Permitir que elijan su futuro con el corazón
¿Qué profesión deben aprender nuestros hijos en el mundo global? Para los expertos, la libertad de elegir es clave.
La escena siguiente tiene algo de inquietante. En una casa de montaña del Alb, en el sur de Alemania, cuatro familias con sus hijos adolescentes disfrutan del fin de semana. Hace sol. Fuera llama la aventura: el extenso bosque de hayas, la nieve, el río e incluso el fuego de la barbacoa. Pero los chicos, sentados, juegan cada uno con su propia videoconsola.
Sobre la mesa hay un ejemplar del 7 de febrero del diario Süddeutsche Zeitung con los resultados de las últimas investigaciones del profesor Manfred Spitzer, director médico de la Uniclínica de Psiquiatría de Ulm. 'El ordenador, la televisión y los videojuegos reducen la capacidad intelectual de los escolares y los adolescentes'. Entretanto, uno de los padres mueve preocupado la cabeza mientras se plantea: '¿qué profesión debe aprender mi hijo en el futuro global?' '¿Qué hay que transmitirles a los hijos para que se desenvuelvan en la vida del mañana?' 'Y ¿por qué no pueden ver la televisión ni tocar el ordenador?'
Esas mismas preguntas se formuló un grupo de personalidades de la economía mundial en un taller del último Foro de Davos (Suiza). Participaron en él una empresaria del Líbano, un banquero de inversión ruso, un ingeniero de EE UU, dos alemanes y un político francés: el jefe del grupo parlamentario UMP, Jean-François Copé. Todos ellos tienen hijos. Y todos reflexionaron sobre qué es lo mejor para ellos.
'Soy firme partidario del valor educativo de la televisión apagada', señala el catedrático Jesús Palacios
'Los niños necesitan emociones y experiencias', apunta el pedagogo Hans-Georg Mehlhorn
El banquero ruso afirmó que permite a sus hijos una sola hora semanal ante el ordenador 'para que también lean libros'. El ingeniero americano aseguró que procura estimular la inteligencia emocional y una actitud abierta y positiva hacia otras culturas. Mientras que los dos alemanes y el político francés se quejaron de que en los colegios y en las universidades todavía se aprendan los contenidos de memoria.
Los jóvenes son uno de los grupos más afectados por el cambio social, según el estudio de la globalización coordinado por el profesor Hans-Peter Blossfeld, decano de la Facultad de Economía y Sociología de la Universidad de Bamberg (Alemania). 'La generación precaria con trabajo precario no se atreve a tomar decisiones a largo plazo (familia, casa) porque debe permanecer flexible y móvil para el mercado laboral global'.
Enseñar a vivir
No es de extrañar que los padres estén cada vez más desorientados y que la preocupación por los hijos vaya en aumento. A lo que tampoco ayuda el boom que se está produciendo en Europa de formatos de educación elitista que prometen carreras brillantes: desde las guarderías Fastrackkids (procedentes de Estados Unidos), que imparten inglés y marketing a los pequeños de dos años (¡welcome to today's lesson of economics!), hasta colegios privados revolucionarios, como las BIP-Kreativitätsschulen (escuelas creativas BIP, siglas en alemán de talento, inteligencia y personalidad), fundadas por la pareja de pedagogos alemanes Gerlinde y Hans-Georg Mehlhorn. 'El objetivo de la pedagogía es preparar a los niños para la vida', dice Mehlhorn. 'Hasta ahora era algo relativamente fácil porque se sabía cuál era el futuro. Pero hoy no sabemos ni siquiera cómo será en 20 años'.
¿Qué profesión debe aprender mi hijo en el futuro global? 'Que elija con el corazón', es la respuesta del prestigioso sociólogo Michael Hartmann, de la Universidad Técnica de Darmstadt. Este investigador opina que en el futuro será cada vez más improbable que se practique la profesión aprendida durante toda la vida activa. Por lo que conviene que los chicos elijan un ámbito profesional que realmente les interese. De este modo, 'el joven potencia mejor sus aptitudes y cualidades; y puede asumir y configurar los muchos cambios que registrarán las profesiones en el futuro'.
Pero, además, hay algo que seguirá siendo mucho más importante que determinados conocimientos. Según Hartmann, aunque haya incrementado la importancia de algunas asignaturas como los idiomas, lo crucial es despertar la curiosidad y el interés de los chicos. Por esta razón, considera que es negativa la actual tendencia a priorizar la transmisión temprana de contenidos ('sea inglés o chino'). Esta presión puede provocar el efecto contrario: que los niños pierdan la motivación y el interés.
