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CincoSentidos

El diseño más chic se apropia del restaurante

El maximalismo, lo barroco, el color y los nuevos materiales triunfan en los templos gastronómicos de moda

El diseño más chic se apropia del restaurante
El diseño más chic se apropia del restauranteCincoDías

Mobiliario de diseño, materiales de última generación, vajillas voluptuosas o camareros con uniformes de firma. La estética de los nuevos restaurantes se rinde al mundo del interiorismo y la decoración más actual; sigue las tendencias, pero crea un lenguaje propio. Y es que no sólo ha cambiado significativamente la cocina española en los últimos años, también lo han hecho los establecimientos de restauración. Importa el contenido, pero también, y mucho, el continente. La máxima es atraer al cliente, diferenciarse por el ambiente, el entorno, los espacios, dotándolos de personalidad, sin renunciar a los aspectos más prosaicos de un negocio de estas características.

Esta preocupación no sólo afecta a los locales de cocina contemporánea, los de fusión o propuestas urbanas. También los más clásicos se renuevan y las reformas pasan por esa necesidad de poner al día una estética muchas veces obsoleta y pasada de moda.

El valor añadido de la decoración en los restaurantes ha puesto en el candelero a una serie de profesionales de la arquitectura de interiores que están triunfando en España -y fuera de ella- con sus proyectos aplicados a la hostelería. Uno de los más reputados es Tomás Alía, que en sus quince años de trayectoria profesional se ha encargado de más de 20 restaurantes, la mayoría en Madrid, aunque también en Albacete, Algeciras, Málaga, Valencia y San Sebastián, y que cada vez trabaja más fuera del país -de hecho, tiene estudio en Tánger-. 'El tipo de gastronomía, señala, inspira absolutamente a la hora de plantearse un proyecto. Hay que tener muy en cuenta quién es el cliente y qué tipo de cocina van a dar. Y luego el entorno: si es un espacio urbano, en qué zona está; a partir de ahí, pura imaginación'.

Alía empezó proyectando locales de ocio. Sorprendió en 1999 con Larios Café (que le valió el Premio Nacional de Arquitectura de Interiores), un multiespacio (discoteca, bar de copas, restaurante) que como concepto ha trabajado en otros locales, como Moma Gold o Nueva Fontana, todos ellos en Madrid. De su estudio también han partido los diseños de los restaurantes Zaranda (el primitivo de la calle San Bernardino, hoy Zorzal, de la misma propiedad) o los Mood del grupo Vips (Majadahonda y calle Velázquez, éste último inaugurado hace dos meses).

Ecléctico, colorista y rabiosamente moderno, Tomás Alía juega con las luces, los elementos gráficos y los materiales creando ambientes que nunca pasan desapercibidos. Si en Nueva Fontana se inspira en los diseñadores de los 40, en Mood se muestra atrevido, contemporáneo, con guiños retrofuturistas. 'El minimalismo ha muerto, aclara. Estamos aburridos de lo frío, lo académico y nos encontramos en un punto que enlaza con lo dramático, incluso teatral. Lo barroco está de moda'. Para él las tendencias pasan por el color y la utilización de elementos gráficos y de distintos materiales que permitan ir creando capas partiendo de espacios neutros. 'Ha vuelto el color, las formas se redondean, no como el minimalismo, que es más duro, de ángulos rectos, perfectos. Se opta por materiales contrastados, espejos, maderas, el mundo de las texturas. A mi me encanta poner resinas en los suelos, que son acolchadas, mórbidas, donde no oyes a la gente pisar. Las moquetas también han vuelto con muchísima fuerza a los restaurantes' señala. 'Y unir tradición y vanguardia es pura tendencia'.

Versatilidad y Eclecticismo

VdeG es el nombre del estudio que Nacho García de Vinuesa y su socio Juan Sobrino, ambos arquitectos, montaron hace 13 años. Desde entonces no han parado de trabajar: 138 proyectos para el mundo de la hostelería, y unos 20 actualmente en fase de desarrollo. Se dieron a conocer cuando diseñaron el Thaï Gardens, el primer restaurante tailandés de Madrid, un hito en su carrera. La espectacularidad de sus instalaciones (recientemente se ha trasladado de la calle Jorge Juan al Paseo de la Habana) les abrió muchas puertas, convirtiéndoles en auténticos especialistas.

