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Tribuna
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Convicciones para atravesar la crisis financiera

Frente a la virulencia de la crisis que sacude a los mercados financieros y la volatilidad reinante, los inversores deben intentar responder a ciertas preguntas fundamentales antes de tomar decisiones precipitadas y emocionales. De hecho, el éxito a largo plazo para el inversor radica en la capacidad para mantener convicciones y formularse regularmente preguntas fundamentales: con su enfoque de inversión, teniendo en cuenta los recursos a su disposición, la estructura de su cartera y su horizonte temporal. ¿Dispone de una ventaja competitiva en los mercados financieros? Y en ese caso, ¿cuál es y cómo la puede aprovechar?

Para responder hay que tener en cuenta que en los mercados financieros se ha producido en los últimos 10 años una convergencia de una gran proporción de inversores hacia el corto plazo y son muchos los que ya no toleran rendimientos negativos ni siquiera durante periodos muy cortos, sea cual sea la clase de activos. Ello explica el éxito de los vehículos de inversión de rentabilidad absoluta y de los fondos de inversión libre hedge funds, que tratan de proporcionar rentabilidad independientemente de las fluctuaciones en los mercados de valores. Sin embargo numerosas clases de activos resultan ser rentables a largo plazo y un horizonte temporal superior a tres años es razonable. Así, aunque el inversor disciplinado pueda creer que se equivoca en el corto plazo, con el tiempo puede terminar teniendo la razón de forma espectacular.

Una segunda consideración es la actitud dramática de ciertos bancos de inversión occidentales que sufren la crisis crediticia, lo que es indicativo de que los intereses de su dirección no están en la misma línea que los de sus accionistas. Eso demuestra hasta qué punto es crucial que el inversor analice las convicciones y motivaciones de los agentes implicados. En este sentido, entre hedge funds se observa lo contrario: los gestores son generalmente fundadores, accionistas y gestores a la vez. Esto es, invierten su propio patrimonio personal y se alinean con los intereses de sus clientes.

Convienen pues ciertos hedge funds cuidadosamente seleccionados. No obstante el inversor debe considerar un tercer aspecto: ¿comprende las características específicas de los productos financieros que adquiere? Y en particular, ¿interpreta correctamente los riesgos reales, posibles rendimientos y los mecanismos de los productos creados con ayuda de derivados, tanto durante la vida del producto como a su vencimiento? De hecho, incluso para un profesional la complejidad es a veces tal que su conveniencia puede resultar al menos discutible. Además la crisis actual nos recuerda que nadie puede apoyarse exclusivamente en un marco establecido por el legislador -que seguirá siendo necesariamente imperfecto- y es recomendable asegurarse la comprensión y el análisis para tomar decisiones adecuadas y obtener ventajas competitivas a largo plazo.

Además, en un horizonte temporal de tres años el mercado de renta fija parece muy caro, al menos con respecto a perspectivas de inflación y suponiendo que las autoridades ganen la batalla en curso contra la deflación.

Por otra parte, las diferencias de crecimiento entre economías occidentales -reducidas- y emergentes -elevadas- crean oportunidades estructurales. Es el caso de los activos en deuda de países emergentes emitidos en monedas locales, una clase de activos prometedora a largo plazo. Otro caso es el mercado de la renta variable de Rusia, una perspectiva atractiva los próximos años debido a la posición estratégica de la economía de este país, una nación en plena transformación, lo que aún no es percibido igualmente por los inversores internacionales.

Finalmente, el oro es un activo que saldrá vencedor sea cual sea el signo -inflacionista o deflacionista- en que acabe la evolución de las economías del mundo.

En cualquier caso, con fuertes convicciones y un horizonte temporal razonable el inversor será capaz de superar tranquilamente y con éxito las turbulencias a las que a veces se enfrenta en los mercados financieros.

Yves Bonzon. Director de inversiones de Pictet & Cie

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