'Los niños necesitan emociones y experiencias', considera también Mehlhorn, quien antes de fundar su primer colegio creativo estudió la vida de los Premios Nobel y de grandes personalidades creativas. Según Mehlhorn, todos ellos tienen en común 'experiencias motivadoras a edades tempranas'. Además de los contenidos habituales, en sus colegios se enseña canto, música, danza, pintura, teatro, ajedrez, y la asignatura 'descubrir, inventar e investigar'.
Para el catedrático de Psicología Evolutiva Jesús Palacios, de la Universidad de Sevilla, lo que hay que transmitirles a los hijos es 'apertura de mente, flexibilidad, capacidad para relacionarse con los demás de forma eficaz, autonomía pero también aprendizaje de la interdependencia y aptitud para trabajar con los demás, habilidades comunicativas en un idioma extranjero (al menos el inglés). También son claves la alfabetización informática, la formación académica hasta el nivel que las capacidades del niño o la niña permitan (¡ojo con las expectativas desmesuradas!), la valoración del esfuerzo y la perseverancia, así como permitirles conocer el mundo y relacionarse con gente muy distinta', señala.
En cuanto al consumo de televisión y videojuegos, 'cuanto menos, mejor', añade Palacios. 'Soy firme partidario del valor educativo de la televisión apagada. Por culpa de la televisión y de las nuevas tecnologías, los niños duermen muy poco y son menos activos (en sus juegos, en sus contactos sociales y en sus relaciones familiares) de lo que debieran', apunta.
Su colega, el investigador alemán Manfred Spitzer, es incluso más tajante: 'Es un escándalo que los niños tengan en su dormitorio una televisión o un ordenador'. Según el director médico de la Clínica Universitaria de Psiquiatría y Psicoterapia de Ulm, varios estudios demuestran claramente que estos medios reducen la capacidad intelectual de los chicos de 12 años.
También a Werner Nitsche, uno de los padres que pasaron el fin de semana en la casa de montaña del Alb, la escena de la cocina le parece incongruente. Alexander, su hijo adolescente, está sentado, estático y absorto como los demás, ante su videoconsola. Parece que no le interese la naturaleza, ni el bosque, ni la nieve, ni el río, ni el fuego, ni eventuales aventuras con los otros chicos. Werner está preocupado. Pero piensa que tampoco puede vivir de espaldas a la nueva realidad.
Control en el uso de las tecnologías
La tele atonta. El consumo ilimitado de nuevas tecnologías perjudica el rendimiento escolar y las posibilidades de formación de los chicos, según el estudio Los perdedores de Pisa: víctimas del consumo mediático presentado este fin de semana por el Instituto de Investigación Criminal de Baja Sajonia. Christian Pfeiffer, responsable de este organismo de investigación interdisciplinar independiente, afirma que 'los niños que en su tiempo libre se sientan demasiado tiempo ante el televisor o el ordenador sacan peores notas'. Pero, además, 'el consumo excesivo de estos medios engorda, atonta, enferma, entristece e, incluso, hace más agresivo', añade.Según Manfred Spitzer, investigador del cerebro especializado en el estudio de la relación que existe entre el juego y el aprendizaje, los niños hasta los seis años de edad no deberían ver nunca la televisión. Y señala que a partir de esta edad 'pueden ver de vez en cuando algún programa, pero no cada día'. En cuanto a trabajar con el ordenador: a partir de los 14 años. Spitzer coincide con los investigadores de Baja Sajonia en que la televisión 'engorda y aísla'. En definitiva, 'ni ayuda a integrarse socialmente, ni a ser más listo, ni a ser mejores personas'.Spitzer es un defensor del aprendizaje mediante el juego. Y asegura que 'jugar significa experimentar, actuar, sentir. Mientras que quien ve mucho la televisión, aprende pasividad. Quien juega durante horas ante el ordenador, aprende agresividad. Por el contrario, jugando con otros chicos en la calle o en los clásicos juegos de mesa aprende a moverse y a relacionarse con los demás'.
Las frases
Hans-Georg Mehlhorn. Pedagogo alemán'Orientar a los niños hasta ahora era más fácil porque se sabía cuál era el futuro, pero hoy no sabemos ni siquiera cómo será en 20 años'Michael Hartmann. Sociólogo alemán'Si el joven elige la profesión que realmente le interesa, potencia mejor sus aptitudes y cualidades y podrá asumir mejor los cambios del futuro'