Abogados de élite para grandes empresas
Las asesorías jurídicas internas ganan peso día a día en los objetivos de negocio de las grandes compañías
Han ido ganando terreno en la empresa. Los abogados internos están cada vez más relacionados con los consejos de administración de las compañías y, aunque coinciden en que, por lo general, sus sueldos no son comparables con los de sus colegas de los bufetes, también aseguran que su capacidad para conciliar vida personal y profesional suele ser mejor.
El perfil de asesor jurídico es distinto al del abogado de un despacho. Entre las diferencias más importantes figura la especial vinculación que los departamentos de asesoría legal mantienen con los objetivos de su compañía, algo que les ha hecho ganar importancia con el tiempo y los ha convertido en una de las áreas más valoradas de las empresas.
En cuanto a la forma de trabajar, los departamentos legales han tendido hacia un modelo de asesoría preventiva, no centrada solamente en la solución de los problemas una vez que aparecen. 'Ahora, prevenir es una de las principales funciones del asesor legal interno', señala Mónica Paramés, directora ejecutiva de la asesoría jurídica de Sanitas.
Resulta complicado encontrar una gran compañía que no cuente con un departamento de asesoría jurídica interna. Sin embargo, la existencia de estos profesionales no impide la externalización de determinadas actividades jurídicas. En ese sentido, el contacto con los bufetes externos es constante, aunque en cada compañía se organiza de una forma propia.
En el Banco Santander, por ejemplo, se trabaja con bufetes de distintos países que asesoran en operaciones estratégicas y complejas. 'Procuramos realizar el mayor trabajo posible con abogados internos', afirman desde la entidad financiera.
Muchos profesionales reconocen que siempre ha existido un cierto oscurantismo en torno a la figura del abogado interno. 'En parte esto es porque se asocia el perfil profesional de un abogado a un técnico que habla un lenguaje que casi no puedes entender, una persona metida en un despacho haciendo informes que nadie se lee y que no sabes muy bien para qué sirven', comenta Paramés, pese a que la directora de la asesoría jurídica de Sanitas asegura encontrarse, tanto ella como su equipo, muy lejos de ese perfil profesional.
Pese a que los departamentos jurídicos de las empresas cada vez están más valorados y su número no deja de crecer, los profesionales en este área de negocio no sobran y la puja por los mejores talentos es continua.
'Existe una gran falta de profesionales. A mi, lo primero que se me ocurre cuando quiero fichar a un nuevo profesional es contratar a alguien de nuestro mismo sector, porque son abogados a los que conozco, sé la formación que tienen y sé cuáles de ellos pueden encajar en la organización, pero intento respetar los equipos de la competencia, en tanto en cuanto ellos respeten también al mío', comenta el responsable de asesoría jurídica de Unión Fenosa, Ángel Sánchez Bustamante.
Sanitas. Integración con el negocio. El asesoramiento preventivo como principal valor
La idea es estar ahí desde el principio. Participar en los proyectos desde su nacimiento y ayudar a la compañía a conseguir sus objetivos. La asesoría jurídica ha cambiado y la prevención es una de las grandes ventajas que aportan estos departamentos a las empresas. 'El valor más importante que aportamos a la organización es el asesoramiento preventivo. Nos gusta estar en los proyectos desde que se comienzan a diseñar las ideas para lanzar cualquier clase de servicio al mercado', afirma la directora ejecutiva de asesoría jurídica Mónica Paramés, también secretaria del consejo de administración.Seis abogados generalistas forman el departamento jurídico interno de la compañía. Trabajo en equipo y buen ambiente laboral, que se respiran nada más entrar en sus oficinas, son algunos de los aspectos más destacados por esta abogada, pero no son los únicos. Se valora muchísimo el inglés (ya que la compañía pertenece a una mutua británica) y poseer un posgrado en asesoría jurídica de empresa. A partir de ahí, trabajar codo con codo para poder llevar a cabo los objetivos empresariales será la función fundamental. Pero no todo se hace desde casa. Contar con expertos de despachos privados es una de las claves para dar el servicio necesario a la compañía. 'Cuando necesitamos un servicio muy técnico y muy concreto en una determinada materia es mucho más fácil salir y subcontratarlo', comenta Paramés.Ayuda exteriorEntre las actividades externalizadas destaca el contencioso, disperso por todo el territorio nacional y el derecho de la competencia, por ser un área muy específica; el resto depende de las necesidades del momento.Los clientes son variados: despachos grandes y otros más pequeños, cada vez más, contratados por concurso. Entre las diferencias entre el trabajo en empresa y un despacho, los salarios es una de las más señaladas. 'La práctica profesional en el despacho tiene fama de estar mal retribuida al principio, pero a lo largo de los años se va haciendo muy relevante, es parte del atractivo de las carreras en los despachos', afirma la responsable del servicio jurídico de Sanitas.Aunque la gran diferencia, según esta profesional, se encuentra en la manera de afrontar el trabajo. 'Quizá no sea tan completo desde el punto de vista técnico, pero es un abogado con mucha capacidad de síntesis y un gran compromiso con el cliente', explica.Respecto a la evolución de estos departamentos, Mónica Paramés se muestra muy optimista. 'Interesa tener una asesoría jurídica interna y creo que el mercado actúa en esa línea. Los números salen desde un punto de vista coste-beneficio', dice.
