De cara a la tercera legislatura
El gobierno de Zapatero. La continuidad es una de las claves del reciente Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero para su segunda legislatura. Los autores analizan a los miembros del Consejo de Ministros, tanto a los que repiten como a las nuevas caras, y resaltan que por primera vez hay más mujeres que hombres
Los resultados del 9-M y el propio desarrollo del debate de investidura auguran una legislatura de cierta complicación parlamentaria para el PSOE, con la pérdida de sus apoyos incondicionales que andan al rescate de sus votos perdidos y con un PP alrededor del cuál no existe ya ese 'cordón sanitario' que ZP dibujó en la anterior legislatura.
A esas complicaciones hay que sumar las particularidades de una crisis económica -como ya hemos votado nos dejarán llamar a las cosas por su nombre- que se presenta especialmente compleja por la situación de sequía de los mercados financieros y una incontrolada inflación.
El discurso de investidura de un candidato a presidente del Gobierno siempre es un barómetro del rumbo que el aspirante propone para una legislatura, pero también es, muchas veces, toda una declaración de intenciones del posicionamiento que se pretende ocupar y desde el que se pretende acudir a la siguiente contienda electoral con posibilidades de asegurar un nuevo triunfo electoral. Y eso es lo que Zapatero ha hecho hace sólo unos días.
El enfoque del debate por parte de José Luis Rodríguez Zapatero es consolidar sus resultados electorales de marzo pasado e incrementarlos en las citas que cuajan el calendario político español de los próximos cuatro años.
El contenido de su discurso de investidura deja bien a las claras que Zapatero ha convertido la canibalización del voto de izquierda (ERC e IU) en un objetivo de esta legislatura, convirtiendo el préstamo electoral en una adquisición definitiva.
Ambas fuerzas se han hundido tras los comicios en una crisis profunda que afecta a sus propias identidades y a su futuro lo que favorece el éxito de esa estrategia.
La forma de abordar el debate económico y la crisis a través de medidas de claro corte keynesiano y sin recortes sociales supone un guiño a los votos de izquierda que el PSOE ha conquistado en estas elecciones y que le han encaramado de nuevo a la tarea de gobernar.
Al filo de las once de la noche del pasado día 7 se lo decía así el entonces candidato a ser investido Presidente a un diputado de ERC que atribuía el trasvase del voto al PSOE a un fenómeno pasajero: 'No se trata de eso -le dijo un Zapatero sonriente- yo estoy convencido de que las razones por las que nos han votado son por nuestro programa'.
Y como muestra un botón: el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves ofrecía una consejería a Rosa Aguilar , como muestra de flexibilidad y de capacidad de integración. Seguramente habrá más intentos de opa repitiendo una historia que se inició en los albores de la Transición: renovadores, Nueva Izquierda
Hacia el PP, gestos vacuos en los contenidos pero conciliadores y de 'talante' negociador en las formas, en temas que como terrorismo y territorialidad han supuesto un gran desgaste en la pasada legislatura. Con ellos pretende atraer al electorado más centrista que optó por el PP el 9 de marzo.
La situación en el Partido Popular debe de estar ayudando mucho a que las intenciones de Zapatero a largo plazo se consoliden, posicionándose en un espacio del que será muy difícil desalojarle. La imagen de un partido refractario al debate de ideas planteado por Esperanza Aguirre, cerrando filas alrededor de un Rajoy demasiado mandón y del que no se conoce una opinión del porqué de su derrota, no parece que sean las mejores credenciales para convertirse en la opción que desbanque al PSOE en el 2012.
La configuración del nuevo Gobierno es la continuación de esa estrategia por otros medios, cuidando con mimo los graneros fundamentales del voto socialista: ministras jovencísimas, más mujeres que hombres, Cataluña, Andalucía pero también cubriendo 'goteras' producidas por sus políticas de la anterior legislatura: un 'duro' Corbacho para Inmigración o la adjudicación a Espinosa de Medio Ambiente por su silencioso trabajo para resolver el problema del abastecimiento de agua a Barcelona.
El recién investido Zapatero tiene incluso banquillo para hacer alguna remodelación ministerial si la situación lo requiere.
Creo que ZP ha leído muy bien sus resultados e identificado sus fortalezas y sus debilidades. ¿Sabrá el PP hacer lo mismo?
Socia directora de IG Consultoría
Zapatero tiene incluso banquillo para hacer alguna remodelación ministerial si la situación lo requiere