síndrome Sarkozy' ataca a los hombres maduros
El 'síndrome Sarkozy' ataca a los hombres madurosCinco Días

Ellos también pasan cada vez más frecuentemente por el quirófano. Y como ellas, lo hacen pensando que allí encontrarán el secreto de la eterna juventud. Todo empieza cuando se miran por las mañanas en el espejo y, a continuación, contemplan a sus parejas. Porque el síndrome de Sarkozy afecta sobre todo a hombres de entre 35 y 55 años... emparejados con mujeres jóvenes y atractivas.

Sufren porque no quieren desmerecer junto a su acompañante. De ahí el nombre dado a esta nueva alteración emocional: Sarkozy, en alusión al presidente de la República francesa, casado recientemente con la bellísima Carla Bruni, modelo, cantante y 13 años más joven que él. Hoy los hombres ya no se operan sólo para reparar defectos físicos o para mantener una imagen profesional entusiasta y jovial, sino por razones que atañen a su esfera más privada: 'Suelen tener más de cuarenta años, se acaban de divorciar, buscan pareja o su mujer es mucho más joven que ellos', afirma el cirujano plástico Carlos J. Cano, especialista de la unidad de cirugía y medicina estética del complejo hotelero y sanitario Incosol, de Marbella.

'Por síndrome de Sarkozy, los cirujanos de medicina estética entendemos la alteración del ánimo que sufren muchos hombres maduros que conviven con mujeres más jóvenes que ellos', detalla un estudio del grupo británico de investigación médica Haley, citado por el diario alemán Süddeutsche Zeitung. 'Cada vez más hombres de entre 40 y 50 años se someten a tratamientos de medicina estética para rejuvenecerse.' En Gran Bretaña, entre enero y marzo de este año aumentó la demanda masculina de inyecciones de toxina botulínica (el conocido botox) un 57% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Asimismo, se registró un incremento de intervenciones de ginecomastia (reducción de tejido del pecho) del 42% y de microdermoabrasión otro 42%.

Imagen y poder

En España, 300.000 hombres se someten al año a este tipo de intervenciones médicas, según el presidente de la Sociedad Española de Cirugía Estética (SECE), el doctor Joaquín García Aparicio. Aunque 'aquí no tengamos todavía noticias de este síndrome', reconoce Aparicio, 'los varones se preocupan ahora mucho más por su aspecto físico, por lo que el porcentaje de intervenciones se sitúa hoy ya en el 25% (el 75% son todavía mujeres)'. Y las razones que esgrimen se aproximan cada vez más a las de ellas: sentirse mejor con uno mismo. Los españoles solicitan intervenciones de párpados, ginecomastia, liposucción de papada, de abdomen y de cadera (michelines).

Como dice el doctor Cano, la actitud proestética forma parte de la cultura popular de la juventud actual; pero el cambio más significativo y llamativo se está registrando entre los hombres maduros, que intentan eludir los signos del envejecimiento. La clientela masculina de estos especialistas, convertidos algunos en estrellas mediáticas, tienen entre 40 y 55 años, un poder adquisitivo medio y alto y gran actividad social. Además, 'la tasa de separaciones y divorcios a esa edad ha aumentado mucho, por lo que desean potenciar su atractivo físico para encontrar nuevas parejas, por lo general más jóvenes que ellos', dicen los expertos. Según Cano, este objetivo les resulta más fácil de alcanzar si ocupan altos cargos de poder y gozan de un elevado nivel de bienestar económico.

El síndrome de Sarkozy ataca a hombres maduros con poco tiempo libre que desean tratamientos no agresivos para mantener y mejorar su aspecto, sobre todo facial. No disponen de días para largas bajas laborales, ni de tiempo para ir a consultas de médicos en horarios de oficina, ni de voluntad para aplicarse cremas diarias. A los tratamientos suelen ir acompañados por sus parejas. Muchas veces animados directamente por ellas, sus grandes cómplices, lo que refuerza su decisión. Ellos desean discreción y comodidad.

