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Seguros

Mutua se replantea el futuro de su Ciudad Sanitaria

Mutua Madrileña ha solicitado una segunda opinión a la consultora McKinsey sobre la viabilidad de la Ciudad Sanitaria, el gran proyecto sanitario que anunció en 2005 y que preveía desarrollar en Boadilla del Monte (Madrid). El grupo da prioridad este año a la inversión en el negocio asegurador tradicional.

Mutua se replantea el futuro de su Ciudad Sanitaria
Mutua se replantea el futuro de su Ciudad SanitariaPABLO MONGE

Pedimos un informe a McKinsey sobre la Ciudad Sanitaria y ahora hemos solicitado que lo vuelva a reeditar con los nuevos datos que hay al cabo de tres años', explicaba ayer Ignacio Garralda, presidente de Mutua Madrileña desde el pasado enero. 'No cabe duda de que son 600 millones de euros y es un importe que exige un estudio muy profundo de la viabilidad del proyecto', puntualizó.

En 2005, la compañía anunció la creación de un gran campus de la salud, pero su materialización se ha retrasado varios años. Cuando ya parecía que el proyecto echaría a andar en el municipio madrileño de Boadilla del Monte, el grupo regresa a la casilla de salida y repiensa su proyecto estrella desde cero.

Este no fue el único gran anunció que efectuó Garralda en su primera comparecencia pública desde que accedió al máximo puesto de Mutua. El ejecutivo comunicó la intención de la compañía de ahondar en su negocio tradicional: el seguro.

'Quizá debemos girar el rumbo de las inversiones financieras e inmobiliarias que tenemos, e invertir más en crecer en el negocio asegurador', explicaba ayer Garralda. 'Nos gustaría deshacer alguna posición en renta fija e inmuebles y apostar más por nuestra actividad tradicional. Los resultados de inversiones son muy elevados, pero no nos deben distraer de que el negocio básico es el seguro', añadía.

El directivo indicó que la intención es proseguir con la diversificación por ramos y la expansión geográfica por España. Descartó, en cambio, compras en el extranjero.

Garralda ratificó durante su intervención la política de inversiones en renta variable desarrollada por Mutua bajo la presidencia de su antecesor, José María Ramírez-Pomatta. Así, apoyó la presencia del grupo en Sacyr y en Repsol, donde la compañía posee un 5% y un 2% del capital, respectivamente, y hoy acumula minusvalías millonarias.

'Ahora no es el momento para desinvertir porque los dos valores están muy castigados en Bolsa', sentenció Garralda. 'En el caso de Sacyr, se le está practicando terrorismo bursátil a través de una campaña de mensajes de texto a través de móvil donde se cuestiona la viabilidad de la constructora'. El presidente de Mutua, que tiene un consejero en Sacyr, consideró que 'cuando Sacyr deshaga su posición en Eiffage se quitará una losa y rebotará. No cabe duda'.

Respecto a Repsol, opinó que 'es muy buena noticia' que la petrolera haya reducido su exposición a Argentina. Garralda espera que esta compañía conceda a Mutua un puesto en su consejo 'en mayo o junio'.

Al cierre de 2007, Mutua mantenía un patrimonio de 5.680 millones de euros. De esta cantidad, un 34% estaba en renta variable, un 24,7% en renta fija y un 32,3% en inmuebles. Estos porcentajes variaron con la salida de la aseguradora del accionariado de Santander el pasado enero. Ahora la renta variable supone el 16% del patrimonio y la renta fija ha ganado presencia y alcanza el 43,7%.

El grupo mantiene, aún así, su interés por empresas cotizadas. Garralda marcó como objetivo, una vez se calmen los mercados, que entre un 20% y un 25% de las inversiones estén en renta variable. Y ratificó la política seguida hasta la fecha. 'Creemos que centrarse en tres o cuatro compañías buenas y tener un puesto en su consejo te da una capacidad de análisis superior a comprar un fondo de inversión que replique un índice', indicó. Y citó como ejemplo la inversión de Mutua en Colonial.

Las cifras

77,6 millones de euros destinó el grupo a prestar asistencia en viaje, defensa jurídica y bonificaciones a sus mutualistas.

8,6% subió Sacyr ayer en Bolsa, hasta 19,20 euros, tras las palabras de apoyo del presidente de Mutua Madrileña.

23,6% del negocio proviene de fuera de Madrid, la zona tradicional de la compañía.

La bajada de los extraordinarios lastra el beneficio

Las cuentas de Mutua Madrileña acusan los efectos de las operaciones financieras. La matriz anotó en 2007 un beneficio neto de 426 millones, un 26,8% menos que el anterior ejercicio. En 2006, el grupo alcanzó un beneficio récord gracias a la venta de su 10% en Colonial, que supuso unas plusvalías de 370 millones, y a la enajenación de su sede histórica de la calle Almagro por 120 millones más.El pasado año también hubo ingresos extraordinarios, pero menos suculentos. Con su salida de ACS, culminada en julio, Mutua logró 484,2 millones. De estos, 222 millones eran plusvalías. Además, el grupo se desprendió de un edificio en la calle Santísima Trinidad de Madrid por 60 millones, según fuentes inmobiliarias. La compañía admitió ayer haber sufrido un traspiés en su negocio tradicional: el seguro de autos. Los ingresos por primas en el ramo de no vida aumentaron apenas un 1,3% y ascendieron a 1.171,5 millones. Aunque Mutua renovó el 92,2% de su cartera (1.079,5 millones de euros), los contratos de nueva producción sólo aportaron 92 millones, un 31,3% menos que en 2006.Las filiales de salud y asistencia mostraron evoluciones positivas, pero no pudieron contrarrestar la bajada del beneficio de la sociedad matriz. Aresa anotó una ganancia neta de 18,3 millones (+17,7%) y Autoclub Mutua aportó 9,8 millones (+241,4%).Así, el beneficio agregado del grupo ascendió a 454,1 millones. Mutua no facilitó, en cambio, el resultado consolidado. Es decir, sus ganancias una vez descontadas las operaciones intragrupo, que están pendientes de ser aprobadas por el consejo. No obstante, el presidente, Ignacio Garralda, adelantó ayer que rondaría los 400 millones.

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