El Gobierno alienta una fusión entre Iberdrola y Gas Natural
El vicepresidente segundo, Pedro Solbes, y el ministro de Industria, Miguel Sebastián, han pedido a los principales accionistas de Iberdrola y de Gas Natural que se pongan de acuerdo para abordar una fusión. El éxito de la opción española, en la que alguna de las partes no confía, dependerá de la posición del presidente de la eléctrica, que ya ha advertido que se opondrá a cualquier operación dilutiva.
Bajo la calma chicha de los días posteriores a la formación del nuevo Gobierno ha bullido un ir y venir de citas entre los protagonistas de la llamada reordenación del sector eléctrico español. En encuentros o charlas a distintas bandas, han participado el vicepresidente económico, Pedro Solbes; el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y los principales accionistas de Iberdrola (BBK y ACS, con un 7,7%, respectivamente) y de Gas Natural (La Caixa y Repsol, con el 64%). Y el mensaje del Gobierno ha sido claro: quiere una solución española para Iberdrola, con una fusión con Gas Natural.
Según fuentes que han participado en el proceso, los accionistas se han avenido a los deseos del Gobierno y están dispuestos a elaborar, con más o menos fe, un proyecto de fusión, en el cual, una parte de los activos del grupo resultante pasaría, por imperativo legal y previa negociación, a Unión Fenosa. Serían activos por un valor equivalente a la participación que ACS tiene en Iberdrola y que se integrarían en Fenosa, en la que la constructora controla un 45%.
En este proceso, señalan las mismas fuentes, falta aún una pieza clave: la posición del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que ha reiterado públicamente que se opondrá a cualquier operación que suponga una dilución del valor de la sociedad: tanto del beneficio, como del cash flow por acción, o que simplemente implique una desinversión de activos.
La Caixa, Repsol y BBK tendrían un 35% y ACS se llevaría activos para Unión Fenosa
En relación a la respuesta de Galán, a quien se presentará el proyecto que acuerden los accionistas, algunas de las partes se muestran altamente pesimistas. Hace dos semanas, el presidente de Iberdrola mantuvo un encuentro informal (que él mismo reconoció en la rueda de prensa previa a la junta de Iberdrola) con los presidentes de La Caixa, Isidro Fainé, y de Repsol, Antonio Brufau, de la que, según personas próximas a los dos ejecutivos catalanes, 'salieron muy decepcionados por las exigencias de Galán' en una eventual fusión de la eléctrica con la gasística. Las mismas fuentes aseguran que ahora no hay ningún proyecto en marcha y que el Gobierno se ha limitado a transmitir unos deseos.
Solbes-Sebastián
Si el proyecto de fusión cuenta con el marchamo del Gobierno, 'el presidente de Iberdrola se hallaría en una situación delicada si se opone frontalmente a él', indican fuentes empresariales. En una entrevista concedida el martes por Pedro Solbes a la cadena SER, éste aseguró que sus posiciones en materia energética están ahora 'muchísimo más próximas' a las defendidas por el nuevo titular de Industria, Miguel Sebastián. Tras estas declaraciones, hay quien ha detectado el consenso que habrían alcanzado respecto a una operación corporativa.
Aunque los términos de la fusión aún no se han pactado, el objetivo sería contar en el grupo Iberdrola-Gas Natural con un núcleo estable de capital español (BBK, La Caixa y Repsol) que tendría entre el 30% y el 35% del capital. Con una capitalización de 64.000 millones, de la que se restaría el valor de los activos que se traspasarían a Fenosa (entre 6.000 y 7.000 millones).
En el proyecto, es esencial la posición del presidente y el consejo de Iberdrola, en la que sólo está representada la BBK, ya que para abordar la operación es necesario levantar los blindajes estatutarios, que limitan el derecho de voto en la junta al 10% y necesita, para la renovación de los estatutos, el refrendo de más del 60% de la junta.
EDF, a la espera de ver qué ocurre con la opción española
Fuentes próximas al Gobierno siempre han sostenido que EDF sólo entraría en el mercado español (léase, Iberdrola) en los términos en que se lo pida el Ejecutivo español. Por tanto, la afirmación de su presidente, Pierre Gadonneix, de que 'sólo entraremos en España si somos bienvenidos', no resulta retórica.De hecho, ante la solución española por la que parece haber optado el nuevo Gobierno, EDF se ha retirado a un segundo plano.Sin embargo, la amenaza del coloso galo, que tiene una participación del 2,99% de Iberdrola en derivados, sigue planeando y podría forzar una solución. Algunas de las partes parecen tener más prisa que otras. Este es el caso de los accionistas de Gas Natural, que se han visto arrastrados por una operación 'que no es la suya, pero que tampoco pueden despreciar si no quiere quedar descolgada'. Tras el fracaso de sus opas sobre Iberdrola y Endesa y otro proyecto de fusión con la primera en 2006, La Caixa y Repsol no quieren oír hablar de ninguna operación hostil que acabe como el rosario de la aurora.