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Asesoramiento

Cuando se innova para sobrevivir

400 pequeñas y medianas empresas buscan asesoramiento en Valencia para competir mediante la I+D+i.

Innovar se ha convertido en una cuestión de supervivencia para muchas empresas. En un escenario mundial en el que la economía española no puede competir a través de los precios, agravado además por la apreciación del euro frente al dólar (lo que encarece las exportaciones frente a países con otras divisas) es más necesario que nunca crear e innovar, especialmente en el ámbito de las pequeñas y medianas empresas.

De los 3,3 millones de compañías que hay en España, más de tres millones son pymes y muy pocas realizan tareas innovadoras por falta de recursos. Para corregir esta situación, el Ejecutivo ha realizado una apuesta para impulsar la I+D+i, con la creación del Ministerio de Innovación (al frente del cual está Cristina Garmendia, presidenta de la biotecnológica Genetrix y miembro de la junta directiva de la CEOE), y el desarrollo de estrategias para implicar al tejido industrial.

Una de ellas es el programa InnoCámaras, promovido por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, que reunió ayer en Valencia a 400 empresarios en busca de asesoramiento para competir a través de la innovación. El programa, subvencionado con fondos procedentes de la UE y de las comunidades autónomas, financia la realización gratuita de un diagnóstico y la puesta en marcha de un plan para innovar en procesos y en productos en las regiones Objetivo 1, aquellas que aún no han alcanzado el 75% de la renta media europea (por ahora ha pasado por Asturias, Andalucía y Murcia).

Morcillas con poca grasa o cunas adaptables son ya un éxito empresarial

'Tenemos que ser capaces de enseñar a las pymes a aplicar la innovación', aseguró Javier Gómez Navarro, presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio durante la inauguración de la jornada.

Y nada mejor para ilustrar esa filosofía a través de tres empresas locales y de tamaño reducido (Micuna, Gioseppo y Cárnicas Serrano) que, gracias a la innovación, han conseguido ganar tamaño, triunfar en su proceso de internacionalización y sobrevivir en un entorno de fuerte competencia.

Marca propia

Francisco Javier García, gerente de la compañía Micuna, especializada en una primera fase en la construcción de cunas para bebés y posteriormente en la fabricación de mobiliario, señaló que el proceso de cambio en la compañía se debe a una máxima. 'Innovar siempre, formación continua y aprovechamiento máximo de las ayudas públicas'. Sobre esas tres premisas ha conseguido levantar una empresa que emplea a más de 200 personas, que vende sus productos en más de 20 países y que ha sido capaz de resistirse a fenómenos imparables como Ikea. 'En alguna ocasión nos han hecho alguna oferta para hacer muebles de marca blanca. Creo que lo más importante es tener una marca propia y claramente diferenciable', apuntó.

A su juicio, el momento que define el cambio de mentalidad de la empresa se produjo con la caída de la natalidad en España y el hecho de que las cunas dejaran de ser un elemento para el cuarto de matrimonio y pasarán a ser una parte más del mobiliario de la casa. 'A partir de ahí empezamos una labor de innovación inconsciente, provocada por las inquietudes de los trabajadores, que nos llevó a la fabricación de cómodas, mesillas de noches, pijamas e incluso cosméticos', resaltó.

Por su parte, Carlos Serrano, director general de Cárnicas Serrano, destacó la importancia de que toda empresa cuente desde sus inicios con un objetivo claro de innovación.

'El 15% de nuestras ventas tiene que proceder de productos creados en los últimos tres años'. Con este esquema han conseguido elaborar, entre otros productos, una morcilla baja en grasa o un bacon de pavo, que han recibido gran número de premios en certámenes internacionales. 'La clave es tener un objetivo cualitativo y no cuantitativo. No puedes estar pendiente de las ventas a corto plazo, sino ser capaz de mirar un poco más allá', dijo.

Anticiparse a la globalización

Un sector especialmente afectado por el proceso de deslocalización a países más baratos en costes, en especial China, es el del calzado. Esperanza Navarro, directora de recursos humanos de la empresa Gioseppo y miembro de la segunda generación familiar, apuntó que la clave del éxito consiste 'en crear marca, diseño, conseguir una distribución a un precio ajustado y sofisticar los procesos de innovación'.

Esta compañía valenciana, que nació a principios de la década de los 90, cuenta en la actualidad con una catálogo de 4.000 pares de zapatos que se comercializan en 20 países y comenzó su aventura en el extranjero a través de espíritu emprendendor de su creador, José Navarro.

'Nuestra principal ventaja competitiva', explica Navarro, 'es que mi padre fue capaz de anticiparse al proceso de la globalización y viajó a China hace 25 años para exportar un modelo de negocio que en esa época estaba empezando a nacer.'

Inversiones de 9.400 millones en siete años

El objetivo de España en I+D+i pasa por destinar el 2% del PIB a estas materias y que el 66% del gasto sea sufragado por las empresas (en la actualidad, el gasto está en el 1,2% del PIB y el capital privado aporta el 55% del total) en 2010.Un buen soporte para lograr esos objetivos serán los fondos europeos y regionales que se destinarán entre 2007 y 2013, 'que llegarán a 9.400 millones de euros', según aseguró ayer Antonio García, portavoz de la Dirección General de Política Regional Española en la Comisión Europea.García hizo hincapié en la importancia del fondo tecnológico europeo, dotado con 2.250 millones de euros y orientado a regiones en proceso de convergencia con la renta media de la Unión Europea. 'Seis de cada diez euros de este fondo se destinarán a fomentar los procesos de investigación en pequeñas y medianas empresas'. Otra parte importante irá para proyectos en transporte e infraestructuras.

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