7. Infraestructuras sostenibles
El desarrollo del PEIT servirá para compensar la caída de la vivienda y vertebrar el país
Nadie duda en estos momentos, como sí se cuestionó en 2004, que la inversión en infraestructuras continuará durante los próximos cuatro años, con la intensidad que establece el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT), que recoge un gasto de casi 250.000 millones de euros hasta 2020.
Además, el ajuste inmobiliario ha devuelto relevancia y protagonismo a la obra civil, ya que tanto las distintas Administraciones Públicas, como las empresas, coinciden en que sólo con un nivel óptimo de licitaciones podrá amortiguarse el efecto del parón residencial sobre empleo y actividad. Pero al margen de que sirva o no como antídoto a la crisis de la vivienda, lo cierto es que el gran reto del sector constructor y del nuevo morador/a del Ministerio de Fomento será demostrar que pueden mantenerse unos niveles óptimos de inversión en infraestructuras para poner fin al déficit que aún persiste en determinadas zonas del país.
Entre las grandes obras previstas destaca el desarrollo de la red ferroviaria de alta velocidad que convertirá a España en 2020 en el país con más kilómetros de este modo de transporte del mundo. De hecho, se persigue que todas las capitales de provincia estén conectadas a menos de media hora de camino de una estación de alta velocidad ferroviaria. Y es que los expertos vaticinan que en el futuro las distancias no se medirán en kilómetros, sino en tiempo.
Carreteras es el segundo gran capítulo inversor del PEIT. Con la inversión comprometida en la red viaria se pretende dejar atrás su concepción excesivamente radial y sustituirla por otra en malla con grandes corredores transversales que eviten el paso por Madrid.
La financiación de estos grandes proyectos es otro de los retos a los que se enfrenta el sector de la obra civil. Los próximos cuatro años serán, sin duda, los años en los que el sistema concesional y otras fórmulas de colaboración público-privada cobren especial protagonismo, ya que los fondos comunitarios han disminuido significativamente y se mantiene el compromiso de estabilidad presupuestaria.
Las opiniones
CEOELa competitividad de un país depende, en buena parte, de su dotación de infraestructuras. Por ello, es primordial encontrar nuevas fórmulas que potencien tanto la participación del capital privado, como el desarrollo de las concesiones en España, de manera que se difiera lo máximo posible el coste de esas grandes obras entre las generaciones de las personas que van a utilizarlas.Además, es necesario coordinar a todas las administraciones públicas para evitar la duplicidad de actuaciones entre ellas.CC OOEl sector público español ha realizado en la última década un esfuerzo muy intenso en el capítulo referido a inversiones en infraestructuras, independientemente del partido político que haya ostentado el Gobierno central.El cambio de coyuntura por el que parece atravesar en estos momentos la actividad económica requeriría un nuevo impulso en esta materia. No obstante, el hecho de haber llevado a cabo una política procíclica en la legislatura que ahora termina limita en gran medida los márgenes de actuación.UGTLas actuaciones que deben integrar el PEIT deben tener una visión unitaria, integrada con los servicios que prestan, así como una gestión del sistema desde criterios de seguridad, calidad, eficiencia y servicio público; además, debe atender a los intereses regionales y locales. Las decisiones de inversión no deben limitarse exclusivamente a criterios de rentabilidad económico-financiera, sino que también deben contemplar su rentabilidad social. La inversión pública es indispensable para alcanzar un grado óptimo de desarrollo económico y bienestar social.