10. Internacionalización
China y EE UU, prioridades en la tercera fase del salto al exterior
Las empresas españolas han dado un salto de prestigio en los últimos 15 años. De competidoras en el mercado local, buena parte de las principales firmas constructoras, financieras y de telecomunicaciones se han convertido en líderes mundiales, en el marco de un valiente y exitoso proceso de internacionalización. Los años noventa sirvieron para la llegada en masa a América Latina; en la década actual, los objetivos principales han cambiado, y la gran apuesta ha pasado a ser Europa. Por lo demás, empresas textiles como Zara o Mango suponen historias de éxito en decenas de países, y se estudian como casos en las escuelas de negocios. Avances, pues, inimaginables hace apenas 15 años, pero que no deben invitar a la relajación.
Sin duda, tanto América Latina como la vieja Europa son mercados enormes en los que las empresas españolas encuentran pocas barreras culturales. Pero no puede olvidarse que ninguna de las dos áreas se encuentra entre las más dinámicas del planeta. Para encontrarlas, hay que mirar más bien hacia Asia y Estados Unidos.
El PIB de China sigue creciendo por encima del 10%, y el año pasado fue el país que más aportó al crecimiento global. Además, las reformas impulsarán un mercado interno con cerca de 100 millones de consumidores equiparables a la clase media occidental. La apuesta del BBVA a través de su inversión en Citic es una buena muestra del camino anterior, aunque es cierto que España todavía aporta sólo 450 de las más de 50.000 empresas extranjeras en el país.
Algo parecido sucede con Estados Unidos, un país que, pese a la crisis actual, ha sido el motor económico mundial desde hace décadas. La enorme población hispanohablante es allí una oportunidad para las empresas españolas. Además, no debe olvidarse el potencial de los nuevos socios de la Unión Europea: los países del Este crecen a ritmos fuertes y gozan de claras ventajas en términos de fiscalidad y coste de mano de obra.
Es importante tener en cuenta que, a diferencia de en el ámbito inversor, las empresas españolas no son referencias mundiales en materia exportadora. El próximo Gobierno debe mantener la iniciativa para ampliar la base de empresas exportadoras. En el ámbito exterior, deberá profundizar las actuaciones inscritas en los planes integrales de desarrollo de mercados, en aras de mitigar la peligrosa dependencia exportadora de la salud económica de la zona euro.
Las opiniones
CEOELas compañías españolas necesitan un nuevo marco de apoyo fiscal, financiero, promocional, de cooperación y de inversión en el exterior que mejore, incluso, al de los países del entorno. Hay que diversificar mercados y ampliar la base de empresas exportadoras e inversoras en el exterior, sobre todo a las pymes. Se debe impulsar la defensa de los intereses empresariales ante instituciones comunitarias y facilitar a las empresas información sobre el entorno internacional, propiciando la elaboración de posiciones estratégicas sobre el mismo.CC OOLas grandes empresas españolas han mantenido en los últimos años un proceso de internacionalización muy ambicioso, pero la economía española necesita mejorar sustancialmente su cuota de mercado en el exterior (también en el mercado interno). Para conseguirlo, es preciso que las pequeñas y medianas empresas incrementen su presencia y competitividad en los mercados internacionales, para lo cual deben contar con apoyos sectoriales e institucionales, que hasta ahora se han probado insuficientes.UGTEs necesario innovar para competir y crear empleo cualificado a nivel nacional, siempre que las inversiones industriales sirvan para reforzar la posición de las empresas matrices en España.Así, la internacionalización es un reto básico al que debe atender la empresa española para confirmar su posición competitiva en el mercado europeo y global. La Administración debe colaborar para que aquellas empresas españolas que no están presentes en mercados exteriores y tienen producto como para estarlo, puedan internacionalizarse.