En las consultas masculinas predominan los tratamientos faciales de medicina estética, es decir, los que se hacen en una o varias sesiones, y que no interfieren con sus actividades diarias (y no serán evidentes cuando vuelvan al trabajo): botox, rellenos faciales y láser de rejuvenecimiento.

Las intervenciones más solicitadas en Incosol son el trasplante de pelo, la blefaroplastia (corrección de párpados caídos), la cirugía de nariz, el aumento de glúteos, el lifting facial, la liposucción y la ginecomastia (reducción del tejido del pecho, normalmente a través de liposucción). También se pide el grabado abdominal (que permite modelar el área abdominal, creando una apariencia musculosa y plana) y los tratamientos de depilación para eliminar o reducir el vello del pecho o de la espalda a través de láser. Otro tipo de cirugía muy común en el centro malagueño es la faloplastia o alargamiento de pene.

Raúl Balancino, responsable de la unidad de medicina estética, flebología y linfología del hotel médico Incosol, opina que el boom de la cirugía estética masculina no sólo se debe al gusto de los ricos y poderosos por las mujeres bellas, también tiene que ver con 'la pérdida del miedo del nuevo hombre a experimentar con su apariencia física'.

Cirugía plástica para conjurar la vejez

Pero, ¿es o no es joven un señor de cuarenta años? El doctor Raúl Balancino asegura que 'la vida de un hombre empieza a los cuarenta, aunque es precisamente a esa edad cuando comienza la decadencia física.' Según su experiencia, a partir de ese momento la mayoría de los hombres se sienten acomplejados por la pérdida de cabello, su tripa protuberante, por las bolsas debajo de sus ojos, su frente fruncida, la piel flácida del cuello, sus pectorales o sus glúteos caídos. 'Los hombres de éxito de entre 40 y 50 años, en su punto álgido de rendimiento laboral, desean ahora tener una apariencia acorde con la vida que llevan.'El cambio de actitud del nuevo hombre se refleja también en las estadísticas estadounidenses. En el último año se ha registrado un incremento de la demanda de cirugía estética de más del 35%. En 2007, nueve millones de hombres se sometieron a tratamientos antiarrugas de toxina botulínica, aunque la Agencia Alimentaria y del Medicamento ha advertido que el uso de botox, podría ser perjudicial para la salud. Desde 2002, la cirugía estética en hombres está creciendo un 5% anual, sobre todo los procedimientos estéticos mínimamente invasivos, con un incremento del 41% en los últimos cinco años.En EE UU, el 20% de la depilación láser, el 14% de las inyecciones de botox, el 15% de toda la liposucción y de las cirugías de párpados y el 24% de las rinoplastias se realizan a hombres.

Las 'party botox' hacen furor en Europa central

En Alemania, el 15% de la clientela de cirugía plástica son hombres; sobre todo profesionales de la economía y de los negocios. Según un estudio de Sonja Bischoff, profesora de Economía de la Universidad de Hamburgo, un tercio de la población masculina considera que el aspecto físico es decisivo para la carrera profesional. Mientras, sólo el 29% de las mujeres directivas con ingresos anuales superiores a los 100.000 euros piensa que la imagen física es crucial para moverse en el mundo de los negocios, el 46% de los ejecutivos alemanes con tal remuneración opina que el aspecto físico es hoy 'primordial y decisiva'.'La sociedad botox y las fiestas botox (reuniones tipo tupper-party en las que se inyecta botox a los participantes) ha llegado hace tiempo a Europa', afirmaba hace unas semanas el diario muniqués Süddeutsche Zeitung.'Son muy habituales y cada vez participan más hombres', aseguran los sociólogos. En Alemania, se registra una gran demanda de información y formación en tratamientos botox entre los médicos. 'Famosos cirujanos están formando incluso a dentistas en este ámbito de la medicina', ha desvelado el profesor Christian Gapka, presidente de la asociación alemana de cirujanos estéticos y plásticos (VDÄPC).

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