La confusión se instala en la venta del Valencia CF
Bautista Soler, el padre del presidente del Valencia, lo expresó con malestar y amargura la noche del martes: 'Mi hijo me ha llamado y me ha dicho que no han hecho ninguna oferta por las acciones. Soriano es un mentiroso'.
La reunión de Juan Soler, Juan Villalonga y Vicente Soriano, el segundo máximo accionista del Valencia CF, para decidir sobre el futuro del club, acabó sin ninguna propuesta concreta. El ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga, volvió a Londres y ayer 'ante las informaciones aparecidas en la prensa', emitió un comunicado en el que advertía que no ha negociado la compra de las acciones. 'La reunión queda enmarcada dentro de la fluida relación profesional que mantienen ambas partes para modernizar la gestión del club e incorporar a la misma las mejores prácticas internacionales, todo ello con el objetivo de multiplicar los beneficios de la entidad valencianista especialmente mediante el incremento de los ingresos de los mercados internacionales'.
Sin embargo, esto no es lo que esperaba Soler, que por consejo de su padre, accedió hace unas semanas a negociar con Soriano su salida del club ante el asfixiante ambiente tanto deportivo como social y económico. Pero el segundo máximo accionista del club no dispone de los 66 millones de euros que pide Soler -lo mismo que le costó- por su 36% del club. Necesita un socio capitalista. Ahí entró Villalonga. O, al menos, eso es lo que se trasladaba desde el entorno de Soriano.
Para acabar de redondear la tortuosa negociación, Soriano emitió también un comunicado a última hora de ayer en el que anunció que retiraba 'la oferta de compra' de acciones del club, salvo que se produzca una negociación 'seria y transparente'. Una oferta que, hasta ese comunicado, no se sabía al menos oficialmente que existía. El aspirante a presidir el Valencia en el futuro reconoció que 'a mediados de enero' Soler le había ofrecido el paquete accionarial y que le desveló 'hace menos de dos semanas la situación patrimonial del club'.
Soriano agregó que da por anuladas futuras reuniones acordadas y finaliza 'todos los presentes en el almuerzo' del martes en el hotel Porta del Mar de Valencia 'eran conocedores del objeto de la reunión'. No explica cuál era el objeto que todos conocían: si la venta de las acciones o la explotación del futuro estadio, como asegura Villalonga.
Con las cosas en este estado, el futuro de la propiedad del Valencia CF era ayer toda una incógnita. La sensación de que la indiscreción de Soriano había frustrado una negociación que necesariamente había de ser más larga que un almuerzo, se había instalado entre determinadas instancias del club valenciano.
Y es que como explicó un directivo del Valencia a CincoDías, una operación de esta magnitud requiere 'algo más que un vistazo a los estados financieros de la sociedad'. Cualquier interesado en comprar el Valencia debe conocer muchos detalles de todo el negocio inmobiliario que tiene en marcha el club. El nuevo Mestalla, la venta del suelo del antiguo, la nueva ciudad deportiva... Muchos negocios basados en un sector que está en crisis y que ha arrastrado las cuentas que se hizo Soler hace unos años para financiar la sociedad y su crecimiento.
Además de todo ese negocio inmobiliario, quien compre el Valencia también debe asumir ciertas cargas financieras que tiene el propio Soler personalmente, como avales sobre préstamos, pagarés por fichajes o el compromiso de comprar una de las parcelas del viejo Mestalla por 90 millones de euros, futuro solar que tras una subasta nadie quiso. Con una deuda de más de 370 millones de euros y con la construcción en horas bajas, la posibilidad de hacer negocio con el Valencia a corto plazo no parece fácil.
Más ingresos
El Valencia CF debe incrementar notablemente sus ingresos para cumplir sus propios presupuestos. Juan Villalonga habría propuesto ayer la posibilidad de hasta multiplicar por cuatro la cifra de negocio, situada ahora en algo más de 100 millones.