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Fútbol

Juan Villalonga negocia la compra del Valencia

Juan Villalonga quiere entrar en el mundo del fútbol. Si hace dos años presentó sin éxito una opción de compra por el Liverpool, ayer ultimaba la toma de control del Valencia CF junto al constructor valenciano Vicente Soriano. Juan Soler saldrá del club al vender su 33% por unos 70 millones de euros.

El ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga, ultimaba ayer la entrada en el capital del Valencia CF. La operación supondría la salida de Juan Soler, actual presidente y accionista mayoritario de la entidad, que cuenta con el 33% de las acciones. En las últimas semanas, los malos resultados deportivos, los problemas judiciales con los jugadores apartados por el entrenador Ronald Koeman y las incertidumbres sobre el futuro económico del club diseñado sobre el negocio inmobiliario ahora estancado han llevado a Soler a plantearse su dimisión así como la venta de sus acciones.

En los últimos días, los rumores sobre la negociación con uno de los mayores accionistas de la entidad, el también promotor Vicente Soriano, se habían incrementado. Sin embargo, el lunes en la reunión extraordinaria del consejo, Soler aseguró que no pensaba dimitir. Ayer, el presidente reconoció a alguno de sus colaboradores más próximos que se había producido la reunión para la venta, pero aseguró que no estaba cerrada. Soriano también reconoció la reunión y las negociaciones de compra. Desde el entorno de negocios de Juan Villalonga, según fuentes consultadas por CincoDías, se afirmó ayer que la compra se podría cerrar la próxima semana.

Según informó ayer la Cadena SER, la operación pasaría porque las 70.000 acciones que posee Soler, junto a las 20.000 que tiene Soriano, formasen un único paquete que posteriormente se repartirían a partes iguales el empresario valenciano y Villalonga.

El entorno del ex directivo cree que el acuerdo se firmará en los próximos días

El precio de la operación sería de unos 70 millones de euros, la cantidad aproximada que pagó Bautista Soler, el padre del presidente, por su participación. Esta cantidad sería del todo inalcanzable para Soriano, que tendría en Villalonga el apoyo económico necesario para completar la operación.

El acuerdo también liberaría a Soler de algunas obligaciones, como un aval bancario sobre un préstamo de unos 200 millones de euros, así como de la obligación de comprar el suelo del Mestalla que se subastó el año pasado y que se quedó el presidente por 90 millones al no haber comprador.

Juan Villalonga, pese a haber nacido en Madrid, tiene a buena parte de su familia en Valencia, de donde es originaria. Precisamente, una de sus primas, Marita Boluda Villalonga, ha sido el enlace para que el ex presidente de Telefónica haya desembarcado en la entidad. Boluda, conocida aficionada del club, fue dirigente de la Fundación Valencia CF en los años noventa.

Lo que no se pudo saber ayer es cómo se formalizará la presencia de Villalonga en el club si finalmente la operación se cierra tal y como se prevé. Desde dentro del club ayer un alto directivo explicaba que Villalonga tiene acceso a vías de financiación a través de fondos de inversión. 'Su conocimiento del mundo financiero hace que sea lo mismo para él dirigir una compañía telefónica que un club de fútbol', explicó esta fuente.

Juan Villalonga ya intentó comprar un club de fútbol hace unos años. Según publicó la prensa inglesa en su momento, Villalonga hizo una oferta de 65 millones de euros por tomar parte del Liverpool. La operación no cuajó en aquel momento. El ex directivo de Telefónica, que vive en Londres, de confirmarse, volvería a hacer negocios en España. Algunos de sus colaboradores más próximos en su etapa en la compañía de telecomunicaciones española han emprendido negocios audiovisuales e Estados Unidos. Otros, como el caso del secretario del consejo, José María Mas-Millet, tienen su despacho profesional de abogados en Valencia.

Una operación inmobiliaria

La compra del Valencia CF es casi una operación inmobiliaria. Con una deuda superior a los 370 millones de euros al final del último ejercicio y que ahora habrá superado los 400, comprar el Valencia es comprar una opción de futuro. Con la construcción del nuevo estadio, ahora en marcha y al que recientemente se le ha modificado la edificabilidad del suelo terciario, la venta del suelo que ocupa el actual Mestalla para construir pisos, la construcción de una nueva ciudad deportiva en suelo comprado a precio rústico y luego recalificado y, finalmente, el aprovechamiento de los actuales terrenos de entreno de Paterna, el Valencia se parece mucho más a una promotora que a un equipo de fútbol.Quien tome las riendas del club, que sigue teniendo 20.000 accionistas minoritarios, tendrá que gestionar todas esas operaciones que, además, deben marcar una línea de beneficios en las cuentas de sociedad, en peligro en este ejercicio.

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