Buffett anticipa años duros en el sector de seguros
"La fiesta se ha acabado". En las actuales condiciones económicas y financieras esta es una de las frases que se esperaba leer en la carta anual de Warren Buffett a sus accionistas. Y el presidente de Berkshire Hathaway así lo ha escrito, pero para referirse a los seguros, un sector responsable de casi la mitad de los beneficios de su empresa, y que considera que ha estado viviendo una buena época hasta este año. No obstante parte de los problemas que anticipa ya se reflejan en sus cuentas.
Buena parte de la caída viene por la rebaja de los precios. "Es indiscutible que los márgenes de la industria van a caer significativamente en 2008, incluidos los nuestros. Los precios están a la baja", escribía Buffett a sus accionistas e inversores.
Pero no han sido solo los seguros, otros negocios como el relacionado con el hogar (ladrillos, alfombras y muebles) también ha registrado menores beneficios. Además, para redondear un trimestre atípico en una compañía acostumbrada a sumar y no a restar, las inversiones en derivados han caído un 17%. Buffett advierte a sus accionistas en la carta que no hagan mucho caso de los vaivenes de los derivados por severos que sean. El inversor, conocido como el Oráculo de Omaha, por su capacidad y éxito en los negocios (además de una cierta flema que en su caso se traduce en un intenso sentido del humor), asegura que ni él ni Charlie Munger, el vicepresidente de la empresa, van a prestar atención a idas y venidas que pueden valorarse en 1.000 millones de dólares en el caso de sus inversiones en derivados.
Pese al fin del año, el beneficio neto de 2007 recoge una cifra de 13.213 millones de dólares, un 20% más.
En la carta, siempre escrutada por analistas, inversores y políticos, además de los accionistas, Buffett arremete contra el sector financiero por la situación que se está viviendo y lamenta la burbuja de la vivienda. "Con la caída de los precios de la vivienda una importante cantidad de tonterías están siendo expuestas". Buffett no se resiste a su metáfora favorita para el caso, "uno solo sabe quien ha estado nadando desnudo cuando la ola retrocede y lo que estamos viendo en algunas de las mayores instituciones financieras es una vista muy fea". El inversor sigue lamentando la política de EE UU en relación a los déficit y mantiene su larga apuesta contra el dólar. Su nuevo objetivo en divisas: el real brasileño.
Complicada sucesión
Uno de los motivos por el que la carta de Buffett, de 77 años, se espera con tanta anticipación es por que desde hace años diseña su difícil sucesión. En la última, hacía ver que realmente buscaba un clon de si mismo y de Munger. Este año ha seguido sin nombrar a los candidatos pero ha precisado que hay cuatro que estarían dispuestos a tomar su puesto si a él le pasara algo. Tres de los elegidos ya trabajan en Berkshire. Todos ellos manejan importantes sumas de dinero y o son ricos o están bien desde el punto de vista de las finanzas personales, explica Buffett. "Todos vendrían a sustituirme por otros motivos distintos de la compensación", algo que Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo pero también menos ostentoso, valora.