Santander y las cajas de ahorros recortan de nuevo su previsión de PIB
La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) y Banco Santander se sumaron ayer a las voces que advierten de una desaceleración económica en España este año más profunda de lo previsto por el Gobierno. Según el último número de 'Cuadernos de Información Económica', hecho público ayer, Funcas estima un crecimiento económico del 2,6%, mientras que Banco Santander proyectó en 2,4%, por debajo de la estimación oficial del 3,1% del Ministerio de Economía.
De esta forma, la Fundación de cajas señala que el PIB crecerá 1,2 puntos menos que en 2007 (3,8%), mientras que Banco Santander es más pesimista, al observar la disminución de 1,4 puntos. Funcas atribuye la desaceleración, entre otros asuntos al efecto de la inflación en 2007. El año pasado el IPC alcanzó un 4,2%, muy por encima del 2,7% cosechado en 2006.
Para este ejercicio, Santander prevé que el PIB vaya desacelerándose paulatinamente desde un 3,0% en el primer trimestre hasta el 2,6% en el segundo trimestre. El tercero bajaría aún más hasta el 2,1%, para acabar el año con un alza del PIB situado sólo en el 1,9%. La entidad recuerda que diversos indicadores reflejan un comportamiento económico mermado, ya que 'cae la confianza del consumidor, el empleo se modera y la industria no mejora'.
Por su parte en su informe, las cajas de Ahorro recalcan que el 'deterioro' de las expectativas originadas en 2008 se debe también al contexto internacional 'más desfavorable' en términos de crecimiento, estabilidad financiera y tipo de cambio.
Precios de consumo
Advierten también de que el crecimiento económico de España dependerá también, en buena medida, de los precios internacionales del petróleo y las materias primas agrícolas. Ambas rúbricas cuentan con un grado alto de incertidumbre debido a los múltiples factores que entran en juego a la hora de fijar los precios, desde los meramente económicos hasta los políticos.
En su informe, Funcas recalca del impacto que puede tener una alta inflación sobre las remuneraciones salariales a medio plazo. A su juicio, la contención salarial mantenida en los últimos años es vital para que no se produzcan los llamados 'efectos de segunda ronda'.