El gran misterio de 2008
No es el alcance de la crisis subprime. Ni la recesión en Estados Unidos. Ni lo que pasará con China cuando terminen los Juegos Olímpicos. Al fin y al cabo, se trata de futuribles; es normal que en ciertas ocasiones el aventurar qué pasará mañana sea más complejo que en otras. Eso es la incertidumbre. El misterio es otro. El misterio, o enigma, como señala Credit Suisse en su último informe de estrategia, es por qué motivo los grandes valores van peor que los pequeños.
Según los datos de la entidad, los valores de gran capitalización se han comportado un 11% peor que los pequeños en Europa y un 6% en Estados Unidos. 'Tiene poco sentido', concluye el banco. Y es cierto. En épocas de incertidumbre, el mercado suele tender a compañías diversificadas, para limitar riesgos. En épocas de problemas crediticios, los mejores valores suelen ser los más grandes, pues su calificación financiera es mayor (A- frente a BBB- según el banco). En épocas de desaceleración económica sucede lo mismo. Y, por si fuera poco, los valores de pequeña capitalización están más caros que los grandes. La única explicación que se le ocurre a Credit Suisse es que la curva de tipos de interés cada día tiene más pendiente -más diferencia entre tipos a corto y a largo-, pero señala que éste no es un buen predictor.
Ahora bien, esta situación tiene una lectura positiva muy obvia. No hace falta ser un lince para considerar que, si todo apunta a que los valores grandes deberían ir mejor que los pequeños y sucede lo contrario, es aconsejable apostar por el grande. Aunque ya se sabe, ir contra mercado queda muy bien pero es bastante peligroso.
Otra explicación, que no apunta el banco, es que las características de esta crisis crediticia pueden afectar más a las grandes compañías. Empezando por el sector financiero, las grandes amortizaciones por pérdidas subprime y por valoraciones erróneas de deuda han castigado a la gran banca de inversión, más metida en el charco de los derivados de crédito. Y, por otra parte, también habrá grandes empresas que hayan aprovechado la explosión del préstamo para financiarse en exceso. Así que, además de apostar por grandes valores, convendrá echar un ojo al balance -por los dos lados- de dichas empresas.