Las cadenas como The Wok o Wagaboo (recién estrenado el último de ellos), establecimientos chinos o panasiáticos como los Tao, los Café Shaigón (el del Meliá Castilla es uno de sus últimos trabajos), Tsé Yang, Asia Gallery, Indochina o Soya and Oliva son una muestra del dominio que VdeG tiene en la ambientación de restaurantes temáticos, y que incluye muchos otros: italianos (Acquaffreda, Boccondivino, Per Bacco, La Piazzeta, Enzo), indios (Mumbay Masala), árabes (Mosaiq), clásicos (Puerta 57, El Paraguas, Club 31) o decididamente modernos (Fish Club, The Grill Club, Sugar Club, Mezclum, La Viuda Blanca y un largo etcétera). También trabajan en proyectos internacionales, fundamentalmente en Sudamérica y Estados Unidos.

García de Vinuesa señala que, 'el hilo conductor es hacer que el proyecto de negocio funcione, para lo que efectuamos un estudio minucioso, no dejando nada al azar, asesorando en cuestiones básicas como ocupación del local, optimización de espacios, cómo y dónde sentarse o de qué manera crear los flujos de pasos en el local. Frente a lo que la gente espera de un arquitecto, yo valoro mucho la funcionalidad, porque hacemos negocios de hostelería, no sólo decoración'. En cuanto a hacia dónde se encamina el diseño actual, opina que el minimalismo está un poco pasado de moda y que las tendencias actuales apuestan 'por el eclecticismo y la innovación en materiales, instalaciones y equipamiento'.

Pasión por la arquitectura

Isabel López y Sandra Tarruella son posiblemente las interioristas más conocidas y que más trabajan en Cataluña en el mundo de la restauración. Sus proyectos para el grupo Tragaluz (con los restaurantes Agua, Negro, El Japonés o Moo, entre otros) les han proporcionado fama y reconocimiento (en 2000 consiguieron el prestigioso premio FAD por el diseño de El Principal). Actúan siempre sobre arquitectura construida, e intentan respetar el espacio, adaptándolo al tipo de cliente y la gastronomía de cada local.

Para conseguirlo utilizan todos los recursos (iluminación, materiales, confort), y su referente está en el juego de la luz, el uso del vidrio y la arquitectura del siglo pasado. Isabel López dice huir de las tendencias, porque lo considera un error. 'Las evitamos, porque lo que queremos es crear un lenguaje propio'.

Entre sus últimos trabajos dos conocidísimos restaurantes: la remodelación del madrileño O'Pazo, su primer proyecto en Madrid, y el nuevo restaurantes gerundense El Celler de Can Roca (dos estrellas Michelin). En ambos la madera, la luz y la pureza de líneas consiguen efectos elegantes y muy actuales.

Otras figuras de la arquitectura o el interiorismo aportan sus personales visiones a la nueva estética de los restaurantes. Como Pascua Ortega, artífice del Santceloni madrileño, del restaurante del hotel Adler, de distintos locales de la cadena José Luis o del Loft 39, entre otros, propuestas muy distintas pero que llevan su sello reconocible; el también interiorista y diseñador madrileño Jaime Hayón se ha encargo de la acertada reforma de La Terraza del Casino (nada menos que 800.000 euros). Por su parte, la ambientación postindustrial del modernísimo Le Garage llevada a cabo por Gruporoi Freestyle y Brigitte Bloch, esposa del propietario del establecimiento, ha situado este local de 400 metros cuadrados y techos de cinco metros de alto, en un referente de vanguardia estética.

Ramsés, el universo de Philippe Stark

Si hay una figura reconocida internacionalmente en el ámbito del diseño y la decoración, ése es Philippe Stark. Tomás Alía ha utilizado su mobiliario en diferentes locales, es uno de los colegas que más admira Nacho García de Vinuesa, y su impronta se deja ver en muchos de los establecimientos más lujosos y fashion del mundo. Pero en España, hasta ahora, no se había ocupado íntegramente de ningún proyecto. Hasta que le contrataron para hacerse cargo de Ramsés, uno de los lugares más de moda en Madrid. Desde luego, no deja indiferente. Los distintos espacios (barra-coctelería, comedor informal, restaurante gastronómico y el club-discoteca) se articulan siguiendo una línea argumental en la que cabe el clasicismo distorsionado, la estética grafitera, los grandes espejos o las referencias a la pintura renacentista de El Greco. Una teatralidad propia del mejor escenógrafo en el que se juega con el blanco y el negro, las barras retroiluminadas, las sillas con estampaciones metalizadas, los dorados, la plata o los grandes candelabros. El ambiente de penumbra, el neobarroquismo llega incluso hasta los baños, en negro y dorado, originales y versallescos.

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