Dulces sueños en una versión 'Orient Express' del AVE
Bombardier vende a China 20 convoyes con camas para el primer tren de alta velocidad nocturno del mundo.
Los constructores de trenes de alta velocidad toman posiciones e intentan marcar su territorio en un momento en el que el ferrocarril veloz gana protagonismo en los cinco continentes. Siemens, con su modelo Velaro, y el llamado Pato de Talgo-Bombardier son los protagonistas indiscutibles de la puesta de largo del AVE español entre Madrid y Barcelona. Alstom, con la ayuda del presidente francés Nicolás Sarkozy, ha presentado su tren para el inmediato futuro, el AGV, que desde ahora mismo es el favorito para renovar el parque de 500 TGV de la Renfe gala (SNCF) por 9.000 millones.
El otro grande del sector, la canadiense Bombardier, ha sacado una enorme ventaja a sus adversarios en su apuesta asiática. El Ministerio de Transportes chino le ha adjudicado un importante pedido de 40 trenes veloces basados en su modelo Zefiro. El pedido de 1.000 millones que se entregará en 2010 aporta una sorpresa. La mitad del material se especializará en viajes nocturnos y estará equipado con departamentos de camas, en vez habitáculos con asientos.
En una versión adaptada al tercer milenio de mítico Orient Express, el Zefiro se convertirá en el primer tren-hotel del mundo para alta velocidad. Sus pasajeros podrán gozar de felices sueños a 250 km/h. La nueva modalidad de explotación ferroviaria permitirá a las compañías chinas programar viajes de alta velocidad en rutas de casi 1.500 kilómetros entre las ciudades de Nan Jing y Chang Sha, o de 1.200 km entre Wu Han y Shen Zhen ¡Algo impensable en el AVE europeo o japonés!
Cubrirá trayectos de 1.500 kilómetros entre las grandes ciudades del país asiático a partir del año 2010
Viajar por el mundo cómodamente embutido en una cama confortable fue un sueño hecho realidad en los míticos trenes de hace un siglo que nos han quedado grabados con la ayuda de las grandes películas de viajes. Sin embargo, en la realidad fueron una experiencia asequible para una exigua minoría de privilegiados, que entró en declive a partir de los años cincuenta.
Con la llegada de la alta velocidad a Europa en la década de los ochenta, los impulsores del TGV francés estudiaron la posibilidad de crear un AVE nocturno. Pero el proyecto fue rápidamente desechado por dos razones fundamentales. La primera, porque habrían tenido que abrirse al tráfico las líneas de alta velocidad en los horarios de noche que son los que ahora se dedican a imprescindibles tareas de mantenimiento. La segunda, porque dada la estructura de las redes y las altas velocidades de circulación, no había ninguna ruta adaptada en el Viejo Continente que permitiera mantener a un pasajero dentro del tren durante las siete u ocho horas que necesariamente tiene que durar un viaje nocturno. Y es obvio en la moderna dinámica de los transportes públicos que no se puede dejar a un viajero en su destino a las cuatro o a las cinco de la madrugada.