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Mercados

Las Bolsas siguen inestables y los inversores recogen beneficios

Calma relativa tras dos sesiones de infarto. El lunes parecía que el mundo se acababa, el martes llegó un gran rebote y ayer las Bolsas europeas navegaron sin rumbo claro. Al cierre, el Ibex retrocedió un 0,5% y perdió los 13.000 puntos. Sin embargo, en Wall Street pintaron bastos y el S&P 500 sufrió una caída del 2,43%, la mayor en lo que va de mes.

La resaca que dejó la última rebaja de tipos de la Reserva Federal, los resultados mejores de lo esperado de Morgan Stanley o la flexibilidad de las regulaciones sobre Fannie Mae y Freddie Mac -un buen paso para fortalecer el mercado hipotecario del país- no acabaron de animar los mercados ayer tras el rally de la víspera. La cautela se impuso.

El recuerdo del reciente rescate de Bear Stearns, las medidas de emergencia de la Fed o la delicada situación económica en EE UU pesaron en el ánimo. Pocos inversores se decidieron a arriesgar ante la proximidad de las festividades de Semana Santa, y las caídas dominaron.

En Europa, las malas noticias que llegaron de empresas emblemáticas como Ericsson o Deutsche Telekom no hicieron más que acelerar las ventas. La primera pronosticó una caída de beneficios, mientras que la alemana reconoció que espera una merma de ingresos en el negocio doméstico. Advertencias que no gustaron y provocaron que el sector de tecnología (-3,75%), junto con el de materias primas (-3,44%) y telecos (-3,29%) se convirtiera en el principal lastre de la sesión.

Así, el rojo se impuso en Europa con retrocesos que oscilaron entre el 1,81% de la Bolsa italiana y el 0,5% del Dax. El Ibex también cayó un 0,5% y perdió los 13.000 puntos, cerró en 12.964,7, arrastrado por BME (-5%), Inmobiliaria Colonial (-3,7%), Telecinco (-2,8%) e Iberdrola Renovables (-2,35%), aunque los retrocesos de Iberdrola (-2,31%), Telefónica (-1,36%) y Repsol (-1,21%), pese a ser menores en términos porcentuales, fueron más decisivos a la hora de restar puntos a la caída del índice.

El castigo no fue mayor en España gracias al rebote de la banca. Los resultados de Morgan Stanley ayer, unidos a los de Lehman Brothers o Goldman Sachs conocidos la víspera, también superiores a lo previsto, lograron eliminar cierta tensión y devolver algo de confianza al sector. La entrada del inversor indio Ram Bhavnani en el capital de Popular y Sabadell también ayudó a impulsar sus cotizaciones. Ganaron el 1,64% y el 0,48% respectivamente ayer, avances que destacaron junto con los de Santander (+1,46%), Banesto (+1,35%) y el de BBVA (+0,45%).

En Wall Street, las órdenes de venta ganaron claramente la partida en el último tramo de la jornada. Si el lunes el S&P 500 vivió su mejor sesión desde 2002 al anotarse el 4,24%, ayer perdió en torno a la mitad de lo ganado. Bajó un 2,43%, su peor sesión en lo que va de mes.

Ni el excelente estreno en Bolsa de Visa (+28,41%) ni la buena noticia de Freddie Mac y Fannie Mae, que podrán proveer hasta 200.000 millones de dólares en liquidez a los mercados de hipotecas, pudieron contener las pérdidas. Así, el Dow Jones cayó el 2,36% y el Nasdaq retrocedió el 2,57%.

La Bolsa cierra

Los expertos esperan una sesión de menor volumen de negocio en los mercados hoy debido a la festividad del Jueves Santo. La Bolsa española, además, cerrará mañana y el próximo lunes. Wall Street tampoco abrirá sus puertas mañana, pero retomará el negocio el lunes.

Nueve motivos de esperanza y un gran riesgo, según Newstar

Simon Ward, de la gestora británica Newstar, detecta nueve motivos para ser optimistas, aunque señala también una amenaza de gran calado.1 La Reserva Federal está dispuesta a todo para evitar un colapso financiero. Tanto que incluso va a arriesgar su propio balance tomando activos respaldados por hipotecas de alto riesgo.2 La liquidez a nivel global es abundante. El crecimiento monetario del G7 ronda el 11% al año y está en máximos de 26 años. Los inversores han desaparecido pero no tardarán en regresar cuando se aclare el panorama financiero.3 Los mercados descuentan una recesión. El comportamiento bajista reciente se asemeja al de las últimas seis desaceleraciones bruscas. Sin embargo, los más bajistas creen que la recesión será muy severa.4 Una desaceleración brusca todavía se puede evitar. El impacto de la restricción crediticia se ve compensado por unas condiciones monetarias significativamente más laxas y un estímulo fiscal en EE UU que supone el 1% del PIB.5 Las empresas han sido muy prudentes a la hora de incrementar el empleo y la inversión en los últimos años. La resistencia de las economías emergentes es otro baluarte contra una desaceleración económica grave.6 El pesimismo de los inversores es extremo. El ratio put call en el mercado de futuros de Chicago está por encima de los anteriores mínimos, incluidos los de 1998, 2002 y 2003, a la vez que los bajistas superan a los alcistas por el margen más alto desde 1990.7 Los directivos han incrementado las compras de acciones de las empresas en las que gestionan, lo que sugiere que ven valor en las compañías.8 Las pérdidas relacionadas con las hipotecas subprime se han contabilizado en gran medida. Standard & Poor's cree que alcanzarán los 285.000 millones de dólares y ya se han desvelado 150.000 millones.9 La caída del sector bancario es comparable a la de la crisis de finales de los ochenta. El sector cotiza a un descuento mayor que en los mínimos de 1990.10 La debilidad del dólar es el principal riesgo. Los recortes excesivos de tipos de interés en EE UU y la intrasigencia del BCE y del Banco de Japón han provocado una huida de flujos de capital de EE UU que aumenta el estrés financiero.

La otra sesión

DIVISAS. Persiste la debilidad del dólar. El temor a que los seis recortes de tipos de interés practicados por la Reserva Federal desde septiembre no sean suficientes para reactivar la economía provocó que el billete verde volviera a caer frente al euro y el yen. En la sesión tocó 1,578 dólares por euro para luego recuperar terreno hasta 1,563, mientras que se negociaba a 99,18 yenes.RENTA FIJA. Esta semana la Bolsa y la deuda se han movido a la inversa, una situación que se volvió a repetir ayer. Así, las caídas de la renta variable vinieron acompañadas de subidas en el mercado de renta fija. El bono español a 10 años avanzó, animado por la búsqueda de activos más seguros, lo que provocó que su rentabilidad, que semueve a la inversa que el precio, cayera hasta 4,127%. En EE UU el rendimiento del bono a 10 años retrocedió también, hasta el 3,339%.ORO. El oro pone freno a su escalada. El metal precioso ha sido uno de los claros beneficiados de la incertidumbre reinante, algo que le permitió llegar a alcanzar los 1.032,7 dólares por onza esta semana. En las últimas sesiones, no obstante, se ha impuesto la toma de beneficios y ayer cayó hasta 945,8 dólares.

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