La israelí Netafim y la española Regaber desafían a la sequía con el riego por goteo
No es que fuéramos muy listos, simplemente teníamos una necesidad'. Así resume Ofer Bloch, presidente de la empresa agrícola Netafim, el éxito de algo en apariencia tan sencillo como el riego por goteo, un sistema que hace 50 años llevó vida al desierto del Negev, que ocupa la mitad sur de Israel. 'Sabe, en este país el agua es como el petróleo: cada gota cuenta'. Y en este enclave, el ingeniero israelí Simsha Blass inventó la irrigación dirigida al sistema radicular de la planta, haciendo posible la vida en el desierto y revolucionando, de paso, la agricultura mundial.
Hoy, Netafim, que compró la patente a su compatriota Blass, es líder mundial en el desarrollo de soluciones de riego por goteo, está presente en 110 países, factura 500 millones de dólares (316 millones de euros) anuales y emplea a 1.700 personas. Y sabe que su invento es parte de la clave del abastecimiento alimentario mundial en el futuro.
La compañía introdujo el goteo en España hace 25 años, de la mano de Regaber, líder nacional en la distribución y comercialización de sistemas de riego y gestión de agua. 'Cuando explicaba a los agricultores españoles que con este sistema podían ahorrar hasta el 90% del agua de riego, me miraban como si estuviera loco', explica Natan Barak, director comercial y de marketing de Netafim, de regreso a Israel tras diez años en España. 'Aquí, el agua es escasa y de mala calidad, y ustedes en España, la tiran!'
La clave del éxito es, según Regaber, líder en su sector en España, 'la calidad del gotero', es decir, de nada sirve pasar del riego por aspersión o inundación a uno más eficiente, si se riega durante 22 horas', explican desde la dirección de marketing de la compañía.
Por el momento, el sistema más eficiente es el 'goteo autocompensado', una especie de riego inteligente que distribuye siempre el mismo caudal de agua, limpia de impurezas, con independencia de la topografía del lugar o de la presión.
En España, el riego por goteo se emplea en el cultivo del olivo, el algodón, los cítricos, el viñedo y los frutales, aunque 'ahora el reto es extenderlo a todo tipo de cultivos'. Si España cuenta con 3,7 millones de hectáreas cultivables, un tercio es ya de riego por goteo.
Un secreto guardado entre 250 empleados
'Podría enseñarles lo que se esconde detrás de este cristal, pero después tendría que matarles', bromea uno de los directivos de la compañía durante la vista a la principal fábrica de Netafim, en el kibutz Hatzerim, en pleno desierto. Que la empresa esté asociada a este tipo de vida comunitaria, única en el mundo, no es un detalle. En la fábrica sólo trabajan miembros de la comunidad, y el secreto de la tecnología que ha elevado a Netafim a líder mundial en su sector, se encuentra precisamente tras esos cristales, donde trabajan 250 empleados. En 2005, la compañía dejó entrar a un inversor extranjero. La estadounidense Markstonne and Tenne Funds posee el 20%. El resto, pertenece a tres kibutz.