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Partidos políticos

Aguirre juega con la posibilidad de luchar contra Rajoy por el liderazgo del PP

Puede pensarse de todo, menos que la incomode el juego de las ambigüedades. La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, dejó ayer abierta la puerta a presentarse como alternativa a Mariano Rajoy en el Congreso que el PP celebrará en junio, aunque matizó que 'a fecha de hoy' no entra en sus planes. Delante del propio líder de su partido, Aguirre habló de la dificultad de lograr la firma de los 600 compromisarios que tendrían que avalar su cruzada.

El almuerzo organizado por el Foro Abc y la consultora Deloitte con Esperanza Aguirre convocó ayer en Madrid a los primeros espadas de empresas como El Corte Inglés, FCC, ACS, OHL, Unión Fenosa, NH, Fadesa, Alcatel o Red Eléctrica. También asistieron al encuentro representantes de los grandes bancos, movidos por el interés de ver hasta qué punto las aspiraciones políticas de la presidenta madrileña moverán el rumbo del PP tras su fracaso electoral del pasado 9 de marzo. Quienes esperaban grandes anuncios se marcharon posiblemente frustrados. A 'fecha de hoy' no está en sus planes presentar una candidatura alternativa a la de Mariano Rajoy en el horizonte del congreso de junio, aunque tampoco descartó esta posibilidad.

En el caso de que se decidiera a dar este paso, el primero en saberlo, dijo ayer Aguirre, será el propio Rajoy. Ya se lo anticipó el pasado miércoles en un almuerzo privado. La presidenta madrileña no lo ve, en cualquier caso, un objetivo fácil puesto que necesita el respaldo de al menos 600 de los 3.025 compromisarios que acudirán al cónclave de junio, 'algo un poco difícil', admitió Aguirre, 'si la dirección nacional no está en ello...'. Si no enseña ya sus cartas, aclaró, es por 'respeto' a los 700.000 militantes que tiene su partido.

En el supuesto de que se decida a competir con Rajoy, la presidenta madrileña parece tener claros sus argumentos políticos de fondo. Hace falta, dijo, dar la batalla ideológica contra el PSOE sin complejos en todos los terrenos y, además, ganarla. Esto es algo que el PP, en su opinión, no hizo en la pasada legislatura. Puso dos ejemplos: su posición en la ley que autorizó el matrimonio homosexual y la ofensiva contra la ley de Memoria Histórica. En ambos casos, dijo Aguirre, el PSOE logró su objetivo de encorsetar a su partido en los esquemas clásicos de una derecha retrógrada e, incluso, antidemocrática y heredera del régimen de Franco.

A juicio de Esperanza Aguirre, el PP no puede pasar otros cuatro años pendiente de que en las próximas elecciones generales haya poca participación o de que la izquierda siga dividida. Es necesario un proyecto 'claro e ilusionante', advirtió, que movilice en toda España y puso como referente del mismo el rotundo éxito obtenido por el partido en comunidades como la de Madrid, la valenciana o la murciana. Estas dos últimas están gobernadas por Francisco Camps y Ramón Luis Valcárcel. El presidente valenciano todavía no ha hecho oír su voz en público y el murciano ha apostado sin ambages por Rajoy, después de ser designado organizador del congreso. Aguirre, colocada a escasos metros de Rajoy, no tuvo empacho en leerle la cartilla de sus recetas liberales, las mismas que, en su opinión, siguen vigentes desde que ella las incorporó a la ponencia del Partido Liberal cuando militaba hace 23 años en esta formación política. Sus pilares descansan en las rebajas de impuestos, la reducción del gasto público estatal, la liberalización de todos los sectores económicos y la potente inversión en infraestructuras. El PP, defendió, tiene que dejar de aparecer como un partido 'antipático' para ese sector del electorado que no tendría recelos en apoyarlo si acertara a huir de las 'trampas ideológicas'. Hay que reaccionar, argumentó, para evitar 'que Zapatero dure hasta 2012'. Si esto fuera así, añadió, 'el PSOE habría gobernado 22 de los últimos 30 años, algo sin parangón en Europa'.

El discurso de Esperanza Aguirre tan crítico con el pasado reciente de su partido en la oposición es el primero que se escucha en público desde que Mariano Rajoy eludió entonar el mea culpa por el fracaso electoral en la última junta directiva.

'Yo soy liberal, no conservadora'

En alusión directa al alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, la presidenta madrileña afirmó ayer que no se resigna a que la etiqueten 'como conservadora, porque ser liberal es justamente lo contrario'. Tampoco se resigna Esperanza Aguirre, dijo ayer, a que su partido 'huya de dar la batalla ideológica', ni a que sean 'los adversarios mediáticos' los que repartan los carnés de modernidad en el PP'.La presidenta evitó contestar si el ex director gerente del FMI Rodrigo Rato, apoya sus tesis. 'Pregúntenselo a él', respondió.

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