Banco Santander. Trabajo en equipo, pero con independencia. Un área clave de la organización para un gigante financiero
Los perfiles de los abogados que desempeñan sus funciones en el Banco Santander son variados: ex funcionarios públicos, personas que han desarrollado casi toda su carrera en la entidad, abogados contratados de despachos de prestigio o procedentes de otras entidades. Se trata de un conjunto de profesionales de élite muy valorados en la organización, cuya labor es prestar asesoramiento jurídico a la compañía, en sus operaciones y posibles litigios.'Es un área que siempre ha tenido una gran relevancia en el grupo, tanto en el desarrollo de las operaciones corporativas como en el soporte del negocio en general', señalan desde la entidad financiera. El departamento de asesoría jurídica del Santander (con Juan Guitard como director general y Pablo Castillo como director de la parte corporativa) depende de la secretaría general de la entidad -cuyo titular es Ignacio Benjumea-, junto a los departamentos de asesoría fiscal (dirigido por César Ortega) y cumplimiento (cuyo responsable es José Manuel Araluce).Los tres departamentos participan en todas las operaciones del banco para clientes -el día a día de la entidad en sus diferentes negocios (banca comercial, banca corporativa, tesorería, gestión de activos), tanto en España como en el extranjero- y en las operaciones corporativas del propio grupo. Según la compañía, la integración de estas tres áreas facilita el análisis coordinado de los aspectos jurídicos, fiscales, regulatorios y de riesgo de reputación.¿Qué le pide el banco a sus profesionales? Los abogados de la asesoría jurídica son especialistas en sus áreas específicas de actividad, sin que ello suponga desconocimiento de lo que se hace en otras, algo fundamental para la compañía debido a la colaboración entre las distintas áreas, que es permanente y necesaria.A la hora de seleccionar a los profesionales, desde el Santander aseguran que algunos de ellos proceden de cuerpos con acceso por oposición - abogados del Estado e inspectores de Hacienda -, así como de ex opositores, aunque la mayoría procede directamente de la universidad, algunos de ellos tras haber finalizado estudios de máster. 'La formación permanente, con cursos de posgrado o por otros medios, es muy importante', confirman en la entidad. Además, los profesionales deben tener una importante capacidad para entender los negocios en los que prestan asesoramiento y facilitar su desarrollo, manteniendo su independencia en el trabajo que desarrollan en el día a día.Encontrar ese perfil no siempre resulta una tarea sencilla. La contratación de profesionales por parte del banco ha sido en la mayoría de los casos llevada a cabo de forma directa e individualizada a través del conocimiento previo de las personas.Respecto a la externalización, dado el tamaño del grupo, el departamento trabaja con numerosos bufetes de abogados de distintos países que, fundamentalmente, asesoran en operaciones estratégicas y complejas. 'Pero procuramos realizar el mayor trabajo posible con abogados internos', señalan desde el banco.
Unión Fenosa. El peso de la experiencia. La formación más importante, en el despacho del jefe
Lleva en la compañía 32 años, y ha pasado por las diferentes categorías que hay en abogacía. Ahora es director del departamento de asesoría jurídica y de otras áreas, como patrimonio, archivo general y gestoría. Alejandro Sánchez Bustamante asegura que las cosas han cambiado en la asesoría jurídica interna. 'Antiguamente este departamento era el lugar al que se recurría para solucionar, como en los bufetes, determinados problemas. Ahora, está más implicado en los negocios. Y ése es el futuro de la abogacía, quizá con un mayor peso dentro de todas las empresas españolas', afirma el director de asesoría jurídica de Unión Fenosa.El departamento está viviendo una reciente reorganización. 'Yo dependía hasta hace muy poco del secretario general y del consejo de administración, y ahora dependo directamente del consejero delegado', señala Sánchez Bustamante.Una de las inquietudes que comparte la mayoría de los responsables de estos departamentos es la dificultad para encontrar profesionales con las características necesarias para cada organización. Y en una actividad tan definida y con un derecho tan específico como en el sector eléctrico, aún más. Por eso en Unión Fenosa optan por formar a sus profesionales en la materia.En cuanto a los perfiles de los diez abogados que forman el departamento, 'hay de todo. Pero es verdad que tenemos que tener una formación importante en derecho mercantil', apunta Sánchez Bustamante. La segunda parte, y que se adquiere ya dentro de la compañía, es la legislación eléctrica y legislación energética, 'es un campo muy concreto que no se enseña en las universidades y mejor que aquí no se aprende en ningún lado', añade.Los métodos: cursos externos; una universidad corporativa en la que se establece la formación interna internos... y un sistema más particular. Todas las mañanas, en la mesa redonda del despacho de Alejandro, se celebra una reunión con todos los abogados donde se comentan las noticias del sector. 'Así vamos aprendiendo los unos de los otros, y de esa forma y sin darte cuenta, en poco tiempo tienes una formación importante', señala. Según el responsable legal de Unión Fenosa, la conciliación es más fácil en una empresa que en un bufete, aunque destaca que en las organizaciones privadas no depende sólo de lo que está escrito en los convenios, sino también de cómo sea el jefe de cada uno. 'Nosotros intentamos ser un grupo que viva la conciliación lo máximo posible, y creo que los conseguimos'. Cuando se habla de crisis, destaca que no suelen ser malos momentos para los abogados, 'aunque para los internos es un problema mayor que para el resto', comenta.